Desde el verano de 2014, la fuerte caída de los
precios de materias primas provocaron claramente una reducción de expectativas
de crecimiento y de inflación y amenazó con llevar de nuevo a Europa a entrar
en recesión. La rentabilidad de los bonos alemanes a 10 y 30 años sufrieron
fortísimas correcciones anticipando los malos datos macroeconómicos. Sin embargo
los bonos a corto plazo, cómo estaban ya en el 0% o negativo, se mantuvieron
estables. A diferencia del último semestre del año pasado, ahora los bancos
centrales están consiguiendo que no bajen tanto las rentabilidades de los
plazos más largos. La FED diciendo que subirá tipos y Draghi diciendo que
revisará su programa de recompra de activos e incluso diciendo que puede bajar
al -0.4% las facilidades de depósito a los bancos europeos.
Hoy mismo Draghi ha realizado declaraciones en las que
comenta que los datos recientes confirman que la recuperación de la zona euro
progresa moderadamente y que la actividad económica de la eurozona ha mostrado
cierta resistencia ante influencias negativas externas. Todo esto combinado con
el mensaje que quiere oir el mercado de que en diciembre re-examinará el grado
de implantación de la política monetaria. Con estas declaraciones quiere
mantener los plazos cortos de la curva en negativo y quiere mantener altos los
tipos a largo. Recordemos que la parte larga de la curva se mueve más en
función de las expectativas de inflación y crecimiento y la corta en función de
la política monetaria.
En el siguiente gráfico podemos ver lo comentado en
párrafos anteriores. En abril el diferencial de todos los bonos alemanes desde
el 2 años al 30 se estrechó fuertemente. El bono a 30 años cotizaba al 0.50%,
el 10 años al 0.07% y los plazos más cortos estaban en torno al -0.20%. Con
esos datos era evidente que no compensaba asumir el riesgo de duración de 30
años para conseguir sólo un 0.5% de rentabilidad adicional sobre invertir a dos
años. Y cómo los plazos cortos estaban en negativo, el refugio más claro era la
liquidez. Así a partir de abril vimos cómo todo entró en fase correctiva, tanto
los bonos como la renta variable. El dinero iba a liquidez y punto.
Y es que la pendiente de la curva de tipos es clave
para discernir si nos encontramos en un techo de mercado o no. En el siguiente
gráfico comparo la evolución de la pendiente de la curva de tipos alemana
(diferencia de rentabilidad entre el 2 y 30 años), el DAX alemán en el cuadro
superior. En el cuadro inferior hago lo mismo para la pendiente de bonos
americanos y el S&P500. En los dos últimos grandes techos de ambas bolsas,
la pendiente de la curva era totalmente plana (valía cero) o incluso negativa
(pagaban más los tipos a corto que los tipos a largo). Desde verano del año
pasado ambas pendientes han corregido fuertemente hasta el punto de que la
alemana ha llegado a cotizar claramente por debajo de 100 p.b., y en esos
niveles sí que se ponía en peligro la tendencia alcista y aumentaba la
posibilidad de que estuviésemos en un techo de mercado.
Pero la reacción no se ha hecho esperar y los bancos
centrales vuelven a usar las armas que le quedan para mantener positiva la
pendiente de la curva 2-10 años. La clave es saber si podrán mantener este
artificio durante mucho más tiempo. El tramo corto el BCE no puede bajarlo
mucho más y para que el tramo largo siga en los niveles de rentabilidad
actuales o incluso aumenten se necesita que aumenten las expectativas de
crecimiento e inflación. Y esto no termina de llegar.
Además en EE.UU. la decisión de la FED de subir tipos
en diciembre o quizás en enero como muy tarde, está generando una presión muy
fuerte al alza de los tipos en la parte corta de la curva que pone en peligro
el aplanamiento de la curva. La rentabilidad de los bonos a 2 y 3 años
están superando máximos de los últimos años y las de 10 y 30 años aún están
lejos de alcanzar la zona de máximos del año pasado.
Por tanto, nos mantenemos en manos de los bancos
centrales en tanto mejoran las expectativas de crecimiento e inflación con
nuestro movimiento lateral de los principales índices en torno a la media de
200 sesiones. Europa por debajo.
Evolución del Eurostoxx.
Y el S&P500 por encima de la media de 200.
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