A
principios del año pasado todos los informes apuntaban a que la renta fija no
tenía recorrido puesto que los tipos estaban en mínimos históricos. Todas las
casas tenían (más bien teníamos) claro que había que tener algo de renta
variable para obtener rentabilidad. El binomio rentabilidad riesgo era mucho
más favorable para la renta variable. Sin embargo, los activos de renta fija,
sobre todo los bonos corporativos y de deuda pública europeos de largo plazo,
han tenido un año espléndido.
En
el día de hoy analizaremos el comportamiento de la renta fija y renta variable
europea y el potencial de revalorización y riesgo que ofrece cada uno de estos
activos. El gráfico de la evolución de la tir del bono alemán de 10 años es
claramente bajista. Hoy cotiza al 0.37% cuando a principio del año pasado
parecía que iba a superar el 2% al alza por las mejores previsiones de
crecimiento.
Y es
que, tal y como venimos comentando, la caída de las tires de los bonos ha
venido ocasionada por las menores previsiones de crecimiento de Europa, por la caída
de la inflación y por la especulación de un QE por parte del banco central
europeo. Pero si significativo es ver la evolución de la tir, más espectacular
es ver la evolución del precio del bono. El futuro del Bund (bono 10 años) sube
un 15% desde inicios del 2014. Y un 33% desde los mínimos de 2011.
LA
renta fija ha subido (su precio) casi tanto como la renta variable. Esto para
el plazo de 10 años, pero es que si aumentamos el plazo y nos fijamos en el
bono alemán que vence en el 2040, hoy cotiza al 0.86% y nada menos que al 188%
de precio. El precio de este bono ha subido nada menos que un 38,36% desde el 1
de enero del 2014. Sinceramente, de haber burbuja, creo que es más factible en
la renta fija que en la renta variable.
·
Desembolso hoy por la compra del bono 191,136
euros. 188,260 de principal y 2876 euros de cupón corrido.
·
Todos los días 4 de julio desde 2015 hasta 2040
cobraría 4750 euros brutos (que sería sólo del 2,48% sobre el importe
invertido). Serían 118,750 en total a los que habría que restar la retención a
hacienda. Hoy es del 20% por lo que neto ingresaría 95.000 euros.
·
A vencimiento nos devuelven 100.000 euros.
·
El resultado neto de la operación sería por
tanto (sin reinvertir los cupones) de 195.000-191.136 euros. Es decir, una
inversión de 195.000 euros para ganar 3.864 euros en 25 años.
Así
pues, tal y como hemos comentado hace unos días, la compra de bonos a largo
plazo a las tires actuales, sólo puede tener un carácter especulativo o bien si
se piensa que la deflación se mantendrá por un largo periodo de tiempo en Europa.
Sin embargo, un leve repunte de los tipos de interés puede ocasionar fortísimas
pérdidas. Si algo hay seguro es que este bono que hoy vale 188 de precio,
terminará valiendo 100. Por el camino tiene la opción de seguir subiendo a
corto plazo o ir corrigiendo paulatinamente. Siguiendo con el ejemplo numérico,
si el bono cotizara dentro de 6 meses al 1.5% (nivel al que cotizaba en
noviembre de 2014), el precio bajaría nada menos que al 167.3%, lo que sería
una pérdida del 11%. En definitiva, ganancias limitadísimas y posibilidad de
pérdidas muy altas y sobre todo, quedarnos pillados en un activo 25 años para
recuperar la inversión.
Sin
embargo en bolsa aunque el Eurostoxx 600 también puede estar en zona de techo,
la rentabilidad riesgo a largo plazo es mucho más favorable para la renta
variable que para la renta fija.
Evolución
del Eurostoxx 600
Simplificando
y teniendo en cuenta sólo los flujos de dividendos que recibiríamos, el ejemplo
anterior nos daría los siguientes flujos.
·
Hoy hacemos el mismo desembolso que la compra
del bono por 191,136 euros.
·
La rentabilidad por dividendos a los precios
actuales para este índice es del 3.49%. Por lo que recibiríamos 6.670 euros
brutos cada año. A los 25 años serían 166,750 que netos (20% retención) serían
133.400 euros.
·
Para terminar ganando lo mismo (3864 euros)
dentro de 25 años, la inversión final tendría que ser 61.600 euros. Para que la
inversión en el Eurostoxx 600 valiese este contravalor, el índice tendría que
corregir un 67.8%, o lo que es lo mismo, bajar hasta 120 puntos, mucho más bajo
de los mínimos marcados en la caída de Lehman.
Sé
que he resumido mucho y alargado bastante los plazos para que el resultado sea
más exagerado, pero lo que queremos dejar patente es que si el BCE cumple su
mandato de mantener la subida de los precios en su objetivo cercano del 2%, los
bonos van a sufrir bastante. Probablemente no lo hagan a corto plazo porque las
expectativas de inflación están ancladas, pero lo terminarán haciendo. Y la
rentabilidad tan baja que ofrecen hoy no compensan estos riesgos. Sólo el que
compre el bono en cuestión al 188% pensando que en dos semanas se lo va a
vender al BCE al 191% (por poner un ejemplo) puede justificar su compra.
Pero
para estar expuestos a la volatilidad y correcciones que pueden sufrir los
bonos de renta fija, sobre todo los de largo plazo, sin duda preferimos la
volatilidad y posibles correcciones de la renta variable.
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