La roja vuelve a ser lo que
era. Hasta hace 6 años estábamos habituados a que nuestra selección no pasara
de cuartos o cayese en los primeros cruces. Eran épocas de bonanzas económicas
y decepciones futbolísticas (que no deportivas). Sin embargo, y curiosamente,
cuando la crisis económica llegó para quedarse en el 2008, el único paño de
lágrimas para los españoles han sido los éxitos de nuestra selección. Antes no
éramos la roja, sino simplemente la selección española. Ahora volvemos a ser la
selección española y todo el mundo se ha enterado de que “la roja” es la
selección chilena.
Curiosamente los éxitos de
nuestra selección han coincidido con los momentos más álgidos de la crisis
económica.
·
Verano del 2008.
Nuestro equipo ganó la Eurocopa. Justo unas semanas después se produjo la
quiebra del Lehman Brothers.
·
Verano del 2010.
Nuestro equipo ganó el Mundial. Ese fue el verano en el que la crisis de
crédito comenzó a afectar a los paises periféricos obligando al gobierno de
Zapatero a tomar medidas de ajustes sin precedentes.
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Verano del 2012.
Nuestro equipo ganó su segunda Eurocopa consecutiva. La prima de riesgo alcanzó
máximos históricos y nuestra calificación crediticia corría el riesgo de pasar
a “bono basura”. El ibex perdió ese verano los mínimos de 2009 y Draghi tuvo
que pronunciar su famosa frase de que harían todo lo necesario para salvar al
euro, ya que los inversores estaban huyendo literalmente de la eurozona en
general y de los paises periféricos en particular.
En el siguiente gráfico en el
que se compara la evolución del Ibex y la de la rentabilidad del bono español a
10 años se aprecia claramente estos hitos de nuestra selección.
La pregunta ahora es clara.
¿Se ha acabado el ciclo de éxitos de nuestra selección de futbol? ¿Significa
que ahora será la economía la que vuelva a darnos alegrías?
Sé que puede ser mera
coincidencia, pero aprovechando que también hoy se produce un relevo en nuestra
corona, lo que debemos aprender es que rendimientos pasados no presuponen
rendimientos futuros. Hay que apostar por el cambio, el relevo generacional y
pensar en positivo. En los mercados pasa igual, no podemos pensar que hemos
subido mucho desde el verano del 2012 y creer que nuestras compañías cotizadas
han aprendido de la crisis aligerando sus balances y están preparados para
afrontar nuevos retos sabiendo que lo peor ha podido pasar ya. Curiosamente el
Ibex cotiza hoy en niveles similares a los que cotizaba antes de la primera
Eurocopa. ¿Serán nuestras compañías capaces de generar beneficios mayores de
los que se descontaban en 2008? Sinceramente pienso que sí.
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