martes, 26 de agosto de 2014

“Con los tipos en mínimos, ¿gana atractivo la rentabilidad por dividendos?”.

La subasta de letras del tesoro español hoy ha marcado nuevos mínimos históricos de rentabilidad con la demanda superando la oferta ampliamente. A 3 meses nuestro estado se financia al 0.04% y a 9 meses ha conseguido casi 2.400 millones al 0.11%. Desde estos 9 meses hasta el plazo de dos años la curva es totalmente plana con todos los bonos cotizando en torno al 0.10%.

Concretamente el bono de referencia a dos años vence en abril de 2016 y nos rentaría hoy un 0.12% (OJO, sin incluir comisiones). Con un ejemplo numérico se entiende mejor. Para un nominal de 10.000 euros hoy pagaríamos 10.629.03 € (hoy cotiza al 105.21% más cupón corrido) y a cambio el estado nos devolvería los siguientes dos pagos:

·         El 30 de abril de 2015 nos pagaría el cupón correspondiente que ascendería a 325 euros (brutos sin incluir impuestos), ya que paga un cupón del 3.25%
·          y en abril de 2015 (vencimiento) cobraríamos los mismos 325 euros de cupón (a descontar retención) y los 10.000 euros del nominal.

En resumen, para una retención del 21%, el ahorrador hoy invierte 10629.03 euros y cobraría neto en total 256.75+256.75+1000 euros= 1513.5 euros. Al final pierde dinero. Eso sí tendría unas retenciones en Hacienda de 136.5 euros que con suerte se las pueden devolver al hacer la declaración.

Así pues, un ahorrador europeo está que quiera obtener rentas, está obligado a mirar otro tipo de activos. Los bonos corporativos ofrecen rentabilidades similares. La rentabilidad por dividendos de las bolsas europeas, aunque no están en máximos sí que ofrece un importante diferencial respecto a los bonos. Evidentemente no queremos decir que un inversor de letras pase el 100% de su patrimonio a la renta variable directa, pero si quiere obtener rentabilidades recurrentes, está obligado a asumir riesgos e ir introduciendo algo de renta variable en las carteras. En los siguientes gráficos comparamos la evolución de los índices frente a la rentabilidad por dividendos histórica de los mismos y el diferencial existente entre la rentabilidad del bono y de los dividendos.

Históricamente, hasta la crisis de Lehman, la rentabilidad por dividendos ha sido inferior a la de los bonos a 10 años, ya que para siempre se ha supuesto que en un horizonte temporal de 10 años los índices suelen revalorizarse. Sin embargo, en 2.008-2.009 con el bono español al 4% y los dividendos en torno al 7% se aprecia que este diferencial del 3% a favor de los dividendos fue la mayor oportunidad para comprar renta variable de los últimos años. Este diferencial entre el 2%-3%a favor de los dividendos volvió a producirse en las caídas de 2.012. En esos momentos el diferencial se produjo más por caídas de la renta variable ya que también subió la rentabilidad del bono. Y hoy volvemos a tener el diferencial por encima del 2.5%. El bono español a 10 años está al 2.17% mientras que la rentabilidad por dividendo del Ibex es del 4.7%. El motivo no ha sido la corrección de la renta variable sino la caída de la rentabilidad del bono, pero la oportunidad financiera es la misma.  




Algo similar ocurre con el resto de mercados de renta variable. En el gráfico del Eurostoxx 50 frente al bono alemán se aprecia un diferencial también que avisa sobre posible oportunidad financiera a favor de la renta variable.  Rentabilidad por dividendos del Eurostoxx del 3.6% frente al 0.93% del bono alemán.


El índice alemán a pesar de tener menos peso en valores con altos dividendos, ofrece hoy una rentabilidad por dividendos del 2.8% lo que hace que el diferencial a favor de los dividendos roce niveles históricos de “señal de compra” para la renta variable.


Fuera de Europa si miramos al S&P500, se aprecia que la rentabilidad del bono es superior a la de los dividendos. Algo que suele ser normal en este índice. Los momentos de mayor oportunidad para la renta variable se producen con los dividendos ofreciendo rentabilidades similares o un 0.5% superiores a los bonos. No obstante, no ofrecen lecturas tan extremas como las de 2007, 2.010 y 2.011 que fueron las que precedieron a las últimas correcciones.




En definitiva, las rentas que ofrecen los dividendos de la renta variable son una buena alternativa para los inversores en estos momentos en los que la rentabilidad de los bonos está en mínimos históricos. Este aspecto, es otro de los argumentos que le debería dar sostén a las bolsas en caso de nuevas correcciones.

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