miércoles, 24 de agosto de 2016

La economía de Estados Unidos parece esquivar la desaceleración pronosticada

Al cierre de las claves de ayer veíamos que la situación macro de Estados Unidos debería soportar sin problemas una subida de tipos.
 
  • La tasa de desempleo actual está por debajo del 5% (4,9%).
  • Ayer comentábamos que las compañías vuelven a aumentar su capacidad de utilización y se da la circunstancia de que podrían seguir aumentándola puesto que están lejos del nivel de 80%-85% en el que sería muy costoso para las compañías aumentar la producción.   
  • Ayer se publicó un magnífico dato de venta de viviendas nuevas. El dato de julio muestran que en el último año se han vendido 654.000 viviendas nuevas frente a las 592.000 estimadas. Es el dato más alto publicado desde 2007 y es la primera vez que la cifra supera las 600.000 viviendas. A la vista del gráfico, la senda es totalmente ascendente y encadena ya 9 meses con cifras superiores a las estimaciones del consenso.


El dato de viviendas sirvió, al menos, para que el dólar frenase el movimiento bajista frente a las principales divisas. Frente al Euro, podemos ver que estos días el dólar se sitúa en la zona de mínimos desde 2015.

Si los datos macro continúan mostrando que la economía de Estados Unidos mantiene un buen ritmo de crecimiento y aleja los temores de una desaceleración económica, el dólar tendrá que seguir recuperando posiciones. Además, esto provocará que la FED suba tipos. Quizás no lo haga en la reunión de septiembre, pero será muy probable que lo haga en la de octubre o en la de diciembre. Sólo la cercanía de las elecciones en EE.UU. podría provocar que la FED aplazara la subida, a la vista de los datos macro actuales.
 
En el siguiente gráfico podemos ver que hay clara correlación entre los datos macro publicados y la evolución del dólar. Si los datos publicados mejoran expectativas (línea amarilla es la evolución del índice de sorpresas positivas de la macro de EE.UU.), el dólar se revaloriza. Evidentemente, si es peor, el dólar se debilita.
 

Es verdad que el último dato de inflación publicado el pasado 16 de agosto salió una décima por debajo de lo esperado (0.9% frente al 0.8%) y bastante alejado del objetivo de la FED, pero es que la tasa subyacente (sin alimentos ni energía) está nada menos que al 2.2%. En cuanto se vaya incorporando a los datos de inflación la subida de los últimos meses de los precios de las materias primas, el IPC no tiene más remedio que subir. En el último año (de julio a julio) el precio del petróleo corrige un 12%, pero desde cierre de diciembre sube un 28% y desde cierre de enero y febrero de este año la subida es del 40%. Por tanto, a nada que se queden los precios de energía en niveles actuales, el IPC de diciembre, enero y febrero tendrán que ser más algos que el nivel actual.  

Así pues, tal y como decíamos ayer, a pesar de que hoy corrigen los precios del petróleo, las bolsas están recuperando las pérdidas de la semana pasada. Parece que los inversores empiezan a ser conscientes de que si la principal economía del mundo no se desacelera, las bolsas continuarán su tendencia alcista. Y las bolsas europeas deberán contagiarse, aunque sólo sea porque el euro se debilite (o que el dólar se fortalezca).
 
Dentro del movimiento de las bolsas europeas, quiero destacar hoy que el sectorial bancario de la zona euro vuelve a atacar la directriz bajista. La corrección de la semana pasada ha sido considerada como una oportunidad de comprar. Si consigue cerrar por encima de los niveles actuales, el sector bancario se puede convertir en líder de las subidas de la bolsa europea.
 


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