El Dinero no es como la energía. El Principio de
conservación de la energía indica que la energía no se crea ni se destruye,
sólo se transforma de unas formas en otras. Si hablamos del dinero entiendo que
podríamos adaptar esta frase para decir que el dinero Sí se crea
y no se destruye, sólo cambia de manos y de activos. Y añadiría al final que el
cambio es cada vez más rápido. Evidentemente el dinero se crea y desde que
estalló la crisis lo hace con más virulencia.
En el siguiente gráfico se aprecia cómo los bancos
centrales han aumentado sus balances (han inyectado dinero a los mercados, que
no a la economía) desde la quiebra de Lehman en el verano del 2008. En verde el
balance del banco de Japón, en amarillo el de la reserva Federal y en blanco el
del Banco central europeo.
En el anterior párrafo he comentado que este dinero no
ha ido directamente a la economía sino que ha ido siguiendo una senda natural
solucionando en primera instancia lo que más urgía. En primer lugar el
dinero fue para el sistema bancario, ya que la quiebra de Lehman ponía en
peligro la principal base del sistema financiero que no es otra que la
confianza. Por muy duro que sea la afirmación, todo el sistema bancario está
basado en la confianza que tienen los depositantes en que su dinero está
disponible en el momento en que quieran hacerlo líquido. Por muy alto que sean
los ratios de solvencias, coeficientes de caja, bajo apalancamiento, si todos
los depositantes de una entidad bancaria van a la vez a retirar sus depósitos,
la entidad quiebra inmediatamente. Si no, basta con leer lo que ha ocurrido
recientemente con Banco Madrid.
Pues
la decisión de ayudar a los bancos puede ser más o menos discutible, pero
evidentemente se evitó lo peor y una vez pasado los hechos, parece que fue una
decisión acertada. La confianza volvió y se posibilitó el suelo de los mercados
en el año 2009. Después el dinero fue a mejorar la financiación de los estados.
La FED por su normativa lo pudo hacer de forma directa a través de los
distintos QE y el Banco central Europeo, en primera instancia no pudo y tuvo
que hacerlo de forma indirecta. Mató dos pájaros de un tiro, puesto que le daba
el dinero a los bancos al 1% para que estos comprasen deuda pública al 4%-5% o
6% y lo descontasen en la ventanilla del BCE. También ha funcionado puesto que
convirtió la mejoría de los bonos en tendencia y arrastró a la mayoría de
inversores hacia este activo cómo hace la luz con los mosquitos. Los bonos
españoles están beneficiándose claramente de la inyección de dinero comentada
con espectaculares bajadas de tires.
En
el siguiente gráfico se aprecia cómo todos los bonos españoles cotizaban en
niveles del 7% hace menos de tres años y hoy tenemos los bonos a menos de dos
años al 0% y los de más plazo han llegado a niveles nunca vistos en nuestra historia.
Evidentemente, sin la inyección del dinero y mejora de confianza, si las
rentabilidades de los bonos en España se hubiesen mantenido por encima del 5%,
hoy estaríamos hablando de la probabilidad de quiebra de España en vez del
inicio de la recuperación económica.
Pero
el dinero, conforme los activos se van quedando sin recorrido cambia
rápidamente de manos. Los últimos años, los inversores que no tuviesen en
cartera exposición a renta fija o a la renta variable norteamericana apenas ha
obtenido rentabilidad. Sin embargo este año, la renta fija americana está dando
pérdidas, y la renta variable está plana ya que el dinero está viajando a
Europa. A grandes rasgos, está claro que la renta variable se ha visto muy
beneficiada de las mega inyecciones de los bancos centrales. En el siguiente
gráfico se muestra cómo hay bastante correlación entre el comportamiento del
S&P500, el Nikkei de Japón y el Eurostoxx 600 frente al primer gráfico de
las inyecciones de dinero de sus bancos centrales.
Sobre
todo en el último tramo alcista ha tenido mucho que ver el anuncio del QE por
parte de Draghi en la reunión de enero de este año. Así pues, el dinero
inyectado claramente está yendo a los activos financieros, y poco a poco
estamos viendo cómo va llegando a la economía real. Será cuestión de prima de
riesgo. Por poner un ejemplo, cuando los bonos españoles a corto plazo ofrecían
rentabilidades del 5% o superiores, y la tasa de crecimiento esperada en España
era cero o negativa y la confianza de consumidores y empresarios estaba por los
suelos, ningún negocio, actividad empresarial o empresa cotizada ofrecía una
rentabilidad potencial comparable a la del bono.
Lo
mismo ocurría en plena guerra de depósitos. Con los depósitos al 4%, los
ahorradores e incluso empresarios españoles no iban a poner en riesgo su dinero
en inversiones arriesgadas cuando el banco le daba un “4% seguro” estando los
tipos de interés en mínimos históricos. Pero esto se ha acabado ya. Hoy los
bonos españoles a menos de 5 años están ofreciendo tasas de rentabilidad entre el
0% y el 0.5% y los depósitos no superan tampoco estas tasas. Además, la
confianza y las expectativas de recuperación económica están llegando y
calando entre ahorradores e inversores. Ahora un negocio que ofrezca
rentabilidades potenciales (aunque con riesgo) superiores al 4%-5% ofrece tasas
10 veces superiores a la del activo sin riesgo. Hoy sí que sacar el dinero del
depósito para arriesgarlo en un negocio, en una empresa cotizada, o una
vivienda o local para alquilarlo es una alternativa interesante y racional.
Lo
mismo ocurre para los bancos. Hasta ahora la principal queja del Banco central
Europeo, de los políticos, de los votantes y de los ciudadanos en general es
que los bancos no dan crédito. No lo han dado porque no era interesante y no
había demanda de los mismos a los precios a los que se ofrecía. Si soy el
tesorero de un banco y el dinero de los depósitos lo puedo invertir al 5% en
bonos del tesoros español que a su vez puedo descontarlo en el BCE, si una
empresa quiere que le financie un proyecto en plena crisis financiera, con mi
departamento de riesgo diciéndome que tenemos la tasa de morosidad por las nubes,
tengo que estudiar muy bien su proyecto y pedirle una prima de riesgo sobre el
bono. Es decir que al menos me tendría que pagar un 10-12% de interés para
prestarle el dinero. Evidentemente no había manera de cuadrar oferta y demanda.
Sin embargo hoy para los bancos, la alternativa de deuda pública ofrece
rentabilidades negativas o muy pero que muy bajas. Incluso financiar a grandes
compañías ofrece rentabilidades inferiores, ya que estas tienen posibilidad de
emitir en el mercado bonos con una excelente demanda por parte de los
inversores. Así pues, una PYME a la que puedas prestarle dinero y cobrar un
4%-5% de intereses ofrece una prima de riesgo muy interesante.
Por
tanto, somos optimistas y seguimos pensando que estas mega inyecciones de
dinero seguirán beneficiando a los mercados financieros. Y lo más importante es
que por fin parece que se está trasladando a la economía real. En Estados
Unidos hace tiempo que ocurrió y en Europa está tardando más, pero llegará. Lo
que no está claro es a qué mercados beneficiará en cada momento (a qué manos
está viajando). Predecir esto sí que es un arte. Los primeros meses del año era
la renta variable y renta fija europea la que atraía el dinero. Ahora vemos que
en las últimas jornadas han vendido bonos periféricos para comprar bonos
alemanes; la renta variable europea está sufriendo una corrección mientras que
esta madrugada tenemos a Japón subiendo con fuerza superando máximos de los 15
últimos años. China a pesar de los flojos datos de crecimiento, está subiendo
en vertical con la bolsa de Shanghai en máximos recuperando niveles de 2008.
Materias primas y petróleo tras meses de caída ahora están repuntando. En
definitiva el dinero cambia muy rápidamente de manos.
Si supiese
a dónde va el dinero en cada momento, evidentemente mi cartera estaría
compuesta de un solo activo. La frase del fundador de la gestora Franklin
Templeton “El único inversor que no debería diversificar es aquel que acierta
el 100% de las veces” no puede ser más correcta. Lo que tengo claro es que
sigue habiendo dinero y el dinero obligatoriamente asumirá cada vez más riesgo
si quiere obtener rentabilidades. Eso me da pie a pensar que los mercados
estarán soportado y hay que apostar por carteras diversificadas, mayor sesgo a
renta variable, compañías que se beneficien del crecimiento global y olvidarme
de los sesgos (invertir sólo en España que es lo que conozco, etc..) y sobre todo
no tratar de acertar todos los movimientos de corto plazo. Eso es imposible.
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