Hoy
es un día clave para los mercados de renta variable. Tras tocar el martes
claras zonas de soportes, aguantarlos y ayer intentar rebotar, se necesitaba
que los datos de PMI manufacturero (indicador adelantado de evolución del PIB)
demostrasen que el mercado se puede estar pasando de frenada en las
correcciones de los dos últimos meses.
Los
datos publicados PMI manufacturero de septiembre han salido peor que los de
agosto. Por tanto, se ratifica que los temores de desaceleración tienen fundamento
y por tanto los datos de crecimiento del tercer trimestre van a ser peores que
los del segundo. Ayer mismo el Banco de España anticipó que su previsión de
crecimiento del PIB español será del 0.8% en el tercer trimestre frente al 1%
del segundo. En el siguiente gráfico comparo la evolución de todos los PMI que
publican entre hoy y mañana (EE.UU esta tarde y Japón mañana). Todos se
contraen salvo Reino Unido.
Pero
ya sabemos que las bolsas siempre van por delante. Ya anticipaban claramente
que los datos iban a salir peor. La cuestión ahora es saber si los datos
empeoran más o menos de lo que el mercado anticipaba. Y de los últimos datos
publicados todos están en línea o incluso son mejores de lo que esperaba el
mercado. Para R. Unido se esperaba 51.3 y se ha publicado 51.5. Para China se
esperaba 47 y el dato publicado ha sido de 47.2; Francia (50.6 vs 50.4) y
Eurozona en lo esperado (52 puntos). Alemania, España e Italia sí que ha
publicado un dato peor de lo esperado.
En
el siguiente gráfico en el que comparo el índice de sorpresas macro positivas o
negativas de Estados Unidos y Unión europea elaborado por Citi se aprecia que
lo ocurrido hoy es tendencia general en Europa desde junio y en Estados Unidos
está ocurriendo en las últimas semanas. Línea ascendente significa que los
datos son mejores de lo esperado (aunque sean malos) y bajista lo contrario.
Así
pues, mientras los datos de PMI manufacturero de los países desarrollados se
mantengan con holgura por encima del nivel de 50 puntos podemos decir que el
estornudo de China no tiene por qué convertirse en un resfriado de los países
occidentales. Admitimos que la situación macro está peor que a principios de
año pero no tan mal cómo anticipan los mercados. Esta es la idea básica que
tenemos que tener en mente y que coincide con el escenario que venimos
planteando desde hace un mes. El mercado está demostrando que hay ánimos de
dibujar un suelo en los mínimos de agosto, y aunque de momento no hay que
fiarse del rebote, si los datos macro siguen la senda actual y los resultados
empresariales que comenzarán a publicarse a partir de la semana que viene,
tampoco salen peor de lo esperado, pues sí que será sostenible pensar en un
claro suelo de mercado.
Otro
factor a tener en cuenta a favor de un posible suelo de mercado es la situación
del dólar. Desde que la FED ha demostrado que no tiene nada de prisas por subir
tipos de interés, el dólar ha dejado de fortalecerse y comienza a debilitarse
frente a las principales divisas, sobre todo emergentes. Este puede ser un
factor determinante para que materias primas, energía y mercados emergentes en
general confirmen suelo en los niveles actuales. Y por supuesto si esto ocurre
sería fantástico para eliminar la posibilidad de que Europa y Estados Unidos
entren en deflación (inflación actual está en negativo y muy cerca de cero
según el país).
Evolución
del dólar respecto a principales divisas. En el gráfico se aprecia la
posibilidad de que este verano el dólar esté dibujando techo frente a las
divisas emergentes.
Sólo
se está fortaleciendo frente al euro, pero se debe más a debilidad del euro que
a fortaleza del dólar. Ya hace unas semanas el BCE dejó caer la posibilidad de
ampliar el QE en plazo o cantidad si la situación lo requiere. Esta semana, la
agencia S&P ha elaborado un informe con importantes conclusiones que pueden
resumir un poco la situación actual y la reacción del mercado:
·
Considera que el Banco Central Europeo (BCE)
tendrá que ampliar su programa de compra de activos más allá de 2016, hasta
mediados de 2018, ante el alza del euro y la perspectiva de que la
inflación no se acerque a la meta del 2%.
·
Espera que la recuperación de la eurozona se
mantenga a lo largo del año y durante los próximos ejercicios, pese a que la
desaceleración de la economía china y las turbulencias en otros mercados emergentes
afectan notablemente a la primera economía del euro, Alemania, y a Holanda, por
su fuerte orientación exportadora.
·
El menor crecimiento esperado de China en 2016 y
2017, con un 4,4% y un 3,9%-frente al 6,3% y 6,1% inicialmente proyectado-
podría lastrar un 0,8% del PIB de la eurozona respecto al crecimiento esperado,
según S&P.
·
En cualquier caso, la agencia considera que la
caída de los mercados emergentes tiene más posibilidades de provocar una
desaceleración cíclica en la eurozona, más que una importante recesión.
·
Ante esta situación, S&P destacó que “según
aumentan los riesgos de un shock externo, la transmisión efectiva a las
políticas monetarias acomodativas del BCE a las economías domésticas de
la región es crucial para consolidar la recuperación de la eurozona”.
·
La agencia cree que el programa de
expansión doblará la cifra inicial, hasta 2,4 billones
Por tanto, no hay grandes cambios en el panorama económico
global. Habrá menos crecimiento global del que se esperaba antes del verano,
pero no habrá recesión. Los bancos centrales seguirán apoyando a la economía
por lo que los tipos seguirán bajos muchísimo tiempo. Y las fuertes
correcciones de las materias primas y energía, así como la bajada de los costes
laborales y de financiación permitirá que la partida de gastos de las
empresas se reduzca, por lo que aumentarán los márgenes. Por tanto, con las
bolsas corrigiendo un 20% desde máximos, no parece que estemos en el peor de
los escenarios para apostar por tener algo de renta variable en las carteras.
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