Tras la fuerte reacción
bajista de los mercados ante la subida de un cuarto de punto de los tipos en
EE.UU, ayer la FED prefirió mantener un mensaje suave. Analizando los
acontecimientos, lo que puso en diciembre nervioso al mercado no fue la subida
de un cuarto de punto sino que en la lectura de las actas, los miembros de la
FED descontaban hasta cuatro subidas de tipos este ejercicio. Esto provocó la
revalorización del dólar que generó el empeoramiento de emergentes y materias
primas que hemos visto en este arranque de año. De ahí que ayer insistiésemos
en la importancia del comportamiento del dólar para reducir incertidumbre sobre
el comportamiento a corto plazo de los mercados.
A día de hoy la foto ha
cambiado considerablemente. La mayoría de miembros espera que los tipos acaben
el año en el rango 0.75%-1% (dos subidas) mientras que los futuros de fondos
federales siguen esperando que haya sólo una subida de tipos de interés en lo
que queda de ejercicio. Está claro que los futuros de fondos federales tienen
más capacidad de predicción que los miembros de la FED.
Vista la reacción del
mercado, sobre todo con la depreciación del dólar, está claro que el mercado
hacía más caso a los “dot plot” que a los futuros de fondos federales. Tras el
comunicado de la FED, el dólar se depreció fuertemente frente a las principales
divisas. El Dollar index ha perdido desde ayer dos puntos (desde 97 a 95.2 de
esta mañana) y se aleja claramente de la zona de doble techo dibujada el año
pasado.
Si se confirma el doble
techo en el dólar es muy positivo para los mercados emergentes. Todo el dinero
que huyó de emergentes para refugiarse en el dólar, comienza a repatriarse con
importantes ganancias. Actualizo el gráfico del dólar frente a las principales
divisas de mercados emergentes, en el que se aprecia que tras el rebote de
estos días, de nuevo el dólar vuelve a debilitarse.
Este movimiento de momento
está favoreciendo a materias primas. El petróleo sube un 2,5% y en Europa el
sector de recursos básicos sube más de un 4%. Sin embargo a las bolsas europeas
no le está beneficiando nada la debilidad del dólar. El euro fuerte (ha pasado
de 1.085 de hace unos días a 1.13 de esta mañana) perjudica a las exportadoras
europeas y reduce competitividad en general a nuestras economías. No obstante,
creo que el movimiento es puntual, y no tendría sentido que el Euro-dólar
saliese del rango en el que lleva más de un año entre 1.05 y 1.5 dólares por
euro. Con las nuevas medidas del BCE sobre la mesa, por mucho que la FED
retrase la subida de tipos, será complicado que el euro cotice por encima de
1,15 dólares por euro.
En definitiva, tal y como comentábamos
ayer, el mensaje de la FED es el más positivo que podría dar. No han sido ni
demasiado agresivos ni demasiado suaves. El propio comunicado publicado al
cierre de la reunión incidía en que desde enero "la actividad económica se
ha expandido de forma moderada, a pesar de los desarrollos experimentados por
la economía global y los mercados financieros". En este sentido, Yellen
justificó que, desde el comienzo del año, hemos experimentado un incremento de
los riesgos financieros y la volatilidad que endurecieron las condiciones en
EEUU. La presidenta de la Fed también mencionó que la perspectivas de
crecimiento global se han debilitado, un hecho que "no ha afectado
materialmente al escenario base" de la Fed, pero que ha invitado a los miembros
del FOMC a operar con cierta cautela.
Han rebajado las previsiones
de crecimiento y de inflación pero tras las reuniones del BCE de la semana
pasada y del Banco de Japón y de la FED de esta semana, podemos concluir que el
escenario base que venimos contemplando desde hace meses, resulta que será el
escenario más probable. Poco a poco se va descartando la recesión global. China
crecerá por encima del 6.5%, Estados Unidos crecerá por encima del 2% y Europa
lo hará entre el 1% y 1.5%. Son crecimientos lejos del potencial pero lo
suficientemente amplios para generar oportunidad de crecimiento de ventas,
beneficios y márgenes en grandes compañías globales. Además, gracias a la
volatilidad de los mercados, los bancos centrales no se van a precipitar en
subir tipos de interés, por lo que tendremos tipos en mínimos más tiempo del
que podríamos prever hace unos meses. Así pues, el binomio rentabilidad riesgo sigue
favoreciendo a la renta variable, y cada vez tenemos más sensación de que en
febrero se ha podido dibujar un suelo de medio plazo.
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