jueves, 30 de abril de 2015

Cerramos la semana con las mismas dudas con las que se inició pero las bases siguen siendo las mismas

A día de hoy seguimos sin tener claro qué ocurrirá con Grecia, ni tampoco la reunión de ayer de la FED sirvió para despejar las dudas sobre cómo y cuándo comenzará la FED a subir tipos. Los griegos a pesar de cambiar de interlocutor siguen sin presentar las reformas que sus acreedores le están exigiendo. Parece que antes de que acabe el fin de semana se tendrían que cerrar negociaciones o bien romperlas definitivamente. Pero después de 3 meses de negociaciones, es muy difícil pronosticar cuando se les acaba la paciencia a los acreedores del país heleno.

En cuanto a la reunión de ayer de la FED, el mensaje fue bastante confuso. No me termina de quedar claro si subirán los tipos en la próxima reunión o si por el contrario lo retrasarán hasta diciembre. Hasta ayer, el mercado descontaba que era probable que la primera subida fuese en septiembre. Los malos datos del PIB del primer trimestre de Estados unidos (ha crecido sólo el 0.2% frente al 1% estimado) provocaron ayer una fuerte caída del dólar e hizo pensar a los analistas que la FED retrasará la subida de tipos. Sin embargo, Yellen en su discurso dejó claro que la actividad económica se ha ralentizado durante los meses de invierno, en parte reflejando factores transitorios. Al igual que ocurrió el año pasado, le echan la culpa al frio invierno. El año pasado estuvieron en lo cierto puesto que el PIB corrigió en el primer trimestre nada menos que un 2.9% para después subir un 4.60% y 5% en los dos siguientes trimestres (todo en términos anualizados).

Si La FED está en lo cierto no podemos descartar subidas de tipos en septiembre o incluso en junio. Han eliminado de su discurso la frase célebre “es improbable una subida de tipos en la próxima reunión” y sigue esperando que, con la política monetaria adecuada, el crecimiento económico avance a un ritmo moderado y que las condiciones del mercado laboral sigan moviéndose hacia niveles que se consideran acordes con su mandato. Los riesgos para las perspectivas económicas y el mercado laboral están prácticamente equilibrados. El Comité espera que la inflación se mantenga cerca de los bajos niveles actuales en el corto plazo, pero que aumente gradualmente hacia el objetivo del 2% a medio plazo. Efectivamente si miran el gráfico de expectativas de inflación que adjuntamos ayer, no deberían retrasar mucho la subida de tipos.

Por tanto, no tenemos nada claro. Lo único claro entonces sigue siendo la visión de largo plazo que estamos teniendo desde hace meses:

·      La renta variable ofrece mejor binomio rentabilidad riesgo que la renta fija.
·      Tras varios años con mejor comportamiento de la renta variable de Estados Unidos, los movimientos de las divisas hacen que ahora emergentes y Europa ofrezcan más potencial.
·      Hay muchísima liquidez y más barata que nunca, por lo que los inversores aprovecharán las correcciones para incrementar riesgos.
·      El dinero cambia de activos y de zonas geográficas más rápido que nunca.

Hoy por ejemplo siguen vendiendo bonos del estado alemán, y la rentabilidad del 10 años ya cotiza en el 0.33%. Hace poco más de una semana estaba al 0.05%. Y la mejoría macro de Europa frente a los malos datos de Estados unidos confirman que la paridad del euro frente al dólar que muchos analistas pronosticaban de momento debe esperar, y al igual que ocurrió con el petróleo, se está formando un claro suelo en el cruce del euro frente al dólar.

En el gráfico se aprecia cómo se ha superado la zona de 1.10  tras varios intentos sin resultado.  



La bolsa alemana es la que más está sufriendo por la recuperación del euro. La teoría es que las empresas exportadoras ganarán menos. Pero si lo miramos desde una visión global, entiendo que es preferible para Europa un euro estable entre 1.05 y 1.15 que verlo caer en picado cómo estaba sucediendo desde inicio del verano pasado. Además la recuperación del euro es un claro síntoma de que los inversores no están obsesionados con el posible impago de Grecia. Por tanto, seguimos insistiendo que lo que está sucediendo en la renta variable, sobre todo la europea, es una corrección dentro de la tendencia alcista. Si miramos por ejemplo el Ibex 35 vemos que los mínimos de hoy coinciden con la zona de máximos del año pasado. Es decir, el nivel de 11.250 que antes era resistencia ahora es nivel de soporte.



Si ampliamos el horizonte del Ibex, con velas semanales, es como mejor se aprecia la situación del mismo. En el año 2013 se dejó atrás la tendencia bajista iniciada en el 2007 y desde entonces estamos en un claro canal alcista con base en la zona de 10.500-10.700 y la parte superior se sitúa en torno a 13.000 puntos.



Y ahora que hemos hecho referencia a cómo puede afectar el movimiento de divisas al potencial de los distintos activos, si vemos este mismo gráfico del Ibex valorado en dólares, vemos cómo el suelo del dólar ha provocado que aquellos inversores de Estados Unidos, no sólo no hayan sufrido pérdidas en la última corrección del Ibex, sino que están ganando y desde el punto de vista técnico, el Ibex está dejando atrás la tendencia bajista de corto plazo iniciada el verano pasado, por lo que ofrece buen atractivo para los inversores con dólares en sus bolsillos.  



El momento de incrementar riesgos de renta variable no sé si es ahora o esperar a que pase el fin de semana y se sepa algo más acerca de Grecia, pero si miramos el estudio de volatilidad que hicimos hace unos días con el Eurostoxx, y lo hacemos hoy para el DAX (el índice que más ha corregido), sí que parece que es buen momento para ir incrementando para aquellos inversores que tengan exceso de liquidez, y no parece que sea el momento de vender para aquellos que no hayan hecho caja antes de las correcciones.

En el gráfico de la evolución del DAX 30 frente a su volatilidad implícita (medido por el índice VDAX) se aprecia claramente que los momentos de repuntes de volatilidad no han sido los mejores momentos para vender, sino todo lo contrario. La línea blanca marca la volatilidad y la amarilla la evolución del DAX. La situación actual se asemeja a la corrección vivida en diciembre y agosto.



Si miramos el gráfico del DAX, podríamos optimizar el momento de entrada simplificándolo de la siguiente forma. O bien esperar a que se solucione la incertidumbre en torno a Grecia, comprar una vez recuperado el soporte perdido en el día de ayer en torno a 11.700 puntos, o bien esperamos al siguiente soporte situado en la zona de 11.000 puntos.



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