El mensaje de Bernanke
parece que está calando con optimismo en los mercados. Y es que la mejoría de
los datos macro americanos, parece posibilita por fin que su economía pueda resurgir sin tener que depender de la
dopamina de la liquidez de la FED. Desde su discurso el pasado 18 de
diciembre, los mercados de renta variable se han girado al alza y todo apunta a
que acabarán el año en zona de máximos anuales. No solo la bolsa americana,
sino que también las bolsas europeas se están contagiando del optimismo.
Sin embargo, a pesar de los buenos datos macro en Estados Unidos (Crecimiento del PIB 3T
anualizado del 4.1%, ordenes de bienes duraderos +3.5% vs +2.0% estimado
y fuerte incremento por encima de lo esperado de las ventas de viviendas
nuevas), es el euro el que se está revalorizando respecto al dólar. La sorpresa
para los mercados no parece que sea el tapering, sino más bien que en la
eurozona se están tomando decisiones importantes.
Evolución del Euro
frente al dólar. Ataca de nuevo los máximos anuales, dando clara muestra de
que el mercado comienza a apostar de nuevo por Europa.
Estamos viviendo un movimiento similar al que se produjo
entre agosto y septiembre. Los inversores están vendiendo renta fija y
apostando de nuevo por la renta variable, en lo que denominábamos el comienzo
de la gran rotación de activos. En aquellos momentos la renta variable europea
y sobre todo de los países periféricos fue la que más subió, pensando que los
beneficios empresariales superarían las estimaciones. A medida que a mediados
de octubre no se cumplieron las expectativas y las empresas europeas volvieron
a defraudar, el dinero se volvió a dirigir a Estados Unidos y a la renta fija.
Desde hace unos meses venimos comentando que a medida que se produjera una
bajada en las tires de la renta fija, o corrección en la renta variable, los
inversores aprovecharían el movimiento para volver a incrementar riesgos en
cartera, o por lo menos para reducir exposición a renta fija directa, puesto
que en los meses de mayo a septiembre las pérdidas en estos activos habían sido
muy altas. En el siguiente gráfico se aprecia que de nuevo comienza a
subir las tires del bono americano a 10 años. Y es que si el mercado descuenta
mayor crecimiento de la economía americana, exige mayor rentabilidad a los
bonos de largo plazo.
Evolución de la tir
del bono americano a 10 años. Tras la espectacular subida de este verano se
paró justo en el 3% de Tir. Después de este movimiento, se ha apoyado en el
2,5% y esta semana vuelve a atacar la zona del 3%.
En Europa ocurre
lo mismo. Se están produciendo ventas del bono alemán a 10 años. Tras apoyarse
en la zona de 1.60% vuelve a atacar la zona del 2%. Si los datos macro
acompañaran en Europa, y continúan alejándose los temores a una crisis duradera
en los periféricos, el mercado debería entender que el bono alemán volvería a
medio plazo a moverse entre el 3% y 4% que es la zona en la que se movía antes
de la crisis.
Así pues, si el bono
americano supera el 3% y el alemán hace lo propio con el 2% facilitaría el
camino a los que apostamos por la gran rotación de activos a los que venimos
haciendo referencia desde principios de 2012. Si analizamos los bonos
españoles, también están todos en clara zona de soporte (en Rentabilidad), lo
que significa zonas de venta.
Evolución de la tir del
bono a 2 años español. En el último trimestre del año hemos visto cómo ha
alcanzado mínimos históricos, que coinciden con los mínimos de 2009, cuando la
deuda española aún era considerada un activo refugio.
Evolución de la tir
del bono a 5 años español. Al igual que el 2 años, se ha parado justo en la
zona de mínimos históricos. En un contexto de tipos en mínimos históricos (ya
no pueden bajar más) y posibilidad de ir mejorando el crecimiento del PIB, lo
más lógico es pensar que esta zona no se perfore a la baja.
Evolución de la tir
del 10 años español. A principios de año situábamos la zona del 3.5%-3.70%
como zona objetivo para las rentabilidades del 10 años. Sin embargo el nivel
del 4% ha servido por dos veces como importante soporte para la rentabilidad de
nuestro bono de referencia. Al igual que hemos comentado para el 5 años, si se
confirma la mejoría de los datos macro, el bono español debería moverse a medio
plazo entre el 4%-4.5% con posibilidad de ver movimientos extremos que lo
lleven al 3.5% o al 5% que serían oportunidades para vender o comprar
respectivamente.
Y es que si antes veíamos que el euro se revaloriza frente al dólar, al analizarlo frente al YEN su fortaleza es aún más
patente. Este mes ha roto los máximos de 2009 y se encamina hacia la zona en la
que se movía antes de la crisis (entre 155 y 170 yenes por euro).
Así pues, parece que
los inversores se están posicionando claramente en el cierre de ejercicio en
los activos por los que apuestan de cara al año que entra. La renta
variable se impone claramente a la renta fija, y dentro de esta, a pesar de que
la renta variable americana sigue estando muy fuerte, parece que los inversores
pueden volver a apostar por la europea. Al menos hasta que se comiencen a
publicar los resultados empresariales del cuarto trimestre (a partir de la
tercera quincena de enero). En ese momento pensamos que ocurrirá lo mismo que
en octubre. Si los resultados empresariales acompañan (superan expectativas
creadas) la renta variable europea seguirá creciendo y sin vuelven a defraudar,
habrá que analizar el mercado y ver si los inversores se refugian en la renta
fija o en la renta variable americana.
En cuanto a la renta
variable de los mercados emergentes, parece que puede ser un buen momento
si analizamos el comportamiento del precio de las materias primas. Tras un
letargo que dura más de dos años en el que el índice general de materias primas
(CRY index) se ha movido entre 280 y 300 puntos, estas últimas semanas está
rebotando. En el mes sube aproximadamente un 3%. Si consiguiera superar la zona
de 290-300 puntos, sería muy positivo para los mercados emergentes.
En el siguiente gráfico se aprecia la fuerte correlación entre el índice de materias primas (línea
morada) y el MSCI Emerging Markets
(línea dorada). Se aprecia que la línea verde (S&P500) se ha beneficiado de
los precios baratos de las materias primas. Un repunte de las materias primas,
entendemos que obligaría a que convergieran las líneas de emergentes y de RV
americana. Además, en el gráfico hemos insertado una línea blanca con el Baltic
Dry Index, que mide el precio de los fletes marítimos. A la vista de la subida
de los precios se entiende que el transporte de materias primas vía marítima se
está reactivando tras tres años de decadencia. Este es muy buen síntoma para la
recuperación de la economía global.
Así pues, como
conclusión de cara al año que viene, parece que la apuesta es Renta variable
frente a renta fija, y al menos para el principio de año, la renta variable
europea podría ser una apuesta hasta conocer los beneficios de nuestras
empresas. La renta variable americana entendemos que debería seguir
subiendo apoyada por sus beneficios empresariales y mejora macro, aunque
entendemos que a medida que se vayan consolidando las expectativas de
crecimiento de los mercados emergentes y si continúan subiendo los precios de
las materias primas, conforme avance el año, lo más probable es que los
inversores roten su exposición en renta variable hacia los mercados emergentes.