Tarde
o temprano tenía que producirse una semana de fuerte rebote en las bolsas
mundiales. La semana pasada fue la mejor de los últimos años para muchos
índices (la mejor para el Ibex desde el verano del 2012), y vino motivada
básicamente por el informe del FMI en el que rebajaba la previsión de
crecimiento global para este ejercicio en sólo dos décimas (del 3,3% al 3,1%) y
también rebajó la previsión global para 2016 de 3.6% frente a previsión
anterior de 3.8%. La FED y los principales mandatarios europeos trasladan al
mercado la idea de que la ralentización de China no afectará tanto al
crecimiento de sus economías. Estas declaraciones, sin duda han servido para
que los inversores entiendan que las correcciones de este verano había sido una
clara sobre reacción a las posibles implicaciones de la desaceleración China.
Pero
desaceleración hay y por tanto es complicado pensar en una recuperación en “V”
de los mercados. Es verdad que la volatilidad está reduciéndose bastante, por
lo que sí que el suelo en los mínimos de agosto y septiembre puede ser bastante
fiable, pero superar los niveles de resistencia va a ser complicado y se
necesita del apoyo de los resultados empresariales. Al fin y al cabo el verdadero
motor de la renta variable son los resultados empresariales. Estos son los que
demuestran si las bolsas están caras o baratas.
En
el siguiente gráfico del S&P500 frente a su volatilidad implícita (VIX)
vemos cómo esta última se ha reducido drásticamente. A pesar de las dudas del
S&P500 durante tres sesiones sin superar los máximos de septiembre, la
volatilidad implícita sigue en mínimos de las últimas semanas, realizando un
dibujo similar al que se produjo en las recuperaciones de las correcciones de
2010 y 2011.
Si
miramos la evolución del S&P500, vemos que efectivamente lleva tres
sesiones justo en la zona de máximos del mes pasado. De momento los resultados
empresariales publicados (muy pocos) no dan argumentos suficientes ni para un
giro de mercado de nuevo a la baja ni tampoco para justificar la superación de
esta resistencia.
Entiendo
que ahora el S&P500 debería moverse a corto plazo entre la zona de
1.950-1.970 (medias de 500 sesiones y principales retrocesos de Fibonacci de
toda la subida desde mínimos) y la zona de 2050 puntos (media de 200 sesiones y
zona de mínimos de antes del verano).
Hablando
de resultados, si miramos la evolución del S&P500 (línea blanca) frente a
la previsión de BPA para cada ejercicio (línea roja) y año siguiente (línea
morada). La línea marrón es el PER estimado para el año en curso. Si miramos la
línea roja, este año es el primero en el que los BPA estimados a esta altura de
año están bastante por debajo de los que se preveían a principios de año. Es
decir, que es la primera vez que se están revisando a la baja los BPA durante
un ejercicio en el actual ciclo expansivo de la economía norteamericana.
Concretamente hoy el mercado espera que el conjunto de las compañías del
S&P500 genere un BPA de 118.10 puntos (PER estimado de 15.5x), mientras que
a principios de año se estimaba que ganarían 124 puntos (PER estimado de 13.20x
en ese momento). Así pues, a pesar de que el S&P500 está en negativo en el
año, no está más barato en términos de PER estimado.
Por
tanto será clave ver si finalmente los resultados empresariales no son tan
malos como prevé el mercado y si las compañías revisan al alza sus previsiones
futuras. Esto generaría nuevas revisiones al alza de los BPA de este año y de
los siguientes que abaratarían la valoración actual de las bolsas y generarían
confianza en que se seguirá la tendencia alcista de los mercados.
Esta
misma gráfica del S&P500 si la usamos para Euro stoxx index (300 valores en
vez de 50 del Eurostoxx 50) podemos llegar a dos conclusiones. La primera es
que al igual que en el S&P500, también se está revisando a la baja los BPA
estimados para este año y el PER estimado este año es hoy más alto que a
principios de año. Pero la segunda conclusión es que en las empresas europeas,
a diferencia de las del S&P500, todos los años se habían ido revisando a la
baja los BPA a uno y dos años vista y a pesar de ello la bolsa europea ha
seguido subiendo. Es más, este año es el que menos se ha revisado a la baja los
BPA para el año en curso.
Así
pues, esperamos un nuevo movimiento lateral aunque menos volátil del que hemos
vivido en los dos últimos meses, en forma de consolidación de niveles a la
espera de resultados empresariales. Al igual que pasaba con los datos macro,
sabemos que serán peor que trimestres anteriores, pero si no lo son tanto o
incluso son iguales o mejores, serán suficientes como para mantener la
tendencia alcista de los mercados.
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