A
eso de las 11 de la noche acabó la reunión del EcoFin en la que finalmente no hubo acuerdo definitivo sobre el Mecanismo de Resolución Único.
Probablemente se tendrá que realizar una nueva reunión antes de la cumbre de
Jefes de Estado y de Gobierno del próximo 19 y 20 de diciembre para decidir. En
definitiva, Europa vuelve a tropezar con la misma piedra, dejar las decisiones
importantes para el último momento.
No obstante, los
mercados tras tropezar ayer con las resistencias que comentábamos (3.000 del Eurostoxx y 9.570 del Ibex), hoy al menos no están
continuando con los recortes. El simple rumor de preacuerdo otorga algo de
esperanza para cumplir con el calendario previsto. Según el mismo, Alemania
podría acceder a la utilización del ESM para la recapitalización de entidades
con problemas, eso sí, como último instrumento, con la autorización previa de
los países miembros y con límites establecidos. Además, accedería a que la
decisión de liquidar la entidad corriese a cargo de la C.E y una autoridad
independiente, cubriendo todas las entidades financieras europeas. Es decir,
que aún hay esperanzas de que en la última reunión del año, nuestros dirigentes
políticos se vayan de vacaciones navideñas con los deberes hechos. "No tenemos un acuerdo definitivo (...) pero hemos
dado un salto enorme para lograrlo", señaló el ministro lituano de
Economía y presidente semestral del EcoFin, Rimantas Sadzius, al término de la
reunión.
Por
tanto en el mercado se abre una nueva apuesta por parte de los inversores.
Tenemos a aquellos que aprovechan los recortes para compra a la espera de que
al término de la semana que viene haya acuerdo para la supervisión única
bancaria, mientras que los que creen que Europa
no cumplirá con el calendario previsto para el mecanismo de supervisión y de
resolución bancaria. Si miramos los mercados, nos encontramos a la renta
variable corrigiendo, temiendo que finalmente no haya acuerdo, mientras que los
mercados de renta fija, sí que parece que son más optimistas. Mientras el
Eurostoxx, el Ibex y el sectorial bancario europeo corrigen, estamos apreciando
que los spreads de la deuda corporativa, sobre todo la bancaria, continúan
estrechando. Es decir, que los inversores de renta fija aprecian menos riesgo
de insolvencia en la banca.
Evolución
del diferencial de deuda exigido a
la banca europea senior frente al SWAP a 5 años. Cotiza en mínimos del año,
afianzándose por debajo de los 100 p.b.
Evolución
del sectorial bancario europeo del Eurostoxx
600. A diferencia del anterior, en esta última semana ha perdido la
directriz alcista iniciada este verano, a la espera de una zona de rebote, que
podría estar en la zona de 180 puntos.
En
el siguiente gráfico comparamos la renta variable con el inverso de los
diferenciales. Es como mejor se aprecia las divergencias ya que cuando mejora
la percepción del riesgo, ambos deberían subir, mientras que si empeora, ambos
deberían bajar. En la parte superior, comparamos la evolución del último año
del Eurostoxx 50 frente al inverso
del Itraxx crossover (diferenciales exigidos a la deuda europea de rating
inferior a BBB-), mientras que en el inferior comparamos el sectorial bancario
frente al diferencial exigido a ese sector en deuda a cinco años. El primero
más o menos está correlacionados ambos movimientos, mientras que en el segundo,
se aprecia claramente cómo la renta variable está en proceso correctivo desde
mediados de octubre mientras que desde esa fecha los diferenciales de la renta
fija de este sector siguen mejorando.
Así pues, aún hay esperanzas (o al
menos las tienen los inversores de renta fija), de que Bruselas lance un
mensaje claro. Un mensaje de que en el futuro, en caso de que las instituciones
financieras vuelvan a tener problemas, eso no tendrá consecuencias sistémicas,
ni provocará que los contribuyentes tengan que hacerse cargo de la cuenta. Qué
autoridad decide cuando un banco debe cerrarse y quien pondrá el dinero para
deshacer una entidad no viable son las preguntas que el acuerdo del Ecofín debe
responder. A largo plazo habrá un fondo único de resolución que no dependerá
de los estados, aunque en un periodo transitorio de al menos diez años
(hasta que el sector se haga con esta reserva de capital) seguirán siendo los
estados los que asumirán el coste, en una proporción decreciente. Aunque esto
atrasa hasta más allá de 2025 la puesta en marcha completa de la unión
bancaria, permite que el proceso empiece después de las pruebas de esfuerzo de
los bancos que llevará a cabo el BCE el año que viene. En definitiva, que tras
varios años de crisis en Europa, hay posibilidades de ver el vaso medio lleno
en vez de medio vacío. El problema es que a la renta variable le desespera que
las medidas no se tomen tan rápido cómo se quisiera.
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