El dólar vuelve a
fortalecerse estos días frente a las divisas de los países productores de
materias primas y emergentes en general. Siempre ha habido una alta correlación
entre la fortaleza del dólar y la corrección del precio del petróleo y materias
primas en general. Lo que no sabemos es si es la corrección del petróleo lo que
debilita las monedas o es la fortaleza del dólar lo que está debilitando los
precios del petróleo. A priori todo apunta a que el precio del petróleo
ha rebotado con tanta fuerza que ahora se puede estar tomando un merecido
descanso antes de intentar superar la resistencia de 40 dólares el barril. En
el siguiente gráfico intradía del petróleo vemos cómo la zona entre 38.50 y 40
dólares es clara resistencia. Tal y cómo comentábamos ayer, lo más lógico es
que el petróleo entre en un movimiento lateral entre 34 y 40 dólares antes de
desplegar el futuro movimiento al alza o a la baja en función de las
perspectivas económicas.
En una situación similar se encuentran la mayoría de índices de renta
variable. Un poco en terreno de nadie entre los mínimos de febrero y
resistencias técnicas importantes. Quizás el gráfico del Eurostoxx 50 es el que
mejor refleja la situación. Estamos en mitad del canal bajista iniciado el año
pasado. La base del canal está situada en niveles de 3000 puntos y el techo
cerca de los 3.300 puntos (antes tiene las medias de 200 y 500 sesiones en
3.265 puntos). Tras el fuerte rebote, lo más lógico es que
al menos el Eurostoxx 50 se dirija a la zona de resistencia comentada. Antes
quizás se mueva en un rango más estrecho entre 2.950 y 3.100 que sería el
equivalente al movimiento comentado del petróleo.
Pero volviendo a la relación
entre el dólar y los precios del petróleo, debemos estar atentos esta tarde a
la reacción de las divisas a la rueda de prensa de Yellen. En principio, el
mercado descuenta como máximo dos subidas de tipos de interés en lo que queda
de año, y empiezan a dar bastante probabilidad a que la primera se produzca en
la reunión de junio (día 15). Para abril sólo hay un 25% de probabilidad de que
la FED suba tipos y para la reunión de hoy los futuros sólo otorgan un 4% de
probabilidad de que la FED suba tipos.
Si tras el discurso de Yellen, el mercado entiende que la FED podría subir los tipos en dos o tres ocasiones este año, o que la primera subida podría ser en la próxima reunión de abril (día 27), el dólar podría revalorizarse de nuevo. En el siguiente gráfico vemos cómo en los últimos días, el dólar se está girando al alza frente al real brasileño y el Rand Sudafricano, pero más o menos estable frente al resto de divisas de países productores de materias primas.
Quizás sea una simple
recogida de beneficios, pero si los inversores vuelven a refugiarse en el dólar
retirando divisas de nuevo de los países emergentes, la huida hacia la calidad
se contagiará al resto de activos. Así pues, lo más beneficioso para el mercado
sería que Yellen mantenga un discurso similar al de anteriores reuniones. Para
seguir la tendencia de las últimas semanas, necesitamos un mensaje
relativamente neutral. Debe dejar claro la necesidad de una nueva subida de
tipos coherente con la normalización de la política monetaria y la mejora de
expectativas de inflación, pero que esta medida sólo se tomará en condiciones
económicas y financieras apropiadas desde el punto de vista de la economía global
(hacer mención a los riesgos globales sería clave). Un mensaje de este tipo no
debería tener una lectura negativa por parte del mercado y dejaría que los
mercados de riesgo mantuviesen la senda de recuperación.
Si el mensaje es más
agresivo será muy complicado, a priori, saber cómo reaccionará el mercado. Si
confía ciegamente en la situación económica de EE.UU. y no ven riesgos de
desaceleración global y genera expectativas de 3 subidas de tipos este año, la
noticia que a priori sería positiva, podría tener una reacción negativa por
parte del mercado. En principio por lo comentado de la fortaleza del dólar y en
segundo lugar porque muchos inversores tendrían miedo de que la decisión fuese
precipitada y ocurriese algo similar a lo sucedido en diciembre con la primera
subida de tipos. Y si muestra demasiada preocupación con el ciclo económico de
EE.UU. y global y deja claro que retrasará la subida de tipos hasta 2017, el
mercado puede tener una primera reacción positiva pero después volverían las
dudas sobre si la ralentización económica es más grave de lo que pensamos.
Por tanto, debemos confiar
nuevamente en que los bancos centrales sigan dando un colchón de seguridad a
los mercados y los activos de riesgo en general seguirán viéndose beneficiados.
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