Alemania está
haciendo su trabajo para intentar mantener el control político en Grecia. Era
extraño que tras no llegar a un acuerdo el 29 de diciembre en el parlamento
griego para elegir presidente de la república, los mercados no reaccionaran con
caídas. Sin embargo, ha sido la información publicada este fin de semana por el
semanario alemán Der Spiegel, según la cual el Gobierno de Ángela Merkel ve
ya «inevitable» la salida de Atenas de la moneda única si el nuevo Ejecutivo
griego cuestiona el pago de la abultada deuda pública, la que ha desencadenado
la nueva huida de capital hacia activos refugio.
Y es que la
campaña electoral en Grecia entiendo que se resume en dos estrategias. La de la
apuesta por la recuperación y fin de la austeridad que presenta Alexis Tsipras,
líder de Syriza y la del miedo que aunque sea Nueva democracia, y el
nuevo partido de Papandreu realmente es Alemania quien la está protagonizando
tal y como se desprende del artículo comentado.
Nosotros
entendemos que realmente lo que está ocurriendo es precisamente la intención de
los países del centro y norte de Europa de hacer ver a los votantes griegos de
lo mal que podrían ir las cosas al país heleno si no quieren salir del Euro. No
obstante, al igual que ocurrió en el 2010, entendemos que a nadie le conviene
que Grecia salga de la Eurozona (a los griegos primero). Europa no puede dar
síntomas de debilidad de la unión europea que tantos años lleva intentando
consolidar.
Esta apuesta
por el miedo y la reacción de los mercados está forzando a un programa menos
agresivo por parte del líder de Syriza respecto al presentado en el 2010. Ahí
entendemos que estará la clave. Hoy Tsipras no apuesta por la salida del Euro y
basa los puntos de su programa electoral, en la recuperación económica y, sobre
todo, en el fin de la austeridad, afirmando que pedirá “con realismo” a los
socios europeos y los acreedores una quita de la mayor parte de la deuda, “que
resulta imposible de pagar”, mediante mecanismos colectivos europeos, mientras
que el resto “será pagada con crecimiento”. Y es que claramente el líder de la
izquierda más radical de Grecia no quiere quedarse fuera el hipotético plan de
recompra de activos que tarde o temprano debe anunciar el BCE. La primera
reunión es el 22 de enero (justo tres días antes de las elecciones), y no habrá
otra hasta la primera semana de marzo. Entendemos que enero es pronto para
anunciarlo y marzo parece demasiado tarde (otra encrucijada que está afectando
negativamente a los mercados). Grecia tiene este año que refinanciar 18.000
millones de su deuda y esto provoca poco margen de maniobra por parte del
partido que gane las elecciones.
Si Tsipras no
quiere que haya desbandada de capital de los ahorradores griegos no puede ser
muy radical en su discurso ni en sus actuaciones. Así pues entendemos que
después de la tormenta actual debe llegar la calma. Una calma que
irremediablemente debe llegar otra vez de la mano del BCE. Lo que no sabemos es
dónde y cuándo llegará esta calma y en qué niveles se encontrarán los
principales mercados. Lo que sí parece seguro es que este mes de enero promete
que seguirá habiendo volatilidad.
El último día
del año, en las claves diarias hicimos un escenario para los principales
índices bursátiles. En el Ibex comentábamos que si las incertidumbres se
acrecentaban (Grecia y Petróleo), el selectivo español podría acercarse al peor
escenario que situábamos en la zona de 9.000 puntos, pero que no habría que
dejarse llevar por el pánico y ver estas correcciones como momento para ir
incrementando el riesgo. Si nos olvidamos de las noticias y observamos que el
petróleo ha corregido más del 50%, las empresas se financian más barato que
nunca, las materias primas también están en mínimos de los últimos años y el
euro se ha devaluado respecto al dólar, debemos comprender que no habrá fuertes
revisiones a la baja de los beneficios de nuestras empresas (salvo sectores
ligados a la producción de petróleo).
De momento las
ventas de deuda se están centrando en los bonos griegos. El resto de deuda
pública europea se mantiene estable. El mercado entiende que la posibilidad de
un QE hace que no cunda el pánico al resto de periféricos tal y como se aprecia
en el siguiente gráfico de las primas de riesgo.
Además, la
ampliación de las primas de riesgo se está produciendo por bajadas de la tir
del bono alemán a 10 años y no por incremento de la rentabilidad de los bonos
periféricos (con la excepción evidente del bono griego).
El otro
problema claro es que sigue la corrección del petróleo. No encuentra suelo de
momento, pero lo positivo de que siga cayendo es que el suelo está más próximo.
Es evidente pero en momentos de pánico al inversor se le olvida esta premisa.
En el gráfico del WEST Texas se aprecia que incluso ha perdido el nivel de 50
dólares el barril. Muchos analistas llevan tiempo apuntando a que llegaremos a
los 40 dólares por barril, por lo que si tuviera que apostar por un suelo de
este activo diría que se producirá antes de llegar a estos 40 dólares.
Y cómo hemos
visto en las últimas semanas, la caída del petróleo está afectando al resto de
materias primas tal y como se aprecia en la evolución del Índice CRY, que está
muy sobrevendido y no parece que haya soporte hasta los mínimos de 2009.
Y claro, con
estos datos de correcciones de las materias primas, no tenemos otra que ver caídas
de los datos de inflación. Hoy mismo se ha publicado el IPC de la eurozona con
un dato del -0.2% frente al -0.1% estimado frente al +0.3% del mes anterior.
Esto sin duda provoca mayor atractivo para los bonos europeos y que continúe la
rebaja de expectativas de inflación. Hoy las de corto plazo ya están muy por
debajo de los niveles que vimos con la quiebra de Lehman. Curiosamente las
expectativas de inflación a 5 años se mueven de forma muy similar al bono
alemán a 10 años.
Pero el que la
inflación esté en -0.2% no nos debe hacer pensar que vamos encaminados a la
deflación. Es más, sabemos que el BCE el dato que mira es el de la inflación
subyacente (no tiene en cuenta los precios de la energía) en su objetivo del
2%. Y este dato también se ha publicado hoy con un repunte del 0.7% al 0.8%.
Así que no hay que dejarse llevar por el pánico y seguimos pensando que Europa
terminará evitando el escenario de deflación, y las correcciones que vemos
ahora son una nueva oportunidad de incrementar riesgos para aquellos inversores
que apostaran a final de año por incrementar liquidez. El problema vuelve a ser
el timing o intentar ver cual será el momento más apropiado para compra o incrementar
riesgos. Esto es imposible de saber, ya que tal y como hemos comentado,
parece que la volatilidad seguirá siendo alta en este mes de enero y esto hace
que sea probable que continúen las correcciones. Tal y como comentábamos a
final del año pasado, quizás sean los precios del petróleo y del resto de
materias primas los que nos marquen el momento. Hasta que no hagan un suelo
fiable, los intentos de rebote del resto de activos de riesgo nos tendrán tanta
certeza.
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