La
semana pasada comentábamos que no era debilidad del euro sino fortaleza del
dólar lo que estaba moviendo a los mercados. Los inversores han sido muy
agresivos descontando que la FED va a comenzar a subir tipos de interés más
pronto que tarde. El dólar tan fuerte puede ralentizar la recuperación
económica y, por tanto, quizás veamos un nuevo cambio de discurso por parte de
Yellen en la reunión mañana de la FED.
Además,
la fortaleza del dólar siempre ha provocado caídas de los precios del petróleo
y materias primas. Esa correlación se ha mantenido esta misma semana y ya vemos
al petróleo de nuevo en la zona de mínimos anuales.
En
la misma situación están el resto de materias primas. El índice genérico CRY
Index cotiza también en mínimos del año.
Con
estos datos, las expectativas de inflación de Estados Unidos se ha girado a la
baja, así como la rentabilidad del bono americano a 10 años (han pasado del 2.25%
del pasado 6 de marzo al 2.05% actual).
Sin
duda, no parece que esté tan claro que la FED sea agresiva y pasemos a tener
claro que los tipos subirán en este primer semestre. Lo más probable es que el
mensaje sea bastante más suave y no sea hasta el segundo semestre cuando se
decidan a subir tipos. Han sido tantos años con los mercados dependientes de
una política monetaria muy agresiva que el cambio de sesgo debe depurarse muy
poco a poco para no provocar incrementos de volatilidad que no le gusta a
nadie. El mismo cruce del euro frente al dólar se ha frenado en una zona de
soporte clave cómo es el 1.05, girándose ayer el euro al alza.
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