A pesar de las fuertes caídas
de la inflación en Europa, Draghi no
anunció ayer ninguna medida no convencional. Pensábamos que el mercado
podría recortar con fuerza si no se tomaban medidas. Sin embargo seguimos con
fuerza. Sin duda Draghi, a pesar de no tomar medidas sí que sabe medir sus
palabras en los discursos y supo trasladar al mercado que actuará en cuanto sea
necesario. El mercado se lo está tomando bien y mantenemos el tono alcista en
todas las plazas europeas.
Según las previsiones del
Banco Central Europeo, la inflación podría caer hasta el 0,6% en 2014, lo que
pronto obligará a Mario Draghi a sacar la artillería pesada si quiere ganar la
batalla contra la deflación y proteger la frágil recuperación económica de
Europa. Según un informe de JPMorgan estas serían las armas que podría usar el BCE para tratar de satisfacer al mercado:
·
En primer lugar,
una buena política de comunicación o de
gestión de expectativas (forward guídense) por parte del BCE podría
contribuir a mejorar la confianza. El BCE podría seguir los pasos de la Reserva
Federal estadounidense (Fed) y del Banco de Inglaterra (BoE) y vincular
cualquier futura subida de los tipos de interés a un indicador económico
concreto, como la tasa de desempleo. Draghi ha reiterado que mantendrá los
tipos de interés bajos durante el tiempo que sea necesario pero sigue sin
vincular las subidas de tipos a un indicador económico. Ofrecer más información
sobre el camino que seguirá la política monetaria lanzaría una señal positiva
al mercado y podría ser útil en la lucha contra la deflación.
·
En segundo lugar,
el BCE podría llevar por primera vez los tipos
de interés a territorio negativo, es decir, empezar a cobrar a los bancos
por los fondos depositados en el BCE para estimular el crédito y generar
inflación. Aunque el concepto de tipos de interés negativos se ha probado en
países como Suiza o Dinamarca, ha sido a muy pequeña escala, por lo que no
sabemos qué consecuencias podría tener esta medida relativamente novedosa
contra la deflación.
·
Por último, el
BCE podría poner en marcha un programa
de expansión cuantitativa (QE) similar al del BoE o la Fed. Si bien la
compra de bonos en el mercado abierto resultaría efectiva contra la deflación,
la expansión cuantitativa se enfrentaría al rechazo político de países como
Alemania, preocupados por la amenaza que puede llegar a suponer para los
contribuyentes.
En definitiva, la decisión
del BCE de esperar y no adoptar nuevas medidas contra la deflación no ha
sorprendido a los mercados, pero la no actuación ha servido para que tanto el
Ibex como el Eurostoxx se queden a las puertas de superar resistencias de largo
plazo muy importantes.
A priori, si no se está
produciendo una corrección y nos mantenemos con bastante probabilidad de que se
superen las expectativas es porque el mercado puede estar muy pendiente de la
publicación de resultados empresariales que comenzará a partir de la semana que
viene. De momento la subida de estas semanas se debe a un incremento notable de
las expectativas de crecimiento. En el siguiente gráfico comparamos la
evolución del Ibex 35 con el PER y
BPA estimados para el Índice a un año vista. La línea roja es la de los
beneficios por acción estimados para el próximo ejercicio. Si miramos atrás, se
aprecia que en todos los inicios de año se produce un salto similar, pero a
medida que los resultados no cumplen expectativas, los beneficios estimados han
continuado cayendo. Así, si este trimestre consiguiéramos que por primera vez
desde 2009, los beneficios del Ibex superaran expectativas sería la excusa perfecta
para que el Ibex rompiese la resistencia de 10.400 puntos.
En los siguientes gráficos semanales queremos dejar
patente tanto la importancia de las resistencias actuales, como el potencial
alcista del Ibex y del Eurostoxx si consigue superarlas al alza.
Evolución del Ibex 35. Tal y como comentábamos el
martes pasado, superar la media de 500 sesiones nos marcaría un siguiente
objetivo para el Ibex entre la zona de 11.000 y 12.000 puntos (retrocesos de
Fibonacci marcados en el gráfico). En el verano de 2.009 se pasó directamente
de 10.000 a 12.000 puntos.
Evolución del Eurostoxx 50. Esta semana está
superando por primera vez desde 2.008 la media de 500 semanas. Además coincide
con la zona de máximos de 2.010 y 2.011. Cómo hemos explicado en muchas
ocasiones en estas claves del día, un cierre semanal por encima de estos
niveles abre la puerta a un importante tramo alcista. A los inversores que
siguen el análisis técnico, les da exactamente igual lo que haya sucedido meses
atrás (si ha subido mucho o poco). Compran al romper una resistencia y saben
que su riesgo es muy limitado. Les basta con volver a vender si la media se
vuelve a perder ya que podría ser una trampa bajista. Pero si rompe, van con el
mercado. El siguiente objetivo desde este punto de vista, se sitúa entre 3.600
(directriz bajista desde el año 2000) y 4.000 puntos (parte superior del canal
alcista de los últimos años.
Así pues, una vez más van a
ser claves la publicación de los resultados empresariales, que son el verdadero
motor de las bolsas.
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