La
reserva Federal no termina de encontrar el momento oportuno para realizar su
primera subida de tipos desde diciembre del 2008. Decíamos hace dos semanas que
la
situación macro en Estados Unidos invita a subir tipos y ayer Yellen en su
discurso tras decidir mantenerlos dejó claro al mercado que bien en la reunión
de diciembre o en la de enero se producirá la primera subida de tipos de interés.
Aunque fue bastante precavida y dejó claro que en cuanto se decidan a subirlos,
lo harán de forma bastante suave a lo largo del 2016 y siempre muy pendientes
de los riesgos globales.
¿Cómo
se lo ha tomado el mercado? Pues la primera reacción fue positiva. El
S&P500 cerró en máximos de la sesión y máximos de las últimas semanas,
confirmando la ruptura alcista de la media de 200 sesiones y la zona de
soportes perdidos este verano (zona entre 2.050 y 2.060). El razonamiento es
lógico. Estados Unidos crece a buen ritmo y el ritmo de creación de empleo es
el adecuado y la FED es consciente de que no tendrá problemas para que la
economía norteamericana logre el objetivo de pleno empleo e inflación.
Sin
embargo, los futuros americanos se han dado la vuelta y esta mañana corrigen
medio punto porcentual. Tal y como decíamos ayer, el mercado sigue estando
“enganchado” a dosis de políticas monetarias muy expansivas y sólo termina
premiando ese tipo de decisiones de los bancos centrales. Lo vimos la semana
pasada con la reunión del BCE. Ahora, aunque parecía que estaba totalmente
descontado que la FED tendría que subir tipos y no serán muy agresivos, ayer
tras el mensaje, el dólar se revalorizó respecto a las principales monedas
mundiales, retomando peligrosamente la tendencia alcista de largo plazo.
Y ya
hemos debatido bastantes veces en las claves diarias que el exceso de fortaleza
del dólar no beneficia ni a los mercados emergentes ni tampoco a los resultados
de las compañías norteamericanas que ven cómo pierden competitividad. Es como
la pescadilla que se muerde la cola. Ahora se fortalece el dólar porque la FED
dice que va a subir tipos y esta fortaleza abarata importaciones dificultando
el incremento del IPC. Y si no aumenta la expectativa de subida de tipos, la
FED no se arriesgará a precipitarse a subir tipos.
Cuando
la volatilidad vuelve al mercado de divisas, se complica muchísimo hacer
pronósticos sobre la evolución futura de los mercados. En los últimos años, la
fortaleza del dólar ha provocado recortes en la renta variable emergente y en
las materias primas. En el siguiente gráfico del MSCI Emerging markets se
aprecia cómo el repunte ha coincidido con el último tramo bajista del dólar y
cómo las dos grandes caídas (este verano y final del año pasado) coincidieron
con tramos al alza del dólar del gráfico anterior. Ahora si el dólar sigue
revalorizándose, lo más probable es que la renta variable emergente entre en un
proceso correctivo de corto plazo.
Pero
entiendo que todo esto se debe a una reacción precipitada de los mercados a la
reunión de la FED. Tras una reacción alcista del dólar, los inversores tendrán
que darse cuenta de que las subidas de tipos de la FED llevan descontadas
bastantes meses y habrá inversores que vean este tramo al alza como una
oportunidad de recoger beneficios. Insistimos que hace un año el mercado
descontaba que los tipos en Estados Unidos podrían cerrar este año entre el
1.25% y el 1.75% y hoy seguimos con la duda de si seguirán al 0% o al 0.25%. El
dólar ya adelantaba estas subidas, de ahí que pensemos que tras este tramo
alcista del dólar, debería producirse una fase de consolidación o suelo. Si
miramos la evolución del euro frente al dólar, vemos que desde junio estamos en
un terreno lateral entre 1.08 y 1.15.
En
definitiva, esta decisión de subir tipos puede provocar volatilidad y generar
recortes en determinados mercados debido a que puede ser de políticas
monetarias muy agresivas, pero la situación a medio plazo debemos entenderla
como muy positiva para el mercado. Los datos macro norteamericanos muestran que
la economía americana sigue en fase de crecimiento y en el resto de zonas
geográficas (Europa, China, Japón) la mayor debilidad macro seguirá viéndose
compensada con una actuación más decidida de los bancos centrales. Por
tanto, aunque haya recortes en los mercados de riesgo (bonos corporativos,
renta variable, materias primas etc.,) los inversores aprovecharán estas caídas
como oportunidad de incrementar riesgos en cartera, lo que facilitará que se
mantenga la tendencia alcista de largo plazo que este verano parecía peligrar.
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