Está
claro que el inicio del QE con compras de 60.000 millones de euros al mes por
parte del BCE está provocando una nueva escalada de los precios de la renta
fija. Beneficiando sobre todo a la renta fija de los países periféricos con la
excepción de Grecia, que la mayoría de analistas y sobre todo la prensa
alemana, tienen claro que no podrá pagar todo lo que debe. En el siguiente
gráfico se aprecia que los principales plazos de los bonos del tesoro español
están en mínimos históricos. El 2 años español por primera vez en la historia
por debajo del 0.10%, el 3 años nunca ha cotizado por debajo del 0.2% cómo lo
hace ahora y el 5 años no ofrece ni siquiera un 0.5%. El 10 años también está
hoy rebasando a la baja el 1.25% y para conseguir más de un 2% hay que aumentar
la duración de la cartera hasta 30 años.
Está
claro, como hemos venido repitiendo a lo largo del presente ejercicio, que los
inversores que compran estos bonos no lo hacen porque piensen que Europa se va
a instalar una deflación y recesión durante la próxima década y la rentabilidad
real de la inversión en estos activos será más rentable que la de la bolsa. Sin
duda alguna, las compras de estos bonos son sólo explicadas por la
especulación. Especulación entendida como el fenómeno de comprar algo sabiendo
que está caro sabiendo (o creyendo saber) que en poco tiempo lo podremos vender
más caro. Creo que en España sabemos bastante de eso sobre todo si nos fijamos
en las compras del ladrillo desde 2002 al 2007.
Y es
que la renta fija europea no se está rigiendo por los fundamentales de los
estados miembros ni de la economía en su conjunto. Se rige por un exceso de
demanda sobre la oferta. No hay suficientes bonos en el mercado secundario cómo
para que la actuación del BCE no interfiera artificialmente en la formación de
los precios de los activos de renta fija. Sólo sabemos algo seguro, y es que el
comprador (BCE) no quiere activos que renten menos del 0.2% (hoy, aunque en
próximas reuniones podría incluso bajarlo), ni tampoco activos de más de 30
años. Todo lo demás es susceptible de ser comprado.
Sabemos
la cantidad y calidad de los activos y quién los compra. Pero y ¿quién los
vende? Evidentemente quien los tiene. Pero los tenedores no parecen tener ni
ganas ni prisas por vender un activo que en los últimos años no ha sufrido
volatilidad alguna y rentabilidades incluso superiores a las de la renta
variable. Los principales tenedores de la deuda europea son aseguradoras, que
normalmente tienen estos activos en cartera vinculados a pasivos que machean
sus flujos y por tanto no pueden deshacerlos alegremente. También las
tesorerías de los grandes bancos son otros tenedores, que quizás tengan más
predisposición para venderlos y hacer caja. Pero tendrían que aflorar
plusvalías y habría que analizar hasta qué punto les conviene. Los fondos
soberanos sobre todo de China, son otros fuertes tenedores de esta deuda, pero
la tienen en cartera más por diversificar en divisas solventes que por otro
aspecto más relevante, por lo que no parece otra fuente de vendedores
potencial. Y por último, son los fondos de inversión y de pensiones los
principales tenedores de renta fija europea. El problema para estos fondos, es
que están siendo el principal vehículo de inversión de los ahorradores europeos
ahora que los depósitos están en mínimos históricos. La entrada de dinero en
estos vehículos obliga a los gestores a invertirlo en el mercado, por lo que
son más compradores que vendedores.
En
definitiva, la renta fija europea es un mercado que actualmente no se rige por
fundamentales sino por un exceso de demanda sobre una oferta limitada. Así que
es muy complicado hacer pronósticos para predecir hasta cuándo y por cuanto
tiempo seguirán bajando las tires de los bonos del estado. Lo que está claro es
que sigue habiendo recorrido, y sólo cuando la prima de riesgo con otros
activos, o ya no haya más recorrido adicional, será el momento de una clara
rotación hacia otro tipo de activos.
De
momento es el repunte de “la prima de riesgo” con Estados Unidos el más significativo.
Nunca el bono americano (repuntando por los buenos fundamentales de su
economía) había ofrecido un diferencial sobre la rentabilidad del bono alemán
tan alto como el que vemos hoy. Comprar un bono de Estados Unidos a 10 años
ofrece una tir del 2.19% frente al 0.287% del bono alemán. En el gráfico se
aprecia que sólo en los inicios del euro se llegó a cotas similares.
Y la
prima de riesgo de la renta variable, con los índices dudando en plenas
resistencias (tanto europeos como americanos), pues será interesante y podremos
ver un flujo de la renta fija a la renta variable en cuanto los índices se
acerquen a soportes o superen las resistencias. Actualizo los gráficos de la
semana pasada en los que analizaba los posibles soportes.
Evolución
del IBEX 35. Comentábamos que la zona entre 10585-10750 podría ser la zona de
soporte más clara para nuestro selectivo. 10.921 fueron los mínimos de la
semana pasada. Un cierre por debajo de este nivel podría desencadenar este
recorrido bajista.
El
Eurostoxx 50 podría corregir hasta la zona de 3.400 puntos.
Y
muy claramente se puede apreciar cómo el Mib 30 italiano y el Sectorial
bancario europeo no han podido superar los máximos del año pasado. Evolución
del MIB 30 Italiano.
Evolución
del sectorial bancario europeo.
Y
esta inyección de euros a mansalva está provocando claramente la pérdida de
soportes del euro frente al dólar que ha perdido el 61.8% de toda la subida
desde el año 2000.
Exactamente
ocurre lo mismo con el soporte del euro frente a la libra.
Así
pues, cuando el mercado no está respondiendo a los fundamentales, sino a la
oferta y demanda controlado por el BCE, es muy difícil hacer pronósticos.
Debemos saber que en la deuda europea se ve claramente especulación y este
dinero que especula en este activo buscará otros activos en cuento se vea el
final del recorrido del mismo. Habrá que ir vigilando los movimientos y de
momento seguir la tendencia que no es otra que apostar por la deuda europea.
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