jueves, 29 de noviembre de 2012

Ni con Alan Greenspan las compañías tenían financiación más barata

            La crisis económica actual tiene su origen en la laxa política monetaria de los últimos años propia de los bancos centrales. Los bajos tipos de interés permitieron a multitud de prestatarios de dudosa solvencia acceder al crédito necesario para realizar grandes inversiones (tanto inmobiliarias como empresariales) que, en la actualidad, se han demostrado insolventes o poco rentables. El “exceso de liquidez” de antaño se ha convertido en una restricción del crédito internacional. 
            De entre todos los bancos centrales, al igual que ahora, la actuación más criticada ha sido la llevada a cabo por Alan Greenspan. En el año 2002, EEUU estaba inmersa en una dura recesión económica como consecuencia del estallido de la burbuja tecnológica de las puntocom y los atentados terroristas del 11-S contra el World Trade Center en 2001. El 2 de agosto de 2002, Krugman (premio Nobel de Economía y asesor de Obama) escribió en su columna del New York Times lo siguiente: 
"Para combatir esta recesión, la FED necesita contestar con mayor brusquedad. Hace falta incrementar el gasto familiar para compensar la languideciente inversión empresarial. Y para hacerlo, Alan Greenspan tiene que crear una burbuja inmobiliaria para reemplazar la burbuja del Nasdaq".

            Y bien que lo consiguió. Todos sabemos las consecuencias que estamos sufriendo hoy en día. Pero hoy, si analizamos con detenimiento la situación del mercado actual y no nos centramos en que las Pymes y familias españolas no tienen acceso al crédito, o que los bonos del estado español a 10 años siguen estando en torno al 5.50%, vemos que las grandes compañías que lideran los índices mundiales nunca en la historia se han financiado más barato que lo están haciendo hoy en día.

            A toro pasado, todos somos toreros. Y está claro que viendo la situación del año 2002, con los tipos en mínimos históricos y la gran corrección de los índices bursátiles por el estallido de la burbuja tecnológica, se ve muy claro que había que haber apostado por la renta variable.

  
Pues fijémonos hoy en los siguientes gráficos:

 

Diferencial de crédito a 5 años Bono Europeo de grado de inversión




Diferencial de crédito a 5 años Bono Europeo de grado de especulación



Diferencial de crédito a 5 años Bono Estados Unidos de grado de inversión


            Los tres miden diferenciales de crédito a cinco años exigidos a empresas frente al Swap. El primero es de las compañías europeas de grado de inversión, el segundo de las europeas con carácter especulativo (Rating inferior a BBB-) y el tercero mide las Estadounidenses de grado de inversión. Para saber en término medio cual es la rentabilidad que el mercado exige a los bonos de estas compañías hay que sumar a estos diferenciales el tipo de interés de la curva SWAP a cinco años.
            
            La evolución del SWAP a cinco años para la zona euro es la siguiente. Con la actuación de los bancos centrales, consiguieron bajar el SWAP a cinco años desde el 6% hasta el 2.6% en el año 2002.
  
Evolución del SWAP a 5 años para la Zona Euro



Esta misma curva para Estados Unidos es la siguiente. Evolución similar con bajada desde el 6% al 2.5%.

Evolución del SWAP a 5 años en Estados Unidos


            Varias conclusiones claras del estudio de estos gráficos. La primera es que los diferenciales se dispararon al alza al estallido de la crisis y aunque se están estrechando bastantes, en todos los casos estamos aún por encima de los niveles que había entre 2003 y 2007. En Europa estamos en 125 p.b. cuando antes de la crisis se solía exigir un diferencial de 50 p.b. en grado de inversión, y para las compañías especulativas, estamos en 500 p.b. frente a los 250 p.b. de promedio de antaño. Para Estados Unidos muy similar. Estamos en 100 p.b. frente a los 50 p.b. de antes de la crisis. La pregunta no es si estos diferenciales se pueden estrechar más o no. La reflexión a la que queremos llegar es que las compañías que acceden a financiación lo están consiguiendo más barato que nunca.

            Si nos fijamos en el SWAP de Estados Unidos, vemos que las bolsas comenzaron a recuperar cuando volvió al nivel del 2.5% que hizo que los mercados subiesen en el 2003. Sin embargo, como la crisis no termina de superarse, la Reserva federal sigue inventando QE y operaciones TWIST sigue presionando a la baja los tipos de interés y actualmente estamos en mínimos históricos en torno a 0.8% tanto en Europa como en Estados Unidos.  Si partimos de esta base de 0.80%, vemos que en Europa y Estado Unidos una compañía con buen rating consigue financiación a cinco años en torno al 2% cuando en el 2003 lo conseguía al 3% (2.5% SWAP+ 50 p.b. de diferencial). Las High Yiel se financian al mismo tipo, en torno al 5.80%.

            Así pues, está claro que toda la labor que han realizado desde que estalló la crisis Subprime está dirigida a que las empresas consigan financiación barata. Y a los hechos me remito que sí que lo están consiguiendo. Así pues, y como hemos venido recalcando desde septiembre, no nos podemos dejar llevar por las noticias negativas que nos invaden a diario, y centrarnos en lo verdaderamente importante, que es que las empresas que lideran los índices están mucho menos endeudadas y a tipos mucho más baratos. Esto, unido a que sí que habrá crecimiento (Aunque sea por debajo del potencial medio) es lo fundamental para pensar que las bolsas tienen potencial y que hay que aprovecharlo. Por eso, aunque estemos en plenas resistencias, y sea momento de recogida de beneficios por la fuerte subida desde julio, creemos posible que finalmente haya ruptura al alza y habría que incrementar los riesgos de las carteras puesto que en estos años de crisis se pueden estar formando los cimientos para una futura tendencia alcista de largo plazo.

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