Si algo debemos haber aprendido del comportamiento del mercado el año pasado es que no se puede ir contra la tendencia. En las bolsas de Estados Unidos, la tendencia ha sido claramente alcista desde marzo del año 2009, y en Europa la tendencia alcista se inició en 2011 o 2012 según qué mercado. A pesar de todos los acontecimientos negativos y amenazas de recesión o ralentización económica, en los índices de renta variable de Estados Unidos, cualquier corrección ha generado tremendas oportunidades de compra. Este año todo apunta a que el comportamiento debería continuar. Mientras continúe la tendencia hay que seguir siendo amigo (the Trend is your Friend) de la misma y no entrar en modo pánico en las correcciones, sino todo lo contrario. Hay que verlas como oportunidad de incrementar riesgos. Hay muchísima liquidez en el mercado esperando estas situaciones.
Evolución del S&P500. La tendencia, o incluso el canal alcista, no ofrece duda alguna. Mientras no se pierda la línea que une mínimos crecientes hay que seguir acompañando al mercado.
En Europa la situación no ha sido tan fácil. Tras las fuertes subidas desde 2011, el movimiento alcista se aceleró a final de 2014 con el anuncio del QE del BCE. Sin embargo desde máximos del 2015, en todos los índices europeos comenzó a dibujarse una tendencia claramente bajista que se aceleró con la pérdida del canal alcista de 2011-2015 (en azul). Sin embargo, justo al llegar a la zona de medias móviles de largo plazo (200 y 500 semanas) y la línea que une mínimos de 2009-2011, el mercado formó un suelo el año pasado. Hoy, tras la ruptura del canal bajista iniciado en el 2015, es bastante evidente que el Eurostoxx 600 continúa en la tendencia alcista de largo plazo (la iniciada en 2009 en verde), como una tendencia alcista de corto plazo (la iniciada tras los mínimos del Brexit).
Evolución del Eurostoxx 600.
Por tanto, una vez que hemos identificado cual es la tendencia, debemos tener preparada una estrategia. Cómo no se puede ir contra la tendencia, no deberíamos estar sin riesgo de renta variable y mucho menos, no deberíamos ponernos cortos de la misma. Es decir, no deberíamos apostar a que la renta variable se diese la vuelta y corrigiese. Evidentemente a lo largo del año habrá correcciones que serán más o menos relevantes según el grado que tenga la incertidumbre que la provoque. Pero mientras la tendencia sea alcista, insisto que debemos verla como una oportunidad de compra.
Sé que sobre el papel es muy fácil decirlo y después cuando se producen las mismas, es complicado tomar la decisión de compra. Pero si tenemos la estrategia preconcebida e instaurada en nuestra mente, es bastante más fácil actuar. Si nos pilla de sorpresa, no actuaremos. Cuando corrige el mercado, siempre es por culpa de malas noticias. No podemos esperar que los mercados corrijan y todas las noticias sean tan positivas como para generarnos confianza en dar la orden de compra. Esto siempre ha funcionado así y así seguirá funcionando.
Igual que siempre ha funcionado que si compramos en fases de euforia, lo más probable es que entremos en una fase de corrección. Y la pregunta que podemos hacernos hoy es si ya la renta variable, sobre todo la europea puede estar empezando una fase correctiva. La respuesta es que no podemos saberlo, pero como la tendencia previa es alcista, es muy arriesgado tomar apuestas a que sí que estamos en fase correctiva y tomar decisiones de venta.
¿Y cómo se puede operar en el mercado actual? Si vemos ampliado el gráfico del Eurostoxx 600, podemos empezar a vislumbrar la tendencia alcista iniciada en los mínimos del año pasado. Uniendo los mínimos desde el Brexit y máximos del año pasado se puede trazar un canal alcista. Curiosamente el precio del Eurostoxx 600 se encuentra en mitad de este hipotético canal. Teniendo pre-establecido este canal deberíamos ver correcciones a la base del canal como oportunidad de irnos al máximo de riesgo de renta variable que podamos permitirnos. Y así, estando en mitad del canal (situación actual) deberíamos estar con una exposición a bolsa europea neutra y si el Eurostoxx se va a la parte superior del canal, habría que infraponderar renta variable europea o incluso reducir fuertemente exposición.
Hay infinitas formas de operar en mercados de renta variable, pero la estrategia que comento, es la que a priori considero más acertada si estamos invirtiendo a largo plazo y sobre todo, si lo hacemos a través de fondos de inversión. Tomar decisiones mucho más drásticas, y con vocaciones de muy corto plazo nos lleva a aumentar la posibilidad de tener errores, y sobre todo, de ir detrás del mercado. Comprar en crestas del mercado y vender en momentos de pánico. Y de lo que se trata es de comprar o aumentar riesgos cuando hay rebajas y vender o reducir riesgos cuando los precios están inflados.
En el gráfico anterior se aprecian dos claras zonas de soporte en el Eurostoxx 600. En 360 puntos tenemos los mínimos de las últimas jornadas de diciembre y la media de 500 sesiones. Y más abajo tenemos en la zona de 350 y 340 puntos la zona de máximos relevantes de 2016 (línea morada) que rompió con fuerza en diciembre, así como las medias de 50 y 200 sesiones y la directriz que une mínimos desde el Brexit. Son soportes muy importantes y podemos apostar a que con muchísima probabilidad, si hubiese una corrección hasta estos soportes, el dinero volvería a entrar de nuevo en la renta variable europea.
En la bolsa de Estados Unidos la situación es similar. La tendencia de corto plazo es alcista y el canal es el que se puede dibujar desde los mínimos de marzo del año pasado. El canal es muy claro y el precio está también en mitad del mismo, por lo que habría que operar en consecuencia y conclusiones similares a las comentadas en el Eurostoxx 600.
Evolución del S&P500. En velas diarias.
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