Por
tanto la mayor producción de Irán se verá compensada por la reducción de
producción de EE.UU. y resto de productores a los que estos precios ocasiona
pérdidas. Tarde o temprano se equilibrará la oferta y demanda del petróleo y el
precio tenderá a estabilizarse. Mientras tanto, seguiremos con las bolsas
totalmente correlacionadas con los vaivenes del precio del petróleo tal y cómo
se puede visionar en el gráfico que venimos actualizando desde inicio de año,
comparando el S&P500 con el WEST Texas.
Si
analizamos el gráfico a más corto plazo (velas de 60 minutos), se adivina que
desde el doble sueloen los mínimos de enero y febrero, está intentando dibujar
una tendencia alcista. Esta semana ha superado la línea que une los máximos
desde noviembre. Para confirmar que la tendencia bajista de corto plazo se
queda atrás, es necesario que se superen los últimos máximos significativos
(máximos de enero y mínimos de diciembre) situado en la zona de 34 euros. Otro
factor a favor del petróleo es que las medias tanto de corto como de más largo
plazo tienen tendencia positiva.
Lo
mismo ocurre con el futuro del S&P500. También comienza a tener las medias
móviles con pendiente positiva y presenta una clara resistencia en niveles
cercanos a 1.950 puntos.
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