viernes, 26 de febrero de 2016

Los mercados renuevan el optimismo de cara a la cumbre del G-20.

Hoy comienza la cumbre del G-20, en el que estamos seguros que las turbulencias en el mercado y la caída de la economía mundial serán dos de los asuntos clave que a estudiar. Los miembros del G-20 pondrán especial énfasis en conocer los planes de China respecto a la actuación de su banco central respecto a posibles devaluaciones de su moneda. Esta semana, el ministro de finanzas chino ha informado que descartan una inminente devaluación del Yuan. Viendo que las dos últimas fuertes correcciones del mercado (agosto 2015 y enero 2016) comenzaron con devaluaciones del Yuan, está claro que este asunto es de primordial importancia.

 En el gráfico vemos cómo estas dos fuertes devaluaciones comentadas se fueron recuperando poco a poco en el mercado, por lo que ahora los inversores empezaban a estar preocupados ante la posibilidad de una nueva actuación del banco central Chino.



 Pero entendemos que a China, lo que le preocupa no es la paridad con el dólar, sino que la fortaleza del dólar les hacía perder competitividad respecto al resto de divisas emergentes. La misma pérdida de competitividad que venimos comentando que le afecta a las empresas de EE.UU por la fortaleza del dólar, le está afectando a las compañías chinas por estar su divisa “anclada al dólar”. Pero cómo el dólar está perdiendo fuelle respecto al resto de divisas emergentes tras empezar a descontar el mercado que la FED no será tan agresiva subiendo tipos, el banco central de China debería estar cómodo con la situación actual. En el siguiente gráfico se aprecia la depreciación del dólar de las últimas semanas frente a las principales divisas emergentes y de productores de materias primas.

 



 
Pero en el G20 se espera que haya otro dato importante a tratar en la agenda. Esta semana justo dos días antes del inicio de la cumbre el FMI ha publicado un informe en el que insta al desarrollo de planes de estímulo para apoyar la economía global. La publicación insistía en que el G-20 debe llevar a cabo políticas coordinadas utilizando el espacio fiscal disponible para impulsar la inversión pública. Sin duda, si esta presión del FMI tuviese efecto, se podría alejar casi por completo los temores a una recesión de la economía global. Los estados se están financiando más barato que nunca, e incluso muchos estados están cobrando por endeudarse, por lo que tienen colchón suficiente para aumentar el gasto público para tratar de relanzar las economías. Tal y cómo viene insistiendo Draghi desde hace meses, no podemos confiarlo todo a la actuación de los bancos centrales.

 Por tanto, ante la cumbre del G-20 los inversores parecen por fin querer adelantarse y apostar por un suelo de los mercados. Desde hace dos semanas estamos insistiendo que en cuanto se superen una serie de resistencias se confirmaría el citado suelo. De momento el único índice que ha superado la resistencia es el que de momento se está mostrando más fuerte. El S&P500 ayer al cierre consiguió superar el nivel de 1.950 puntos y esta mañana cotiza con algo más de margen sobre esta resistencia tal y cómo se aprecia en el gráfico. EN el contado la resistencia estaba en 1950 puntos pero en el futuro estaba ligeramente más bajo en la zona de 1.940 puntos. Mientras se mantenga sobre el 1.940 la posibilidad del suelo del que venimos insistiendo se mantiene intacta.

 
 El futuro del WEST Texas, que esta semana fue el que arrastró a la baja a las bolsas europeas el miércoles, rebotó en la base del canal alcista de corto plazo y hoy parece dispuesto a atacar la clara resistencia situada en 34 dólares tras subir más de un 10% desde los mínimos del miércoles. Al igual que el S&P500, un cierre del petróleo por encima de 34 dólares confirmaría que la tendencia bajista de corto plazo iniciada en noviembre se queda atrás.

 


 En Europa, debido al fuerte castigo del miércoles, aún no hemos superado con claridad las resistencias de corto plazo. En el Eurostoxx 50, tras romperse en canal bajista, se empieza a adivinar el inicio de un canal alcista. Pero para dejar atrás la tendencia, hace falta que se superen los últimos máximos significativos y es en ese nivel donde nos hemos frenado esta mañana.



 Por tanto, si el mercado terminase cerrando por encima de los precios actuales, y el lunes tras la cumbre del G-20 no hubiese una nueva vuelta atrás, podemos confirmar el suelo de los mercados en los mínimos de febrero. De momento, en la sesión los mercados deberían mantenerse cerca de los niveles actuales hasta la publicación a las 14h30 del PIB de Estados Unidos, cita clave que añadirá volatilidad y debería confirmar el cierre por encima o por debajo de las resistencias. No sólo se publica el PIB que se espera un crecimiento del 0.4% sino también datos de ingresos y gastos personales así como el sentimiento del consumidor elaborado por la Universidad de Michigan.

jueves, 25 de febrero de 2016

El bono alemán a 10 años vuelve a rozar mínimos históricos.

Los datos macro siguen defraudando al mercado. Ayer en EE.UU., el PMI de servicios salió mucho peor de lo esperado pasando con una lectura de 49.8 frente a 53.5 esperado y 53.2 de la lectura del mes anterior. El problema de Estados Unidos ya no es sólo el sector industrial penalizado por el subsector de energía, sino que también el sector servicios da una lectura por debajo de 50 puntos lo que históricamente está correlacionado con una contracción económica. Y no es sólo este el mal dato macro publicado, sino que en general en las últimas semanas, a pesar de que las expectativas de los analistas eran pobres, están primando más las sorpresas negativas que las positivas en la publicación de datos macroeconómicos. En el siguiente gráfico comparo la evolución del índice de sorpresas de los datos macro tanto de EE.UU, como de Europa, Japón y China.

  

Por tanto, los inversores siguen decantándose por las compras de renta fija de activos refugio. Los bonos soberanos y el oro están siendo el activo que mejor se está comportando este año. El bono alemán a 10 años cotiza sólo a 8 p.b. de los mínimos del año pasado, justo antes de que el BCE comenzara con el QE.
 



 Eso el plazo de 10 años, pero es que los plazos de 2, 3 y 5 años están muy por debajo de los mínimos alcanzados en abril del año pasado. Ahora parece que sólo tiene sentido comprar bonos refugio porque es lo que más está subiendo y porque la situación macro está empeorando y además, como el BCE ampliará el QE, pues sabemos que las compras que hagamos ahora, tendrán un nuevo comprador muy fuerte en el mercado al que poder colocarle nuestro papel comprado. Pero si la ampliación del QE tiene sentido, es porque generará o aumentará las expectativas de inflación. Y si esto ocurre, la rentabilidad que se le exigirá a los bonos deberá ser mayor, por lo que las pérdidas en los bonos comprados ahora serán muy abultadas. No hay que irse muy lejos. El año pasado el repunte que se ve en el gráfico anterior del bono alemán a 10 años (linea rosa) del 0.07% al 1% significó una corrección del precio del bono a 10 años nada menos que del 9.11%, tal y cómo se aprecia en la evolución del precio del bono del estado alemán que vence en febrero del 2015. A cambio de una rentabilidad positiva del 0.07% los inversores asumían el riesgo de una caida del 9% en sólo dos meses.


 Hoy el precio del bono vuelve a estar en la misma situación (este bono al ser ya menos de 10 años ofrece una TIR sólo del 0.035%). Entonces, si creemos que en los 10 próximos años vamos a vivir en clara recesión económica y deflación y los bancos centrales no van a poder hacer nada para evitarlo, pues a comprar bonos alemanes a rentabilidad negativa o mantener la inversión 9 años para obtener rentabilidad cero y asumir la posibilidad de tener fuertes pérdidas si nos hace falta el dinero antes.

 Con las bolsas corrigiendo entre el 20% y 30% desde los máximos del año pasado, evidentemente sigue habiendo la posibilidad de que la corrección continúe otro 10% o 15% más desde los niveles actuales. Pero entiendo que a 10 años el potencial de ganancias de la renta variable será mucho mayor que este 0.03% del bono alemán. Y visto el comportamiento, el riesgo a los niveles actuales es muy similar. Por tanto, tal y cómo venimos comentando en las últimas semanas, podemos estar ante la posibilidad de un suelo del mercado. La volatilidad de estas últimas sesiones demuestra los nervios de los inversores, y lo difícil que es mantener la sangre fria. Pero si mantenemos una visión a largo plazo y pensamos que la economía global está pasando sólo por una ralentización más o menos profunda que servirá para que los bancos centrales no retiren estímulos, debemos tener renta variable en nuestras carteras. Independientemente del perfil de riesgo que tengamos.

 Mientras tanto, seguimos con la ridícula correlación perfecta con los precios del petróleo. Ayer corrigió un 8.64% desde máximos de la sesión y esto provocó caidas del 3% de las bolsas europeas y hoy que ha comenzado repuntando un 6% desde mínimos de ayer, provoca un fuerte rebote de la mayoría de bolsas. Una volatilidad que hace imposible hacer predicciones a corto plazo. Sí que, tal y cómo comentamos ayer, se empieza a apreciar un canal alcista de corto plazo en los precios del West texas tras el doble suelo. Ayer justo se giró al alza al tocar las medias de más largo plazo y la base del canal. Por tanto, mientras el West texas no pierda la zona de 30.70 mantendremos volatilidad en los precios de las acciones, pero seguirá vigente la posibilidad del suelo de las bolsas por el que venimos apostando las últimas jornadas.

 


 

miércoles, 24 de febrero de 2016

Las bolsas siguen totalmente correlacionadas con el petróleo

Ayer parecía que de nuevo los mercados podrían atacar resistencias claves y confirmar el suelo la mayoría de índices bursátiles, pero en cuanto el petróleo se dio la vuelta, todo cambió radicalmente. La excusa del cambio a la baja del precio del petróleo es que Irán dijo que no contempla reducir la producción. Esto ya es algo que ya sabíamos desde hace tiempo y no tiene sentido que ayer provocase las caídas tan fuertes de ayer. El lunes el petróleo comenzó con fuertes subidas tras publicarse que EE.UU. reducía la producción por cuarta semana consecutiva.

Por tanto la mayor producción de Irán se verá compensada por la reducción de producción de EE.UU. y resto de productores a los que estos precios ocasiona pérdidas. Tarde o temprano se equilibrará la oferta y demanda del petróleo y el precio tenderá a estabilizarse. Mientras tanto, seguiremos con las bolsas totalmente correlacionadas con los vaivenes del precio del petróleo tal y cómo se puede visionar en el gráfico que venimos actualizando desde inicio de año, comparando el S&P500 con el WEST Texas.

 



Si analizamos el gráfico a más corto plazo (velas de 60 minutos), se adivina que desde el doble sueloen los mínimos de enero y febrero, está intentando dibujar una tendencia alcista. Esta semana ha superado la línea que une los máximos desde noviembre. Para confirmar que la tendencia bajista de corto plazo se queda atrás, es necesario que se superen los últimos máximos significativos (máximos de enero y mínimos de diciembre) situado en la zona de 34 euros. Otro factor a favor del petróleo es que las medias tanto de corto como de más largo plazo tienen tendencia positiva.

 



 

Lo mismo ocurre con el futuro del S&P500. También comienza a tener las medias móviles con pendiente positiva y presenta una clara resistencia en niveles cercanos a 1.950 puntos.



 Por abajo tenemos soporte en 1.890 puntos y por arriba resistencia en 1.950 puntos. En función de por dónde rompamos en las próximas sesiones, tendremos las pistas del siguiente movimiento a corto plazo de las bolsas. Si pierde 1.880 nos vamos de nuevo a testear los mínimos de enero y febrero (1.800 puntos) y si supera 1.950 puntos, tendremos confirmado el suelo en los mercados de renta variable. Pero el movimiento, mucho nos tememos, seguirá marcándolo el precio del petróleo.

martes, 23 de febrero de 2016

A las puertas de confirmar el suelo en los mercados de renta variable.

La semana pasada los mercados hicieron amago de confirmar el rebote superando las resistencias de corto plazo pero al cierre semanal la caída del petróleo presionó de nuevo a la baja a los mercados de renta variable. El viernes por tanto dijimos que habría que esperar a esta semana para que se confirmara el rebote. De momento, la situación pinta bien con fuertes alzas ayer en la mayoría de mercados. Hoy vamos a repasar cuales son los niveles críticos en la mayoría de mercados, que de superarlos, confirmaría el suelo en los mercados de renta variable.

 Empezando por Estados Unidos tenemos al S&P500 que cerró justo a las puertas de máximos relevantes de enero y febrero. Un cierre por encima de los niveles actuales confirmaría el suelo del principal índice americano.

 

 Siguiendo con este índice, ampliando el gráfico a velas semanales vemos que el nivel que se respetó hace dos semanas es crítico. Al girarse justo en 1.800 puntos al alza, hoy siguen siendo viables los dos escenarios que planteábamos a final del 2015 para el S&P500. Tanto el movimiento lateral entre mínimos y máximos de los dos últimos años, como incluso mantenerse en el canal alcista iniciado en 2009 (dibujado en Azul) y que esta semana está recuperando.

 


 En Europa tenemos al índice más global, el Eurostoxx 600 en una situación calcada a la del S&P500. Los mínimos de hace dos semanas coinciden con los mínimos de 2014 y vuelve a cotizar dentro del canal alcista que se puede dibujar uniendo los mínimos desde 2009. Los mínimos de la semana se acercaron a la media de 500 semanas y esta semana estamos recuperando la media de 200 semanas. Un cierre esta semana por encima de esta media (325 puntos) podría confirmar el suelo de este índice.


Siguiendo con índices globales, el MSCI WORLD presenta una situación técnica muy clara. Presionado por la debilidad de los emergentes, aunque los desarrollados están aguantando la tendencia alcista, el MSCI World ha perdido este año los mínimos de 2014 y 2015. Un nivel que justo ayer recuperó al cierre. Por tanto, si recuperase en las próximas sesiones el soporte perdido, la caída de este inicio del año sería una trampa bajista que podría llevar al índice al menos a la parte superior del canal bajista iniciado el año pasado (zona de 1.600-1.620 puntos).

 



 Precisamente la presión bajista de los mercados emergentes puede ser la clave para pensar en un suelo de las bolsas. El petróleo parece haber hecho suelo y con él el resto de materias primas. Pero es que las divisas de los mercados emergentes al menos han dejado de debilitarse quizás desde que la FED está cambiando el discurso y ya no se prevé más de una subida de tipos este año. En el siguiente gráfico vemos cómo el dólar está perdiendo fuelle frente a las divisas de los principales productores de materias primas desde los máximos alcanzados entre enero y febrero.



 Esto es muy positivo para los activos de riesgo, sobre todo emergentes (que ven cómo el dinero puede volver a sus divisas) e indirectamente para la economía americana. Digo indirectamente a la economía americana porque un dólar tan fuerte estaba restando competitividad a las empresas de Estados Unidos encareciendo sus productos en el exterior, y esto ya se estaba dejando notar en la publicación de resultados de los dos últimos trimestres. Y en segundo lugar, entiendo que la fortaleza del dólar con grandes cantidades de reservas de divisas de emergentes refugiándose en la divisa norteamericana había conseguido sustituir el efecto del QE de la FED. Había mucho más dólares en circulación en la economía norteamericana lo que llevó la semana pasada a la inflación subyacente de Estados Unidos a cotas del 2.2%. Si los dólares comienzan a salir de Estados Unidos, se reducirá la presión inflacionista y la FED no se verá obligada a subir tipos.

 Si miramos los mercados emergentes, vemos que también se ha frenado claramente en el que marcábamos a final del 2015 como peor escenario desde el punto de vista técnico. En 700 puntos teníamos la base del canal bajista de los 5 últimos años y la línea que une los mínimos de las dos últimas grandes crisis globales. Superar la zona de 760 puntos que son los mínimos del verano pasado sería una señal muy alcista para estos mercados.

 



 Por tanto, un suelo claro en el mercado de materias primas esclarecería bastante el panorama de la mayoría de activos de riesgo y al menos se reducirían considerablemente los miedos que afectan actualmente a las bolsas. No hace falta ni tan siquiera un rebote espectacular del petróleo y del resto de materias primas. Creo que con el simple hecho de que se mantuviese estables y dejase de haber la actual presión bajista sería suficiente. Se reducirían los miedos a la quiebra de empresas o incluso países productores y esto reduciría la presión bajista sobre el sector financiero mundial. Así, si el sector de materias primas, de energía y sector financiero dejan de corregir, será mucho más probable pensar en un suelo fiable de las bolsas. De momento tenemos figura de doble suelo en los mínimos de enero y febrero (así como divergencia alcista del MACD) tanto en el índice general de materias primas (CRY) cómo en el petróleo (Futuro del WEST Texas).

 Evolución del índice de materias primas CRY index.

 

 Evolución del futuro del WEST Texas. Ambos están superando esta semana la línea que une los máximos desde noviembre del año pasado.

 


 

viernes, 19 de febrero de 2016

Habrá que esperar a la próxima semana para tener más pistas sobre la fiabilidad del rebote

Esta semana hemos comentado que esta semana se podría clarificar el posible suelo de mercado. Si el rebote llevaba a los principales índices a superar las resistencias de corto plazo, aumentaría considerablemente la probabilidad de un suelo fiable en los mercados de renta variable.

Pero ayer los mercados tras un inicio de sesión moderadamente alcista, se giraron a la baja para acabar en mínimos y volver a generar incertidumbres sobre la fortaleza del rebote. Al mercado no le gustó el dato de reservas de petróleo (aumentó el total de reservas) y de nuevo la banca italiana arrastró al resto del sector en Europa. Si vemos los gráficos de corto plazo se aprecia que ayer se tocaron niveles importantes y ahí se giraron todos a la baja.


Tanto el petróleo al tocar la línea que une los máximos desde noviembre….

 
 
Cómo el S&P500 al tocar la línea que unes los máximos desde relevantes de las últimas semanas..

 

Y claro, el Eurostoxx 50 también se ha girado a la baja al tocar la línea que une los máximos desde noviembre del año pasado.

 

 El sectorial bancario europeo, después de rebotar más de un 15% desde los mínimos de la semana pasada, y romper la línea que unía los máximos del año, ayer se giró a la baja justo al tocar los mínimos de enero. Lo que era soporte ahora es resistencia.

 


 Por tanto, ya tenemos un poco la idea de cuáles son los soportes y resistencias claves a vigilar las próximas semanas. Los mínimos de la semana pasada no deberían perderse para seguir manteniendo la esperanza alcista y los máximos de esta semana marcan la resistencia que de superarla, confirmaría el suelo de las bolsas.

jueves, 18 de febrero de 2016

El suelo parece ir consolidándose gracias a la entrada de las manos fuertes.

El S&P500 encadena ya tres sesiones con fuertes subidas. Esto no es lo relevante sino que lo está haciendo tras tocar el nivel de mínimos relevantes del año 2014 y tras una semana de verdadero pánico y desánimo por parte de los inversores. El miércoles de la semana pasada comentábamos que se podría haber vivido ya la capitulación del mercado, sobre todo tras ver la portada apocalíptica del periódico ABC. Por eso el rebote es más importante. Se ha producido en un momento en el que sólo las manos fuertes se han incorporado al mercado. En el gráfico del S&P500 se aprecia la fortaleza del rebote. Todo apunta a que se podría encaminar a corto plazo a la zona de 2.000 puntos que es la siguiente zona de resistencia clave.


Además, la zona desde el punto de vista de más largo plazo, es un nivel crítico para apostar por el S&P500 tanto si pensamos que se moverá en un terreno lateral entre mínimos y máximos de los dos últimos años, como si pensamos que seguirá la tendencia alcista de largo plazo iniciada en 2009.


Lo que no sabemos es si ciertamente la semana pasada compraron las manos fuertes. En Bloomberg podemos distinguir la evolución del saldo comprador de operaciones de más o menos de 10.000 títulos. Es la forma más aproximada de poder saber qué es lo que hacen las manos fuertes. En el S&P500 el saldo acumulado de las operaciones de más de 10.000 títulos (línea roja) ha ido corrigiendo todo el último año. En el rebote de septiembre a diciembre del S&P500 (línea blanca) estos inversores no participaron comprando sino que aprovecharon el rebote para seguir vendiendo. Sin embargo, en las caídas de las últimas semanas, sí que están aumentando fuertemente el saldo comprador. Es decir, que todo el papel que distribuyeron a partir del primer trimestre del año pasado, están empezando a comprarlo en las caídas de febrero.  


Contrasta claramente con el comportamiento de las operaciones de menos de 10.000 títulos (que podríamos identificar con inversores  minoristas). Vendieron fuertemente en las correcciones del verano pasado y empezaron a comprar a final del rebote. Este año vuelven a vender fuertemente presa del pánico por la caída del  mercado y en el rebote de las tres última sesiones no han participado absolutamente. Así pues en las últimas sesiones están comprando los operadores que compran más de 10000 títulos y no compran los de menos de 10000 títulos. A priori apunta bien el rebote.


 En Europa pasa algo similar. El saldo comprador de las manos fuertes está repuntando en las caídas de enero, algo que no pasó en las caídas del verano pasado.

 
Mientras que el saldo de las compras de menos de 10000 títulos aún no se percatado del rebote. Quizás empiecen a comprar cuando llevemos más días de subida, tal y como ocurrió en noviembre tras el rebote de octubre.





 

miércoles, 17 de febrero de 2016

Estudio del "Market Timing" mientras se clarifica el posible suelo de mercado.

Ayer comentábamos que el suelo de los mercados de renta variable se podría confirmar en las próximas sesiones dependiendo de si somos capaces de recuperar resistencias de corto plazo fundamentales. El petróleo sigue siendo el activo a mirar de reojo y este ayer volvió a corregir porque en la reunión entre Rusia, Venezuela y Arabia Saudí no decidieron reducir la producción sino mantenerla y esto no es lo que quería el mercado. El futuro del WEST Texas se volvió a girar en la línea que une los máximos desde noviembre del año pasado.

 


No obstante, a pesar de la debilidad del petróleo, el S&P500 terminó la sesión en máximos del día y hoy tenemos al futuro intentando superar la zona de resistencia que decíamos que confirmaría el suelo de las bolsas. Y es que, aunque sigue habiendo un GAP entre oferta y demanda de petróleo este no se va a seguir incrementando y el simple hecho de que por primera vez en muchos años se hayan reunido miembros de la OPEP y Rusia deja claro que están preocupados por la caída del petróleo. Ambos hechos nos tienen que hacer apostar a que posiblemente hayamos visto ya los mínimos del petróleo. Así, hoy tenemos al futuro del S&P500 justo en la zona de 1.900 puntos. Un cierre por encima de este nivel sería bastante positivo para la renta variable en general.
 



En Europa tenemos al DAX 30 alemán intentando superar el 9.300 que son los mínimos de enero. Al igual que el S&P500, si el DAX cierra por encima de los niveles actuales se puede decir que la ruptura bajista de enero ha sido en falso y se puede iniciar un tramo al alza dentro de la tendencia bajista iniciada el año pasado. Adjunto el canal comentando.

 

En el Eurostoxx, el nivel crítico es el 2.850 que son también los mínimos del año pasado.

 


Por tanto, los cierres de hoy o de las próximas sesione serán claves para la renta variable en general. Pero mientras se aclara el panorama a corto plazo quiero dejar claro que la importancia del Market timing o intentar acertar cual es el mejor momento de entrada no tiene tanta relevancia a largo plazo. Lo que hay que tratar es de invertir en un producto que sea alcista a largo plazo y el momento de entrada nos afectará a los primeros meses o incluso años, pero a medida que pasa el tiempo el momento de entrada apenas afecta a las rentabilidades anualizadas, siempre que se mantenga la inversión.

 He realizado un estudio con toda la serie histórica de que dispongo del S&P500. Tengo datos desde diciembre del 1.927, justo antes del Crack del 29. Pues bien, las rentabilidades acumuladas apenas varían entre el inversor que hiciera aportaciones trimestrales de 1000$ distinguiendo si ha sido capaz de acercar con el mínimo de cada trimestre, si ha sido un pésimo inversor invirtiendo esos 1.000$ en el máximo del trimestre o si, simplemente ha comprado al cierre de trimestre.

 
Han pasado 354 trimestres por lo que el ahorrador habría aportado 354.000 dólares. A día de hoy esas aportaciones valdrían 2.070.473$ si has sido capaz de acertar todos los mínimos de cada trimestre, pero valdría 1.932.347$ si simplificas comprando al cierre de trimestre y sólo bajaría a 1.823.460$ si has cometido la torpeza de comprar en máximos de cada trimestre. Si lo pasamos a una TIR media anualizada la diferencia es inapreciable siendo del 3.80%; 3.94% y 4.10% según la forma de entrada.

 
En el siguiente gráfico podemos ver la rentabilidad anualizada de cada aportación de 1.000$, manteniéndose hasta el cierre de ayer. Las rentabilidades son casi calcadas según si invierten en máximos (morada), azul (mínimos) o naranja (cierre de trimestre). Históricamente, salvo las aportaciones de antes del Crack del 29, todas las rentabilidades se han movido entre el 6% y el 8.5% anualizadas. Desde el año 95 las oscilaciones son mayores, pero simplemente porque el periodo de inversión baja de 20 años y esto provoca más volatilidad de los resultados finales.

 



Precisamente si acotamos la inversión a mantenerla durante 20 años, vemos que las oscilaciones de rentabilidad objetivo son mayores y estas oscilaciones bajan conforme aumentamos el plazo de inversión. Así a 20 años, en el 80% de los casos se ha obtenido una rentabilidad anualizada entre el 3.44% (percentil 10 de la muestra) y el 10.25% (percentil 90). O lo que es lo mismo; hay sólo un 10% de probabilidad de obtener rentabilidades superiores al 10.25% y un 10% de probabilidad de obtener rentabilidades inferiores al 3.44% en el S&P500 si mantenemos la inversión 20 años. La rentabilidad media es del 7.11%

 


Los datos son bastante mejores si el horizonte es de 25 años. En el 80% de los casos se han obtenido rentabilidades entre el 4.36% y el 9.99%. Casualmente la rentabilidad media es también del 7.11%
 



 Si aumentamos al plazo a 30 años la diferencia respecto a la media es bastante más baja. La media es del 6.90% y con un 80% de probabilidad se obtendrían rentabilidades entre el 5.45% y el 8.84%.

 

Es verdad que rentabilidades pasadas no suponen rentabilidades futuras, pero está claro que el momento de entrada no ha afectado a los resultados finales en horizontes temporales muy amplios y sobre todo, si escogemos un activo alcista y mantenemos la inversión, mientras más ampliemos el horizonte temporal, menos se desviará la rentabilidad final respecto a la media.  

 Lo que hay que buscar es un activo en el que poner a trabajar nuestros ahorros a largo plazo. Y el mejor activo es una cartera diversificada de fondos de inversión acorde a nuestro perfil de riesgo. El momento de entrada o de incrementar o reducir exposición no será tan importante si nuestro horizonte temporal es suficientemente amplio.

 

martes, 16 de febrero de 2016

Nuevo intento de rebote que debería confirmarse en las próximas sesiones

Con la apertura de hoy encadenamos tres sesiones de subida en la bolsa europea. La semana pasada las fuertes correcciones tras un pésimo mes de enero dejaban la sensación de que la tendencia bajista está plenamente instaurada y los soportes de medio y largo plazo iban a terminar cediendo. Pero haciendo un repaso a la situación y al comportamiento de los principales índices de renta variable llegamos a la conclusión de que los soportes relevantes no se han roto. Además, los miedos que nos han llevado hasta la situación actual, resulta que están dejando de ejercer presión bajista.


·         Primer miedo. La devaluación del Yuan. El verano pasado fue la devaluación del Yuan la que generó el primer importante tramo bajista de todos los mercados de riesgo, y en la primera semana del año, otra devaluación del yuan generó un nuevo ataque bajista. Sin embargo, ya el comportamiento del Yuan frente al dólar no está llenando tantas portadas y es que se está revalorizando con fuerza hasta el punto de que ya cotiza en positivo en el año, tal y cómo se aprecia en el gráfico frente al dólar. Incluso está recuperando los niveles del verano pasado.

 



·         Segundo miedo. La caída del petróleo. En principio parecía que se debía a una menor demanda por miedo a una recesión global. A lo largo del año todos tenemos claro que se debe a una guerra de precios para ganar cuota de mercado los países de oriente medio frente a la mejor tecnología de Estados Unidos (Fracking). Lo que está claro es que el petróleo dejará de caer e incluso repuntará con fuerza en cuanto los países productores acuerden reducir la producción. Hoy tenemos reunión entre Rusia y los países árabes para tratar el tema. Si hubiese algún anuncio en la dirección comentada, tendríamos subidas generalizadas en todos los activos de riesgo. De momento el futuro del WEST Texas espera noticas en clara zona de resistencia. Si no hay nada volverá a bajar y si hay comunicado positivo, se romperá al alza el canal bajista de los últimos meses. Un cierre sobre 32.5 sería fundamental.
 



 ·         Miedo en el sector financiero europeo. Las dudas sobre la solvencia de Deutsche Bank han arrastrado a la baja a todo el sector financiero europeo. El viernes Deutsche Bank dejó claro su fortaleza recomprando deuda. Ayer Draghi volvió a dejar claro ante el parlamento europeo que la banca europea goza de buen estado de salud.

 La correlación entre el petróleo y el S&P500 sigue muy patente. Actualizo de nuevo el gráfico comparando la evolución del petróleo y el futuro del S&P500.

 


 Claro doble suelo del mercado en los mínimos de enero y febrero. Por tanto, si el petróleo rompe el canal bajista comentado, el S&P500 romperá al alza, así como el resto de mercados que vamos a repasar en gráficos.

 Evolución del S&P500. El equivalente del 32.5 del petróleo lo situamos en el 1.900 del S&P500. Claramente se ha frenado en la zona de mínimos desde 2014. Romper el 1.900 podría confirmar el suelo.

 



Alargando el gráfico, vemos que la zona de 1.800 es clave.




 
En europa tenemos situación similar en Alemania. También se ha frenado en la zona de mínimos de 2014. Superar el 9.300 (mínimos de enero y verano pasado) sería confirmación de suelo.
 



 

Para el Eurostoxx 50 situaríamos el nivel a superar para confirmar el suelo en el 2.850 (mínimos de 2014 y enero, así como base del canal bajista).

 


Al Igual que el S&P500, el Eurostoxx 600 se ha frenado en la zona de mínimos de 2014 y base del canal alcista desde 2009.

 


 Y los emergentes han sido también de los pocos mercados que no han marcado en febrero nuevos mínimos respecto a enero. Justo cotiza en la línea que une los mínimos de las dos últimas grandes crisis.

 


 Por tanto, estamos en una situación idílica para asumir riesgos. Los soportes están muy cerca.