La principal conclusión que estamos viendo del
comportamiento de los datos macro desde septiembre es que la hecatombe que se
descontaba en los mercados financieros en agosto y septiembre no se está
produciendo. Estamos entrando ya en el último mes del año y todo apunta a
que el escenario más previsible para la economía global es el de un
estancamiento y no se aprecia posibilidad de recesión. Incluso los datos de
Estados Unidos están obligando a que la Reserva Federal comunicase la semana
pasada que en diciembre subirá tipos con toda probabilidad.
Sin embargo, las materias primas siguen descontando
que no se acerca ni por asomo un equilibrio entre oferta y demanda. La semana
pasada un informe de la AIE (Agencia Internacional de la Energía) informó de
que en a cierre de octubre las reservas excedentarias de petróleo alcanzaron
máximos históricos, superando los 3.000 millones de barriles. Sin duda este
excedente de oferta genera en el futuro de corto plazo una presión bajista a los
precios de los mismos.
Sin embargo, ayer mismo, justo una semana antes de la
reunión de la OPEP (próximo 3 de diciembre), Arabia Saudi comunicó ayer su
intención de cooperar con el resto de países de la OPEP para estabilizar los
precios del petróleo, provocó la reacción alcista del precio del petróleo justo
en la zona de soporte de 40 dólares por barril, tal y cómo se ve en el gráfico
siguiente.
Y es que la postura de Arabia dista mucho de la de la
última reunión de la OPEP, en la que dijo que mantendría al alza la oferta de
petróleo a pesar de la caída de los precios. Hace unas semanas el propio FMI
advirtió a Arabia que podría entrar en quiebra en el año 2020 si mantenía
produciendo petróleo a los precios actuales. Se ve que están echando cuentas y
los números del FMI no andan muy descaminados.
Otra presión bajista para los precios de las materias
primas lo encontramos en la fortaleza del dólar. Hace unas semanas comentábamos
que si el dólar supera los máximos del año, puede añadir más presión a la
baja a las materias primas. Ayer el dólar índex tocó máximos del año y el
número entero de 100 puntos y hoy parece girarse a la baja. Si miramos el vaso
medio lleno podemos decir que si se está formando un techo en el dólar (la
subida de tipos está muy descontada y no parece que haya muchas más subidas en
2016), entonces será muy probable que se pueda producir un suelo en las
materias primas.
El índice genérico de materias primas ha hecho nuevos
mínimos anuales aunque mantiene la divergencia alcista en el RSI en velas
semanales.
Dentro de las materias primas, son los metales los que
están demostrando más debilidad. Energía sí que parece que puede estar formando
suelo (gráfico del petróleo) y se puede apoyar en la próxima reunión de la
OPEP. Las materias agrícolas sí que pueden haber adelantado la posibilidad de un
suelo. Por ejemplo el futuro del azúcar ha subido un 50% desde los mínimos de
esta verano.
Si miramos el Níquel, ha perforado claramente los
mínimos del año y está ahora cotizando en niveles que coinciden con la línea
que una los mínimos desde el año 2002 y también hay divergencia alcista en el
RSI.
El oro también ha hecho nuevos mínimos anuales y está
en la base del canal bajista de los dos últimos años.
Por tanto materias primas están en zonas de soportes y
no terminan de rebotar al alza, quizás por la fortaleza del dólar. Pero ojo que
si el dólar se gira a la baja, sí que se posibilitaría un suelo en estos
activos que entendemos será positivo para la economía global. Hoy es
precisamente la debilidad de las materias primas el factor que más
incertidumbre está aportando en las perspectivas futuras de crecimiento. Si
este factor se diluye, la visión global será mucho más positiva para los
activos de riesgo en general.
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