La búsqueda de la rentabilidad en estos momentos que los depósitos en España están al 0% y la deuda pública ofrece rentabilidades negativas en la mayoría de plazos, es una asignatura difícil para los ahorradores europeos. A pesar del repunte de la rentabilidad de las dos últimas sesiones, la rentabilidad sigue siendo negativa en muchos casos. La compra masiva de bonos por parte del BCE está llevando la rentabilidad a límites extremos. En los siguientes pantallazos podemos ver la rentabilidad que ofrecen los bonos de deuda pública de estados de la zona euro.
A dos años, salvo la deuda portuguesa, los inversores tienen que pagar por tener deuda de los países europeos (desde el -0.686% de Alemania al -0.10% de Italia). El rendimiento es la columna en azul.
Aumentando la duración, si nos vamos a cinco años, sólo los periféricos (España, Italia y Portugal) ofrecen rentabilidades positivas. Los bonos de nuestro Tesoro ofrecen sólo un 0.10%, algo similar a la media de los depósitos en el sector financiero español.
Para obtener rentabilidades positivas tenemos que irnos a duraciones de 10 años. Con el repunte de rentabilidad de los últimos días, sólo los bonos alemanes a 10 años ofrecen rentabilidades positivas.
En el día de ayer ya advertíamos del riesgo de ir aumentando la duración de nuestra cartera para ir aumentando la rentabilidad potencial. Bonos a partir de 10 años tienen fuerte volatilidad en el precio similar a carteras con altos porcentajes en renta variable. Incluso si nos vamos a 30 años, la volatilidad puede superar la de una cartera 100% de renta variable.
En la situación actual en la que las rentabilidades a corto plazo son negativas y las de largo plazo son muy bajas para el riesgo que se corre, entendemos que las duraciones deberían quedarse en la zona media de la curva. Cinco años podría ser la situación idónea. Además, si las expectativas de crecimiento e inflación repuntan, será la rentabilidad de los bonos a largo plazo la que más suba.
Pues bien, en el siguiente gráfico podemos ver qué rentabilidad nos ofrece en el día de hoy los bonos españoles, alemanes, corporativos de grado de inversión y corporativos high yield en el plazo de cinco años. Añado, además, la evolución de la rentabilidad por dividendos del Eurostoxx.
Con bonos de deuda pública nos aseguramos que a cinco años vamos a perder dinero. Con los corporativos de grado de inversión ya obtendríamos seis veces más rentabilidad que con un bono español y con un depósito e incluso es factible que consigamos igualar o batir a la inflación. Pero vemos que con bonos de grado de especulación sí que se obtienen rentabilidades muy atractivas para el entorno actual de tipos de interés en mínimos históricos. La rentabilidad de los bonos high yield europeos en el último año ha ido oscilando entre el 3% y el 4.5%. Niveles de rentabilidades muy similares a los que ofrecen las acciones europeas por dividendos.
Por tanto, si queremos optar a rentabilidades altas, sólo se nos ocurren las siguientes alterativas:
- Apostar por aumentar el riesgo de crédito. Bien bonos corporativos o bonos high yield o combinación de ambos pero sin tener duraciones muy altas para no tener doble generación de riesgos.
- Apostar por aumentar la duración de la cartera sin aumentar el riesgo de crédito. Sería comprar bonos de deuda pública de plazos muy largos. Para hacernos una idea, el bono alemán a 30 años ofrece rentabilidades inferiores (hoy el 0.57%) a los bonos corporativos de grado de inversión a cinco años.
- Apostar por renta variable. Una vez asumido que hay que invertir a largo plazo para obtener rentabilidad, la renta variable sería una muy buena alternativa para inversores.
Con el artículo de hoy, pretendemos hacer ver, en primer lugar, que en el día de hoy si no se asume riesgo es imposible obtener rentabilidad (no sólo para batir inflación sino positiva). Y en segundo lugar, que puestos a asumir riesgos (sin tener en cuenta riesgos de divisa), hay que aumentar horizonte temporal de la inversión y que el plazo recomendado serían cinco años. Y a cinco años sería una combinación entre deuda corporativa y renta variable la mejor de las alternativas que podemos encontrar.
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