Esta mañana nos hemos encontrado con los
futuros de las bolsas de Estados Unidos en positivo y en zona de máximos del
mes, y la bolsa de Japón subiendo casi un 2%. El Nikkei ha cerrado en
máximos de las seis últimas semanas y desde el punto de vista técnico parece
que puede estar dibujando el inicio de un rebote en la directriz alcista que
une los mínimos desde 2012.
Sin embargo, el rebote del Nikkei tiene
bastante peligro. No se ha producido por la publicación de excelentes datos
macro sino por todo lo contrario. Se han publicado
datos de la balanza comercial del mes septiembre y tenemos que las
exportaciones crecen +0,6%, peor de lo esperado que era una mejora de +3,4%
desde el +3,1% anterior y van tres meses de retrocesos. Con respecto a las
importaciones, tenemos un descenso de -11,1%, mucho peor que el anterior que
fue de -3,1% y ligeramente mejor de lo esperado que era -11,7. Sumando, tenemos
que hay un déficit de -115.000 millones, bajando desde los -570.000 anteriores
y mucho peor de lo esperado que era superávit de +84.000. Todo esto forma parte
del PIB y es el primer dato de septiembre, así que se multiplican las
esperanzas de ver más medidas porque está Japón muy cerca de entrar en
recesión. Sólo por el descuento de más medidas, es por lo que está subiendo la
bolsa japonesa. Nuevas medidas del Banco de Japón es mala noticia para el YEN e
históricamente los tramos de depreciación del YEN han supuesto apetito por el
riesgo (tendencia alcista de las bolsas) por aquello del Carry Trade.
En el siguiente gráfico se aprecia
la similitud entre la evolución del Dólar frente al Yen, con la evolución del
Nikkei.
Sin embargo, aunque sí que es muy posible que
Japón anuncie nuevas medidas de estímulo, el mercado no las tiene todas consigo
respecto a nuevas medidas por parte del BCE y de la FED. En las últimas semanas
varios miembros del BCE están insinuando en declaraciones que el QE está
abierto y que se puede ampliar tanto en cantidad cómo en plazo. Esto provocó
días atrás compras de bonos tanto alemanes como periféricos estrechando la
prima de riesgo de la mayoría de estados europeos. Ayer mismo tuvimos subasta
de letras en España con tipos en negativo tanto a 3 cómo a seis meses. Esta
nueva rebaja de los tipos de interés, evidentemente provoca que los inversores
tengan que asumir riesgos en cartera, sobre todo la renta variable.
Pero mañana tenemos reunión del BCE y desde
ayer están enfriando los ánimos y no parece que se anuncie ninguna medida extraordinaria.
La tasa de inflación subyacente de la eurozona está en el 0.9% rozando los
máximos de los dos últimos años (1%).
En el siguiente gráfico comparo la evolución
de la tir de los bonos alemanes según plazo con la tasa de inflación subyacente
(línea negra). Sólo a principios de año, el bono alemán cotizaba con un
diferencial respecto a inflación subyacente mayor que el actual, por lo que
mientras la inflación subyacente se mantenga en los niveles actuales es
complicado ver a la tir de los bonos seguir corrigiendo, sobre todo si el BCE
no anuncia que aumentará el QE.
Por tanto, si los bonos de gobierno europeos
no tienen demasiado recorrido a la baja y están en zona de mínimos históricos
(bonos alemanes en negativo hasta el plazo de 5 años), el dinero
obligatoriamente debe ir saliendo de los activos refugio y buscar riesgo. Ayer
comentábamos que los bonos corporativos no estaban estrechando tanto sus primas
de riesgo, y puede que ahora sea buen momento de apostar por ellos. Y la renta
variable debería beneficiarse de esto.
La duda que tenemos es efectivamente qué
decisiones van a tomar el BCE, la FED y el Banco de Japón. Si siguen apoyando
con políticas monetarias agresivas, las tasas de inflación tienen que
beneficiarse y con ellas, los activos de riesgo. Pero si después de estar
descontadas por el mercado, no las toman, los mercados de renta variable
seguirán en el movimiento lateral “estrecho” que comentábamos ayer o el más
amplio que viene marcado por los máximos de la semana pasada y los mínimos de
agosto y septiembre. Por tanto, tomen medidas o no, hay que seguir vigilando
“las primas de riesgo” que ofrecen la renta variable y deuda corporativa
(activos de riesgo en general). El dinero no se puede quedar en liquidez
durante mucho tiempo, y si los activos refugio ofrecen pérdidas seguras, los
inversores se verán obligados a asumir algo de riesgo en cartera. Mientras más
tiempo estén los índices de renta variable en el lateral más estrecho que
estamos comentando, más sensación tendrán los inversores de que el suelo es
definitivo y más aliciente para asumir riesgo en cartera.
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