martes, 26 de noviembre de 2013

¿Estamos ante una burbuja en la renta variable o en la renta fija?

Mientras las bolsas europeas se mantienen en el rango lateral que venimos comentando desde hace semanas, la pregunta que todos nos hacemos es por dónde romperemos el movimiento. Estamos acercándonos al cierre del año y a estas alturas a diario nos llegan informe sobres las previsiones de cara al próximo año. Todo apunta a que el año puede estar cerrado y si el gestor que nos manda el informe es de renta fija nos avisa que estamos ante una burbuja en la renta variable, mientras que si es un gestor de renta variable, nos avisa de todo lo contrario.

Así pues, ante la atonía comentada de los índices en Europa (a la espera de que el Ibex supere el 9.750 o el Eurostoxx el 3.070 en cierre, pues hoy vamos a echar un vistazo al comportamiento de la renta fija y de la renta variable en los últimos 25 años.

Si miramos la evolución de la rentabilidad del bono a 10 años americanos observamos que está en caída libre desde principios de los años 80. Las tires han pasado del 16% al 1.5% que hemos visto este verano.



Ya sabemos que caídas en tires, significan subidas en precio. Es decir, que cualquier compra de bonos en los últimos 25-30 años ha ofrecido suculentas rentabilidades con mucha menor volatilidad que la renta variable. En el siguiente gráfico comparamos la evolución del MSCI World frente a la evolución del Índice Barclays global Aggregate bond index (el más utilizado por la industria de fondos de inversión de renta fija global). Todo el mundo está familiarizado con los índices de renta variable, y sabemos que Estados Unidos y Alemania están en máximos históricos.

Pero emergentes y Europa están lejos de estos máximos. Sin embargo, en todas las zonas geográficas del mundo, los tipos de interés están en zona de mínimos históricos (incluso en España con la prima en +230 p.b.). En la gráfica la comparativa es clarísima. En los últimos 25 años invertir en el índice de renta fija global hubiera reportado unas rentabilidades del 6.91% anualizadas, mientras que haber invertido en renta variable global, hubiera reportado unas ganancias del 4.96% anualizadas. Evidentemente, la mayor volatilidad de la renta variable no se ha visto compensada.



A la vista del gráfico anterior, parece evidente que de haber alguna burbuja, parece que es la renta fija la que tiene todas las papeletas. Si acortamos la comparativa y lo comparamos desde principios del 2000, que es  cuando los bancos centrales fueron más activos, la burbuja en la renta fija se aprecia con más claridad. Las bolsas están en niveles de hace 13 años, mientras que los bonos han seguido rentando un 5.88% anualizado.


Así pues, todo depende del punto de vista con el que miremos la situación y los gráficos. Si miramos la subida de las bolsas de los últimos dos o tres años, y ver que estamos en máximos históricos, pues parece que podamos estar en una burbuja. Pero si lo miramos desde una perspectiva de muy largo plazo, parece que el S&P500 está justo en la confirmación de una señal alcista de largo plazo. Después de 15 años de movimiento lateral, lo estamos rompiendo al alza, al igual que ocurrió a principios de los 80 cuando el S&P500 salió del lateral provocado por la crisis del petróleo de los años 70.



A propósito del largo plazo, actualizaremos hoy la comparativa entre el oro y el S&P500. Justo al romper al alza el S&P500 el lateral comentado, vemos como el oro está rompiendo a la baja el canal alcista de los 15 últimos años. Así pues, la figura también se parece a la que protagonizaron ambos activos a principios de los 80.


          Así pues, nosotros pensamos que de haber una burbuja en algún tipo de activos, lo más probable es que se esté gestando en la renta fija que en la renta variable.

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