La
semana pasada apenas hubo cambios en los principales índices de renta variable.
Planos en Europa (0.21% del Ibex, -0.42% del DAX y -0.16% del Eurostoxx) y,
aunque casi todos los días hemos visto nuevos máximos en las bolsas americanas,
también acabaron planos en el cierre semanal (0.35% el DOW Jones y +0.39% el
S&P500). Mercados emergentes también planos (+0.32% del MSCI Emerging
Markets) y sólo destacar la continuidad del rebote de la bolsa de Japón
(+3.62%).
Sin
embargo, a pesar de que las bolsas estuvieron planas, asistimos la semana
pasada a nuevas bajadas del precio del petróleo (a pesar de que partían de
mínimos de los últimos años) y también nuevas bajadas de las tires de los
bonos, sobre todo en Europa. Quizás esto último es lo más destacado y es fiel
muestra de que la situación macro no es la más optimista que pudiésemos desear.
Tanto Comisión europea como el banco central han revisado a la baja las
expectativas de crecimiento e inflación en la eurozona, lo que unido a la
amenaza de un QE en Europa, hacen ganar atractivo a la renta fija respecto a la
renta variable.
Incluso
el único mercado de renta variable que repuntó con fuerza la semana pasada
(Japón), ha demostrado esta semana que su mejoría es ficticia y sustentada sólo
por la actuación del Banco de Japón. Sin duda, ahora se entienden la decisión
por sorpresa de hace unas semanas del Banco de Japón de aumentar su balance
comprando incluso renta variable. Hoy se ha conocido que el PIB del tercer
trimestre en tasa anualizada ha corregido un 1,6% frente a una estimación de
nada menos que un +2.2%. Con estos datos, el Nikkei ha corregido al cierre un
3%, provocando una clara apertura negativa de las bolsas europeas.
Unas
bolsas europeas que vuelven a la zona de soporte dentro del terreno lateral que
venimos comentando desde hace semanas. El Ibex 35 vuelve a acercarse a la zona
de 10.000 puntos, volviendo a poner en peligro la directriz que une los mínimos
desde el verano del 2012, tal y como se aprecia en el gráfico de velas diarias
siguiente.
Algo
más de margen parece tener el Eurostoxx 50, cuya zona de soporte parece estar
en la zona entre 2.950 y 3.000 puntos.
Sin
duda, son las bolsas de los países periféricos las que más debilidad parecen
mostrar. El gráfico del Mib 30 italiano tiene un aspecto similar al del Ibex
35. Aunque presenta una clara zona de soporte en los niveles de 18.000 puntos,
esta semana vuelve a luchar por no perder la línea que une los mínimos
desde 2012. En las últimas semanas, ha ocurrido en varias ocasiones aunque
siempre se ha cerrado por encima. De momento se están salvando soportes, pero
los rebotes cada vez son menores. Sin duda, los inversores no tienen tan claro
que, a pesar de que estemos en zona de soporte, sea el momento de aumentar
riesgos en las bolsas europeas en general y periféricos en particular.
Incluso
Alemania, si miramos el gráfico del DAX 30, muestra debilidad desde el punto de
vista técnico. Aunque el gráfico demuestra que desde final del año pasado
estamos en un terreno lateral entre 8.500 y 10.000 puntos, se observa que el
repunte desde la segunda quincena de octubre se ha frenado justo en la línea
que une los mínimos desde 2011 (que además coincide con la media de 50
semanas). Así pues, la zona de 9.500 se presenta como una clara zona de
resistencia y da la sensación de que las correcciones pueden continuar. En la
parte inferior vemos que lateral comentado está sirviendo para que se elimine
casi por completo la sobrecompra de principios de año, por lo que una vez que
acabe el proceso correctivo actual (puede ser en lateral o lateral bajista) lo
más probable es que se retome la tendencia alcista. La zona de 8.000-8.500
puntos se antoja como principal nivel de soporte de medio plazo para este
índice.
Y es
que, tal y como hemos comentado, la bajada de expectativas hace más atractiva
la renta fija que la renta variable. Para que sea sostenible y fiable un giro
alcista o suelo de las bolsas, hace falta que los bonos apoyen este movimiento
(han de repuntar los tipos gracias a las ventas de los mismos). Y de momento,
la tir del bono alemán a 10 años vuelve a buscar mínimos históricos.
Y lo
mismo sucede con la rentabilidad del bono a 30 años alemán que cotiza al 1.68%
justo la zona de mínimos históricos. Y es que tal y como se aprecia en el
siguiente gráfico comparativo del bono frente a las expectativas de inflación,
está claro que por más que se empeñe el BCE en decir que está preparado para
actuar, hasta que no se articule una estrategia para que la liquidez fluya a la
economía real, no repuntarán las expectativas de inflación. Hoy las
expectativas de inflación a un año han caído a mínimos anuales y las de 5 años
están muy cerca.
Así
pues, entendemos que será el comportamiento de los bonos (sobre todo los
alemanes) y de las expectativas de inflación, los que nos den pistas sobre si
los índices europeos volverán a respetar esta semana los niveles de soporte de
corto plazo que tan bien han ido funcionando estas últimas semanas, o habrá que
esperar correcciones adicionales antes de volver a incrementar riesgos
adicionales en la cartera.
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