martes, 10 de noviembre de 2015

Llevamos 14 sesiones en 100 puntos. Ahora pendientes de la fortaleza del dólar.

El pasado 23 de octubre decíamos que tras la subida en vertical de los mercados desde los mínimos de septiembre, las bolsas habían entrado en terreno de nadie. Las medias de 200 sesiones en la mayoría de sectoriales europeos habían frenado en seco las subidas de la mayoría de valores. Desde entonces, los índices apenas se mueven pero cada día hay una enorme diferencia de rentabilidad entre los mejores y peores valores de los principales índices. Es sinónimo de una rotación sectorial al alcanzar zona de resistencia.

El mejor índice que representa este terreno lateral es el Eurostoxx 50. Con la de hoy llevamos 14 sesiones con el índice moviéndose en 100 puntos. Concretamente desde el pasado 23 de octubre el Eurostoxx 50 se está moviendo entre 3.380 y 3.480 puntos justo entre la media de 200 y 20 sesiones tal y cómo se aprecia en el gráfico. Precisamente en el gráfico de velas diarias del Eurostoxx se aprecia un hueco alcista que dejó el Eurostoxx en la sesión posterior a la reunión del BCE. Ese hueco se cerraría si el Eurostoxx 50 corrigiese hasta la zona de 3.362 puntos, que son los máximos del jueves 22 de octubre.  



Por tanto a corto plazo el escenario más probable es que este lateral se prolongue en las próximas sesiones y no se puede descartar que lo perfore a la baja para cerrar el hueco alcista. Es decir que el Eurostoxx corrija a la zona de 3.362 puntos (un 1.6% adicional) y sea ahí donde vuelva a entrar dinero en la renta variable europea.

¿La excusa esta vez para la corrección? Básicamente un informe de ayer de la OCDE en la que advierte de un frenazo en el comercio internacional y rebajó previsiones de crecimiento de la economía mundial. Para algunos la noticia es negativa pero otros verán con alivio que este organismo, después de todo el pánico de este verano revise la previsión de crecimiento mundial sólo una décima. Para la OCDE el crecimiento global para este 2015 se quedará en el 2.9% frente al 3% de su última revisión. También revisó a la baja la previsión de crecimiento de 2016 del 3.6% al 3.3% pero para contrarrestar dijo que espera crecimiento en 2017 del 3.6%. Sinceramente cuesta creerse las previsiones a más de un año de cualquier organismo oficial o privado. Sólo hay que ver que justo hace un año la previsión de crecimiento para 2015 de la OCDE era del 3.7% (en noviembre) y desde entonces en cada informe la ha ido rebajando. En diciembre es bastante más probable que acierten.

La mayor preocupación de la OCDE en su informe es que el comercio mundial crecerá sólo un 2% este año, niveles mínimos de los últimos 50 años. Es bastante preocupante este dato puesto que “el comercio mundial ha sido un referente para la producción mundial”. El indicador que mejor demuestra esta ralentización del comercio mundial es el Baltic Dry Index, índice que mide la media de los precios del transporte por mar de las principales materias primas. Este índice ha caído a zona de mínimos históricos demostrando justo lo que comenta la OCDE. Obviamente, en la medida en que la economía mundial entra en crisis, se reducen los contratos de transporte de materias primas y en consecuencia el Baltic Dry Index desciende. Por tanto, se considera un indicador adelantado del mercado y se revela como un eficaz termómetro de la evolución de la economía mundial.

Esto es la teoría, pero curiosamente si comparamos la evolución del índice con el MSCI World, sirve más para detectar suelos de mercado que techos. Y la situación actual se parece más a un suelo de mercado que a un techo. Desde el año 1.985 (desde que tengo datos de bloomberg) este índice nunca ha estado consistentemente por debajo de 800 dólares. Y siempre que ha estado, ha marcado inicios de fuertes tendencias alcista de la renta variable global. Aunque para ser más honestos, lo que realmente ha marcado el inicio de la tendencia alcista ha sido el giro alcista del Baltic Dry Index. De momento no termina de rebotar, pero cómo hemos comentado nunca en la historia se ha mantenido consistentemente en los niveles actuales.


 
Además, lo que está enfriando el optimismo del mercado ha sido una vez más la revalorización del dólar. A pesar de que pensábamos que la subida de tipos en diciembre o enero estaba totalmente descontada por el mercado, los buenos datos de creación de empleo de EE.UU. de la semana pasada han generado un nuevo tramo al alza del dólar y con ello está arrastrando a la baja el precio del petróleo y resto de materias primas. Tras esta decisión el U.S. Dólar Index que mide el cruce del Dólar frente a la media de las principales monedas mundiales, superó el viernes los máximos de julio y agosto y parece dirigirse a máximos del año.


Este movimiento añade una presión a las materias primas y economías emergentes. El CRY, índice general de materias primas está corrigiendo de nuevo a zona de mínimos del año.

 
 
Habrá que estar muy atentos al comportamiento en las próximas sesiones del Dólar índex. Si mantiene la fortaleza actual y supera máximos del año, podría poner en peligro la recuperación o intento de suelo de materias primas. Desde el punto de vista fundamental, sólo tendría sentido que lo superase si la subida de tipos fuese bastante más agresiva de lo que el mercado descuenta hasta ahora. Nosotros pensamos que no hay argumentos ni para superar estos máximos ni tampoco como para que haya un giro a la baja. Mantenerse en niveles actuales reduciendo la volatilidad actual sería un buen escenario para los activos de riesgo y sobre todo para la renta variable europea ya que significaría que nuestras empresas ganan competitividad gracias a la bajada del euro y reducción del coste de materias primas y energía.  

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