Todos los mercados, tanto de renta fija como de renta
variable marcaron máximos del año a mediados de abril. Tras un espectacular
primer trimestre (el mejor arranque de la renta variable europea en más de 20
años) y fortísimas caídas de las rentabilidades de los bonos motivados por el
anuncio del QE por parte del BCE, el inicio del segundo trimestre se mantuvo la
tendencia hasta que en la segunda semana de abril la situación cambió. Los
datos macro en Estados Unidos aventuraban una ralentización de la economía
americana en el primer trimestre lo que ha generado una tremenda incertidumbre
sobre el momento en el que la FED comenzará a subir tipos. Además, todo el
mundo estaba muy cómodo con la fortaleza del dólar (sobre todo las renta
variable europea) y estos datos han provocado un giro bajista del dólar que
está generando movimientos convulsos en los mercados. A esto hay que unir el
repunte de expectativas de inflación que ha provocado un giro al alza de las
rentabilidades de los bonos mucho antes de lo que se podía pronosticar (sobre
todo porque acaba de empezar un QE que durará hasta septiembre del 2016), y por
supuesto los más de tres meses de negociaciones infructíferas para desbloquear
el tramo de ayudas a Grecia han provocado una clara recogida de beneficios en
los activos que más habían subido en el arranque de año.
En la siguiente tabla se aprecia el comportamiento de
los principales activos tanto de renta variable como de renta fija en el
acumulado del año (línea dorada) y desde los máximos alcanzados (línea azul).
Claramente lo que más había subido es lo que más ha corregido.
Desde
principios de año estamos vigilando las expectativas de inflación como
principal activo a vigilar para ver los activos más atractivos. Si repuntaban
sería bueno para la renta variable y malo para los bonos. Sin embargo el
repunte de los precios está afectando de forma negativa tanto a la renta
variable como a la renta fija. Entonces qué es lo que está motivando los
movimientos de los activos. Pues sigue siendo la recogida de beneficios el
principal motivo, y la evolución del euro frente al dólar el activo que más
está afectando a la renta variable europea.
En
el siguiente gráfico se aprecia cómo desde los máximos de abril, el movimiento
del euro dólar está totalmente correlacionado con el de la renta variable
europea. La línea blanca es la evolución del dólar frente al euro, claramente
debilitándose, mientras la verde es el Eurostoxx 50 y la amarilla el DAX
alemán. Esta misma mañana, el dólar comenzó debilitándose y las bolsas han
abierto negativa, mientras que el leve giro al alza del dólar ha posibilitado
que las bolsas europeas coticen ahora en positivo.
Y es
que al igual que la renta fija y renta variable europea, el comienzo de año ha
sido demasiado fuerte para el dólar. Todos los inversores empezaron el año
apostando a la vez por el inicio del QE europeo (mejoría de la renta fija
europea); mejoría de los beneficios empresariales europeos motivados por
debilidad del euro y bajada de materias primas (mejoría de la renta variable
europea), y mejoría de la economía americana creciendo por encima de su
potencial descontando que rápidamente la FED subirá tipos (mejoría del dólar).
Esto provocó una sobre-reacción de estos activos y es la mejor forma de
explicar el movimiento contrario en este último mes.
En
concreto el dólar, todos los inversores tenían la paridad o incluso por debajo
de la misma, el objetivo a alcanzar. En cuanto se ha frenado en la zona del
1.05 y los datos macro en Estados Unidos no son tan fuertes, los inversores se
han apresurado a deshacer posiciones.
Ahora
bien, sigue encuadrado en un rango lateral entre 1.05 y 1.15 dólares por euro.
Si
supera la resistencia de 1.15 la siguiente resistencia está en la zona de 1.195
(media de 200 sesiones) y 1.20 (mínimos de 2012). Pero al igual que comentamos
para la renta variable, no pensamos en un cambio de tendencia en el euro dólar
y pensar que el euro entre en una tendencia de apreciación respecto al dólar.
Europa seguirá con política monetaria agresiva que se verá incluso acrecentada
si sigue habiendo problemas con Grecia, mientras que Estados Unidos tarde o
temprano subirá tipos. Lo que es evidente es que si el euro recupera el 1.15 y
se dirige al 1.20, la renta variable europea seguirá sufriendo. Trasladado a la
renta variable europea podemos decir que si el euro se gira a la baja en la
resistencia actual del 1.15 hemos visto el suelo, mientras que si lo hace en el
1.20, habrán nuevas correcciones hasta soportes más significativos (quizás
los que comentábamos hace unos días). Pero para nada los fundamentales
apuntan a un cambio de tendencia del mercado.
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