El dólar comenzó a revalorizarse fuertemente frente a las principales monedas a mediados de 2014. En ese momento, fue Bernanke quien trasladó al mercado que cambiaría el sesgo de la política monetaria de la FED. El mercado rápidamente comenzó a descontar que tarde o temprano empezaría a retirar estímulos (finalización del QEIII) y la Reserva Federal empezaría a subir tipos de interés y el principal beneficiado fue el Dólar. Los inversores se apresuraron a retirar ingentes cantidades de dinero de los países emergentes e incluso de Europa para llevarlos a Estados Unidos. Esto aceleró el movimiento y, básicamente, los mercados han sustituido la labor de la reserva federal y han seguido inundando de dólares la principal economía del mundo.
Sin embargo, la subida de tipos no ha sido tan agresiva como el mercado llegó a descontar. A final de 2014, todos los pronósticos apuntaban a cerrar este ejercicio con los tipos más cerca del 2% que del 1% y, a día de hoy tenemos dudas sobre si se mantendrán en el rango actual del 0.25%-0.5% o habrá una sola subida hasta el 0.5%-0.75%. Así pues, aunque se produzca una o incluso dos subidas de tipos en los próximos meses, es bastante probable que el dólar no se revalorice, puesto que ya estaba descontado el movimiento desde hace muchos meses.
En el siguiente gráfico vemos la relación inversa que hay entre el movimiento del Dollar Index frente al MSCI Emerging Markets. Debilidad del dólar suele coincidir con fases alcistas de la renta variable emergente y éstos corrigen cuando el dólar está fuerte.
Así pues, mientras el dólar se mantenga estable o débil, la renta variable de los países emergentes, incluso las materias primas seguirán beneficiándose, ya que se reducirá la huida de capital de estas economías. Además, también hay que tener en cuenta que más de dos años de devaluación de las monedas emergentes frente al dólar han permitido que estos países ganen competitividad, y esto puede provocar que mejoren las perspectivas económicas futuras de estas economías.
En el día de hoy vamos a analizar la evolución de los principales índices de mercados emergentes. Empezando por el más global, MSCI Emerging markets, podemos observar el fuerte giro alcista iniciado en febrero de este año (se paró en la base del canal bajista de los últimos año y línea que une los mínimos desde 2002). El Brexit ni siquiera se ha apreciado en la evolución de los precios y se aprecia clara figura de H-C-H invertido, siendo el nivel de 850 puntos la línea clavicular que ha superado este mes de agosto. El objetivo del H-C-H se sitúa en la zona de máximos del 2015, que coincida con la parte superior del canal bajista comentado (zona de 1.050 puntos).
Por zonas, los emergentes asiáticos siguen siendo los más fuertes. El gráfico en velas semanales ya cotiza por encima de las principales medias de corto y largo plazo. La línea clavicular no se aprecia tan clara, pero sí los Hombros y la Cabeza, marcando un suelo en zona de mínimos de 2010-2012. Si marcamos la línea clavicular en la zona que ha roto este agosto y que coincide con la media de 200 semanas, el objetivo se situaría también en la zona de máximos de 2015 (630 puntos).
En Latinoamérica tenemos al MSCI Latin América Index, que se ha frenado este mes de febrero justo en la zona de mínimos de 2009 y base del canal bajista de los últimos 5 años. La figura de H-C-H apunta a un objetivo hasta la parte superior del citado canal bajista, en torno a 3.000 puntos.
La otra agrupación de mercados emergentes principal es el índice que agrupa emergentes de Europa, Oriente Medio y África. Este índice, este verano no ha sido capaz de superar la zona que se puede entender que es la línea clavicular. Hay que estar atentos, puesto que si supera el nivel de 250 puntos, el objetivo alcista se situaría en niveles de 320 puntos.
Por tanto, tal y como venimos insistiendo en las últimas jornadas, podemos estar en un escenario idóneo para los activos de riesgo. Este escenario pasa por una economía fuerte en Estados Unidos que haga necesario una subida de tipos. Pero al mismo tiempo, dudas que hagan a la FED tener cautela, algo necesario para evitar un nuevo tramo claramente alcista del dólar. Tal y como hemos visto, la fortaleza del dólar puede poner en peligro tanto la recuperación de los emergentes como la tendencia de beneficios de las compañías de EE.UU. (pierden competitividad), tras unos trimestres de estancamiento de los mismos.
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