viernes, 28 de agosto de 2015

Instaurados plenamente en el movimiento lateral

Esta semana estamos comentando que esta crisis es más parecida a la de 2011 que a la de 2007. Ayer mismo se publicó la segunda revisión del PIB de Estados Unidos del segundo trimestre con un crecimiento del 3.7% frente al 2.3% de la primera estimación y 3.2% que preveía el consenso de analistas. Incluso en España también se han publicado unas magníficas cifras del crecimiento del PIB y esta mañana la cifra de ventas minoristas también ha batido previsiones. En definitiva, los datos macro conocidos hasta ahora no nos hacen pensar en la posibilidad de una recesión global. Es verdad que los datos son atrasados y habrá que esperar a los datos adelantados, siendo los PMI manufactureros los más relevantes y el de Estados Unidos y China se publicarán el próximo lunes.

Mientras tanto, se están dando las pautas clásicas tras una fortísima corrección como la vivida la semana pasada y el lunes de esta semana. Se produce un rebote y en cuanto nos acercamos a los soportes perdidos vuelven las dudas. En los niveles que hemos alcanzado vuelve a haber un equilibrio entre compradores y vendedores. Ahora están vendiendo los que se atrevieron a comprar en las rebajas del lunes y también venden aquellos inversores que “estaban pillados” con más riesgo en cartera de los que les permite su umbral de sueño. Y tras la subida en vertical desde mínimos hay menos compradores y los que están dispuestos a comprar prefieren esperar a las noticias de este fin de semana de Jackson Hole y las pistas sobre posibles intervenciones futuras de los bancos centrales.

Comentábamos que en momentos de alta volatilidad no había que tomar decisiones y era mejor esperar a que bajase la misma para adecuar la cartera al nuevo entorno de menor crecimiento y baja inflación. Actualizando el gráfico comparativo del Eurostoxx 50 y su volatilidad implícita se observa que la bajada de la volatilidad coincide con el rebote del índice justo a la zona de soportes que se perdieron la semana pasada (zona de 3.300 puntos que eran los mínimos del año y máximos significativos del año pasado.  



Así que, aunque ayer comentábamos que el escenario puede ser muy optimista para la renta variable y no es descartable una recuperación en “V” de los mercados, el escenario más probable sigue siendo un movimiento lateral entre los soportes perdidos la semana pasada y los mínimos de esta. Un rango amplio que cifrábamos para el S&P500 entre 1.750 y 2.000 puntos. Siguiendo con las similitudes del comportamiento del S&P500 en la crisis del 2011, vemos que tardó varios meses en recuperar el soporte perdido. El S&P no recuperó la zona de 1.260 puntos hasta final de año. Estuvo desde la segunda semana de agosto hasta entonces moviéndose entre 1.100 puntos y 1.250 puntos (rango de un 13.6%). Ahora el soporte perdido del S&P500 está situado en la zona de 2.050 puntos y los mínimos del lunes están en 1867 puntos (1820 son los mínimos de octubre del año pasado). Un rango de un 10%-12.5% en el que podríamos movernos antes de tener pistas suficientes para poder determinar si estamos ante el inicio de una nueva crisis (romper a la baja el 1.820) o ante el inicio de un nuevo tramo alcista en la tendencia principal iniciada en 2009 (romper al alza el 2.040).  



Lo mismo ocurre con el DAX 30 alemán. Tampoco recuperó el soporte perdido hasta enero de 2012 y se movió en un lateral entre 5.000 puntos y 6.350 (27%). Ahora el rango probable para el Dax sería entre 9300 y 10.600 puntos.  


Precisamente el fantasma de la deflación rápidamente está desvaneciéndose con los datos macro y las medidas tomadas esta misma semana por el estado chino. El petróleo ayer vivió un fortísimo rebote que vuelve a situar al WEST Texas por encima de 40 $ el barril y un 12.74% por encima de los mínimos del lunes recuperando incluso los mínimos del año perdidos la semana pasada.

Evolución del West Texas en el último año.



Las expectativas de inflación rápidamente están repuntando al alza en todos los plazos, alejándose las de 1 año del nivel del 0% que estuvo a punto de alcanzar este mismo lunes.

Expectativas de inflación de Estados Unidos.  



En definitiva, viviremos un periodo convulso y sin una tendencia clara y no hay que estar intentando justificar todos los movimientos intradiarios. Ahora más que nunca nos moveremos por la oferta y demanda y esta estará más afectada por los sentimientos y psicología de los inversores que por los fundamentales de la economía. Un terreno idóneo para ir tomando decisiones. La primera entiendo que es esperar a las noticias de este fin de semana y datos macro del lunes. Si sigue el apoyo de los bancos centrales y los datos no son catastróficos, entonces ganaría enteros la posibilidad de recuperar los soportes perdidos inmediatamente sin tener que pasar por un lateral de meses. De lo contrario los soportes serían una fuerte resistencia y volverán las dudas.

Los inversores que se dediquen más al corto plazo deben instalarse en el nuevo rango más probable para los índices vendiendo cerca de resistencias y comprando cerca de soportes. Los inversores a los que esta caída les ha pillado por sorpresa o con mucho más riesgo del que admite su perfil, deben aprovechar el rebote de esta semana para ahora ir reduciendo riesgos. Mejor ahora que el Ibex está en 10.300 que el lunes cuando en pleno pánico se vendía a 9.500 puntos. Y los inversores de más largo plazo pueden reducir algo pero muy atento a volver a incrementar riesgos si se supera al alza el terreno lateral que comentamos o si se vuelve a corregir a la zona de mínimos de la semana ya que mientras los datos no adelanten una recesión global o un crecimiento cercano a cero, las tendencias alcistas de largo plazo de los principales índices no corren peligro.


jueves, 27 de agosto de 2015

¿Y si resulta que el escenario es optimista para la renta variable?

No. No me estoy dejando llevar por la euforia del fuerte rebote de ayer de los índices americanos y la apertura en positivo de los índices europeos. Soy totalmente consciente de que los mercados de renta variable están muy tocados y estos movimientos pueden deberse al rebote del gato muerto. En nuestros análisis, estudiar o tratar de analizar el comportamiento diario o intradiario de los índices no es nuestro cometido. Tratamos de tener una visión más global y una perspectiva más de medio plazo.

Y precisamente en esta visión más amplia, la pregunta que debemos hacernos hoy es si la situación del mercado (precios de los activos) es hoy mejor o peor que hace sólo un mes. Evidentemente los precios están más bajos, pero ya hemos explicado en multitud de ocasiones que no es lo mismo valor que precio. Los precios pueden estar más bajos pero ofrecer menos potencial de revalorización. No obstante, en las últimas claves diarias estamos dejando claro que hay que aprovechar los rebotes y bajada de volatilidad para adaptar las carteras a un entorno de menor crecimiento global.

Pero tras el movimiento lateral que es el más probable que estimamos ahora mismo, desde el aquietamiento podemos entender que es bastante probable que tras esta consolidación, la renta variable rompa incluso con fuerza al alza. En el gráfico del S&P500 podemos ver que la vela de ayer dirigiendo el precio a la media de 500 sesiones es también calcada a la que se produjo en el S&P500 en el verano del 2011. De momento siguen las similitudes con la crisis del 2011 que comentamos ayer.  



Y lo que provocó en septiembre de 2011 que el S&P500 se decidiese a romper al alza el lateral comentado fue el anuncio el 21 de septiembre de la operación Twist (canjear bonos a corto plazo por bonos a largo plazo) por parte de Bernanke (Reserva Federal). Con esta medida, los bancos centrales conscientes de que la recuperación económica global aún no era autónoma, dejaron claro que seguirían apoyando a la economía.

Quizás lo ocurrido este mes sirva para que de nuevo los bancos centrales sigan apoyando al mercado. Sobre todo, tras una clara señal de que la recuperación económica no será tan brillante y sobre todo, que con la bajada de materias primas y fortaleza del dólar y del euro respecto a emergentes, ambos bancos centrales van a tener muy complicado conseguir sus objetivos de inflación. A lo largo de la semana ha habido declaraciones de miembros del BCE dejando claro que el QE anunciado por Draghi este año no tiene por qué finalizar en septiembre del 2016, y miembros de la FED dejando claro que aún se puede esperar antes de la primera subida de tipos. Por tanto, el menor crecimiento de emergentes, la fortaleza del euro y del dólar, la devaluación del Yuan, pueden provocar que tanto la FED como el BCE sigan apoyando al mercado con medidas no convencionales (convencionales ya no pueden porque hace tiempo que tienen los tipos en el 0%.

En el siguiente pantallazo de bloomberg se recogen los pronósticos de los analistas sobre la probabilidad de cambio de tipos de interés en la reunión de diciembre de este año. Hace 6 meses, los futuros daban una probabilidad del 90.4% de que para esta reunión hubiese movimiento en los tipos de interés. Hoy la probabilidad es sólo del 51.8% y bajando puesto que hace una semana era del 62.1% (segunda columna de la tabla). Incluso hace 6 meses había un 18.8% de probabilidades de que hubiese tres subidas de tipos en el año (hasta el rango 0.75%-1%). Hoy esa probabilidad es de sólo un 0.8%. Ahora mismo, el escenario más probable es que ni tan siquiera en diciembre haya subida de tipos de interés (un 48.2% frente a un 40.4% de subida de un cuarto de punto. Entendemos que tras la reunión de los banqueros centrales en Jackson Hole, con rueda de prensa el sábado, podemos tener pistas en el inicio de la semana que viene de la futura actuación de los bancos centrales.



Actualizo el gráfico semanal del S&P500 en el que se monitorizan todas las actuaciones de la reserva federal y se observa que esta semana se ha llegado a la base del canal alcista de medio plazo.



Y si la debilidad de las divisas emergentes se inició en el momento que Bernanke anunció el tapering (mayo 2012) y los inversores retiraron sus inversiones sobre todo de los mercados emergentes y lo invirtieron en dólares, ahora podría corregirse gran parte de la sobrerreacción puesto que se demuestra que la subida de tipos no va a ser ni tan pronto ni tan agresiva cómo cabía esperar. Comentábamos la semana pasada que el dólar podría estar haciendo techo frente a las principales divisas emergentes y vemos cómo desde los máximos del lunes, ya pierde un 7% frente al rublo, y también pierde posiciones respecto al resto de divisa salvo el Euro (también seguirá su banco central apoyando a la economía) y real brasileño. Si vemos la evolución en su conjunto observamos que todas las divisas emergentes ya se han depreciado muchísimo frente al dólar desde las palabras de Bernanke.



No hace falta que cambien de tendencia. Basta que corrijan parte de la fuerte apreciación para que parte del dinero que se refugió en dólares vuelva a asumir riesgos en los países en los que hicieron caja en aquel momento. Viendo este gráfico no parece que sea ahora el momento de seguir apostando por una depreciación de las divisas emergentes puesto que ya han hecho todo el recorrido (o quizás la mayoría del movimiento).

Así pues, sí que pudiésemos estar ante un muy buen escenario para la renta variable. Habrá crecimiento, no hay riesgos de inflación pero tampoco riesgos de deflación puesto que los bancos centrales seguirán apoyando a la economía y las materias primas ya han corregido en torno al 50% y los tipos de interés seguirán estando en mínimos más tiempo del que pensábamos. Por tanto, las compañías seguirán financiándose más barato, los consumidores tendrán más renta disponible al tener sobre todo precios baratos de la energía, los márgenes empresariales no tienen por qué reducirse y los inversores con los tipos en mínimos obligatoriamente deberán asumir algo de riesgo de renta variable.

Incluso la bolsa de China da muestras de querer rebotar en la media de 500 semanas. Tras las fuertes correcciones parece que estamos entrando en una fase en la que hay más compradores que vendedores. Los inversores son conscientes de que el Estado y Banco Central Chino tienen poderosas armas para luchar contra la desaceleración de su economía y lograr que el aterrizaje de la misma sea más suave de lo que se está descontando desde hace unas jornadas. Y aunque China crezca un 6.8% en vez de un 7.4% estamos hablando de menor crecimiento pero mejor crecimiento. A mediados de agosto el FMI publicó una breve nota resumiendo su posición sobre la desaceleración económica en China. De un crecimiento menor a un crecimiento mejor. A esto se refiere también el Gobierno chino al hablar de la “nueva normalidad”. A esto nos referimos cuando hablamos del cambio de modelo de crecimiento: del consumo a la inversión, en el caso de la demanda doméstica; de la demanda exterior a la doméstica. Y es esto lo que está pasando en China. Aunque crezca un punto porcentual menos, si mantienen la senda actual de un crecimiento de la demanda interna, las empresas exportadoras europeas y norteamericanas no tienen por qué ver caer sus cifras de ventas en este país.

Evolución del Hang Seng en velas semanales. Figura de vuelta justo al tocar la media de 500 semanas y mínimos del año pasado, que además coincide con el 38.2% de toda la subida desde los mínimos del 2009.


miércoles, 26 de agosto de 2015

Esta crisis es más parecida a la de 2011 que a la de 2007

¿Estamos ante una mera corrección dentro de la tendencia alcista o ante el inicio de una tendencia bajista de largo plazo? Evidentemente tener la respuesta hoy a esta pregunta nos allanaría muchísimo el camino y nos haría ver las correcciones actuales como una grandísima oportunidad de compra o por el contrario, intentar aprovechar cualquier rebote cómo el de ayer para ir deshaciendo riesgos en cartera.

Si miramos las cotizaciones de los principales índices, las correcciones de este verano son muy similares a las que se vivieron en el año 2011. Y los motivos básicamente también son similares. Aunque en este mes de agosto las correcciones se han acelerado por el miedo a una desaceleración económica mundial, los mercados ya estaban tocados desde abril por la agonía en las negociaciones de la deuda de Grecia con sus acreedores. En el verano del 2011 las correcciones comenzaron también en primavera con el terremoto de Japón y se aceleraron en el verano por la bajada de Rating de la deuda de Estados Unidos al llegar al límite de techo de gasto y la rebaja de previsiones de crecimiento global (afectado por la crisis de solvencia de Europa). Si miramos el gráfico del S&P500 vemos que son muchas las coincidencias en el precio del S&P500.



En los primeros recortes ocasionados por el terremoto de Japón en 2011 y por Grecia en 2015 el S&P500 corrigió pero rebotó en la media de 200 sesiones (línea roja). Tras este rebote no consiguió superar los máximos anuales y se giró a la baja de nuevo a la media de 200 sesiones. Y justo al perder la media de 200 sesiones en ambos periodos se produjo una caída vertical que llevó al índice a cotizar inmediatamente por debajo de la importante media de 500 sesiones tanto en agosto del 2011 como en el mes actual.
Curiosamente el indicador RSI marcó el mismo nivel de fuerte sobreventa (por debajo de 20) tanto en agosto de 2011 como en la actualidad. Incluso en agosto del 2011 perdió la línea que unía los mínimos desde 2009 al igual que ha pasado ahora con el S&P500 al perder los mínimos desde 2011. En aquel momento el S&P500 se giró al alza tras un movimiento lateral que duró desde principios de agosto a mediados de octubre y desde ahí resolvió la incógnita al alza. Incluso no hizo falta recortes adicionales a la zona de 1.000 puntos que en aquel momento parecía que era la zona de soporte siguiente (línea morada punteada de mínimos significativos anteriores). Ahora la zona de soporte natural para el S&P500 sería la que sitúo en el gráfico entre 1.725 (mínimos del año pasado y directriz alcista iniciada en 2009) y 1.825 (últimos mínimos significativos de octubre del año pasado).

En definitiva, y conforme a lo que comentábamos ayer de que los inversores no tomarán decisiones drásticas con la volatilidad en máximos y que ahora los mercados podrían entrar en un terreno lateral propicio para adaptar las carteras al nuevo entorno de menor crecimiento global, es factible que los mercados vuelvan a repetir la pauta de aquel verano y entremos ahora en un terreno lateral. Hace cuatro años se movió el S&P500 entre 1.080 y 1.220 puntos (un rango del 13%), por lo que no nos podría extrañar que ahora nos moviésemos en un rango similar en porcentaje (que no en puntos al ser la base más alta) y que situaríamos entre 1.750 y 2.000 puntos.

De momento no hay argumentos para que la zona de 1.750 puntos se pierda. Estamos hablando en el peor de los casos de una desaceleración económica y no de una recesión global. Estados Unidos seguirá en expansión económica, al igual que Europa e incluso los mercados emergentes. En el siguiente pantallazo de bloomberg se recogen las estimaciones del crecimiento del PIB por zonas geográficas del consenso de analistas de bloomberg y sólo hay riesgo de recesión en Latinoamérica y Europa oriental. La única novedad es que el crecimiento para este año se prevé menor que el que vivimos el año pasado. Pero habrá crecimiento y para la economía global rondará el 3%. Y todo ello con una inflación muy contenida y con los tipos de interés en mínimos históricos.  

  Entonces, ¿qué es lo que hay que vigilar para poder responder a la pregunta inicial? En primer lugar habría que mantener la calma y aprovechar la volatilidad que seguirá habiendo para reducir riesgos en los rebotes. En segundo lugar, ahora cobra bastante importancia los datos macro económicos que se vayan publicando. En el siguiente gráfico comparo la evolución del PMI manufacturero y crecimiento del PIB de Estados Unidos. Un PMI por encima de 50 siempre ha indicado crecimiento económico y por debajo de 50 ha indicado recesión. Las bajadas del PMI estando por encima de 50 ha significado desaceleración dentro del terreno expansivo. Las dos grandes fases correctivas del S&P500 (2.000-2.003; 2.007-2.009) coincidieron con periodos del PMI manufacturero (línea roja) por debajo de 50. Sin embargo el movimiento actual del PMI también se asemeja a la corrección vivida en 2.011. Aquel año, la corrección del PMI provocó que estados Unidos pasara de crecer un 3.10% en septiembre del 2010 a un 1.20% en septiembre del 2011.  



Así pues, mientras el PMI manufacturero se mantenga de forma estable por encima del nivel de 50, todo apunta a que esta crisis será más parecida a la de 2011 que a la del 2013 y por tanto, hay que seguir viendo las correcciones más como una oportunidad de compra (o al menos no vender en mínimos) que como el inicio de una fase bajista de larga duración.

Si miramos el resto de principales índices la situación es similar. Comenzando con el DAX 30 alemán que sigue una pauta similar al S&P500. No obstante es el índice que más se ha penalizado por la desaceleración de China debido a que los chinos son grandes clientes de las compañías exportadoras alemanas. Si vemos el gráfico observamos que la corrección ha sido calcada a la de 2011. Se ha frenado además en la línea que une los mínimos desde 2.011 y por abajo quedan aún muchos soportes antes de poder decir que se ha perdido la tendencia alcista de largo plazo.


El Eurostoxx 600 también ha corregido exactamente los mismos puntos que corrigió en el año 2011. Al igual que el DAX podría seguir corrigiendo incluso hasta la zona de 300-315 puntos y seguiría siendo un índice alcista a largo plazo ya que mantendría la directriz iniciada en 2009 y las medias de medio y largo plazo (200 y 500 sesiones).



Esto respecto a los países desarrollados. Los principales índices mantienen la tendencia alcista de largo plazo. Sin embargo los emergentes sí que han perdido esta directriz alcista. Pero en emergentes no podemos hacer la misma similitud que hemos realizado con el estudio del PMI manufacturero. Es verdad que los últimos datos de producción industrial están saliendo malos en China y el PMI está justo al borde de 50. En un país desarrollado estaríamos hablando de posibilidad de recesión, pero en China estamos hablando de crecer al 6% o incluso al 5.5% frente al 7% de años anteriores. Incluso en 2009 con una contracción sin precedentes del PMI manufacturero chino a niveles de 40 puntos CHINA CRECIÓ POR ENCIMA DEL 6%.  



Y es que es evidente que China no puede seguir creciendo a tasas del 10% o superiores como venía haciendo desde la década de los 80. Las economías más desarrolladas cada vez tienen más limitado su potencial de crecimiento. Desde principios de los años 80 el PIB per cápita de China en dólares a precios constantes ha subido a una tasa superior al 12% anual, mientras que en los países desarrollados esta tasa del crecimiento del PIB per cápita ha estado en torno al 4%. En el gráfico de la evolución del PIB per cápita de los países desarrollados frente a China se aprecia cómo se está incrementando el poder adquisitivo de los ciudadanos chinos. A principios de los 80 el PIB per cápita era inferior a 300 dólares frente a los más de 12.000 dólares de los ciudadanos americanos y hoy ya tienen 13.127 dólares. Si siguen creciendo a tasas del 6% en sólo unos años tendrán un poder adquisitivo (repito en dólares) similar a la de los países desarrollados.

Y estos son datos promedio, por lo que sabiendo que aún hay muchísima población que seguirá con un bajísimo poder adquisitivo, es fácil adivinar que hay más chinos que alemanes con un poder adquisitivo igual o superior a los ciudadanos americanos.  




En definitiva, mientras haya crecimiento global y lo que está ocurriendo sea una desaceleración dentro del terreno expansivo, será buen momento de tener en cartera renta variable. Es evidente que hay que ser prudentes y aprovechar los rebotes que haya para adaptar las carteras al nuevo entorno reduciendo exposición, pero hay que seguir manteniendo porque si resulta que ocurre como en 2011 y no hay recesión, los índices de renta variable volverán a subir con fuerza en cuanto se reduzca la volatilidad.  

martes, 25 de agosto de 2015

Repaso a los riesgos que están afectando al mercado

Hemos vivido las dos peores sesiones de los últimos años en la mayoría de índices bursátiles. A nuestro entender, son cuatro los motivos que, unido a la menor liquidez del mes de agosto, han acelerado las caídas y generado pánico vendedor que pudimos ver en la sesión del viernes y lunes pasado.

1-      Datos débiles de la economía China con caída de exportaciones, desplome del PMI manufacturas, que podrían poner en entredicho la recuperación económica global.
2-      Miedos a la deflación. La devaluación del Yuan perjudica a las economías exportadoras (DAX ha caido cómo emergentes) y abarata las importaciones por lo que genera control de precios para las economías desarrolladas.
3-      Incertidumbre política en Grecia por la dimisión de Tsipras y adelanto de elecciones.
4-      Incertidumbre sobre cuándo y a qué velocidad subirá los tipos la Reserva Federal.

Entendemos que el mercado se ha puesto a descontar todos estos peligros a la vez, de ahí las fortísimas correcciones. Pero si nos detenemos en ver cuáles son los riesgos reales, el primer riesgo que es el de una desaceleración global sí que afectará a todos los mercados, aunque no va a derivar en un periodo de recesión. Con las materias primas en mínimos históricos y el dólar haciendo techo respecto a las principales monedas, no veremos deflación sostenida sino que continuaremos prolongando el actual periodo de baja inflación con un crecimiento menor del que se esperaba hace unos meses. Las nuevas elecciones en Grecia tampoco deberían cambiar el panorama a largo plazo ya que el mercado hace tiempo que tiene descontado que Grecia no podrá pagar todo lo que debe, gobierne quien gobierne y la posibilidad de que Grecia salga del Euro hace meses que están ya en las ecuaciones de los miembros del mercado. Con la rebaja de expectativas de inflación actual consideramos muy improbable que la FED suba tipos y esperará acontecimientos para subirlos en octubre o diciembre según la evolución macro.

Así pues entendemos que tras la tormenta desatada estos días, debería volver la calma en cuanto se reduzca la volatilidad actual y los inversores adaptarán sus carteras al nuevo entorno de menor crecimiento e inflación controlada. Una volatilidad que se ha disparado a máximos. El índice VIX que mide la volatilidad implícita del S&P500 llegó ayer a niveles sólo superados en los últimos 20 años en el momento de la quiebra de Lehman.


 Actualizo el gráfico de la evolución de la volatilidad implícita del Eurostoxx 50 frente al precio del mismo, ya que se observa claramente cómo los picos de volatilidad coinciden históricamente con suelos del Eurostoxx. Con este estudio de volatilidad no quiero decir que estemos en un suelo y haya que comprar desesperadamente, sino que en momentos de pánico vendedor no es el mejor de tomar decisiones drásticas, sobre todo de venta dejándonos llevar por el citado pánico.  



lunes, 24 de agosto de 2015

Vender sólo si nos creemos que entramos en un escenario de deflación mantenida

La semana pasada comentamos que el verdadero peligro de los mercados que está generando el actual pánico vendedor es que rápidamente descuenta que las menores importaciones por parte de china y de los emergentes en general, tras la devaluación del Yuan, se va a traducir en deflación.

Si nos creemos que los precios de las materias primas y de energía van a seguir corrigiendo a ritmos similares a los de los últimos meses, pues sí que tendremos un escenario de deflación y tanto Estados Unidos como europa se japonizarían, viviendo años de crecimientos débiles y deflación. Ante este escenario pues sí que habría que deshacer riesgos y adaptar las carteras para un escenario de mercados bajistas.

Pero si pensamos que lo vivido estos meses ya lo vimos el año pasado y lo que vamos a vivir los próximos meses no es deflación, sino una inflación baja y controlada y crecimientos también débiles, pues entonces tenemos que ver la corrección como una oportunidad de comprar barato. Sobre todo las empresas europeas que son las que más se van a beneficiar de bajos precios de materias primas y energía puesto que somos totalmente importadores de estos factores productivos.

Y para muestra de que esto ya lo vimos el año pasado, sólo hay que ver la evolución del Ibex 35.

Desde final de junio hasta mediados de octubre el Ibex corrigió nada menos que un 16.70%. Este año, corrección calcada tanto en porcentaje (16.42%) cómo en plazo (desde abril a agosto) y por motivos similares. Nada tuvo que ver Grecia en la corrección del año pasado puesto que el adelanto de elecciones se produjo a final de año justo cuando comenzó la tendencia alcista de nuestro selectivo.   

Y es que las materias primas han corregido muchísimo. Pero cómo dijimos la semana pasada, para que sigan generando deflación futura (a un año vista) deben caer más desde los niveles actuales. Y tanto el petróleo como el resto de materias primas en general están en mínimos de los últimos años descontando claramente su precio la mayor oferta sobre la demanda actual.

En concreto, lo que ha acelerado los últimos recortes de las bolsas han sido la pérdida de los 40$ por barril de petróleo del West Texas. Pero el soporte de este activo está en la zona de 35$ cómo vimos en los gráficos de la semana pasada y se aprecia en el gráfico de la evolución del último año (línea que une los mínimos anuales).


Lo mismo ocurre con el índice general de materias primas.


La rentabilidad del bono de suiza sigue descontando escenario de deflación pero a pesar de las correcciones del viernes y de hoy, los inversores no terminan de traspasar el efectivo de las ventas de la renta variable a este tipo de activos ya que lleva varias sesiones en la zona de mínimos del año sin perder con consistencia el nivel del -0.2%.



Así pues, para aquel que no haya vendido estos días atrás, no parece que hoy sea el momento de vender. Si miramos el gráfico semanal del Eurostoxx vemos que el recorte lo ha hecho en sólo dos semanas. Hoy estamos en la base del canal alcista iniciado en 2012 y justo en el 38.2% de recorte de toda la subida desde los mínimos de 2011.



Y si miramos la evolución del mercado de China que es el que está haciendo caer a todo el mercado, vemos que no ha habido tiempo de reacción. En sólo unas sesiones ha perdido la directriz alcista, los mínimos del año (23.500 y 22.500) y en un solo día se ha dio al siguiente soporte. Hoy ha cerrado en 21.275, justo la media de 500 semanas y los mínimos de 2014. Si decidimos vender ahora lo más probable es que nos hayamos salido en el peor momento.



No hay que olvidar que en septiembre tenemos reunión de la FED y en Europa seguirá habiendo QE al menos 12 meses más, por lo que un escenario de deflación prolongada no es el más probable. El más probable sigue siendo una inflación baja, controlada y lejos de los niveles óptimos que pretenden los bancos centrales. Por tanto la FED como el BCE y resto de bancos centrales seguirán apoyando a la economía y eso es lo que han querido los mercados durante los últimos años. Así que el menor atisbo de que los bancos centrales seguirán añadiendo leña al fuego puede revertir la situación de pánico actual en una situación de compras a buen precio.