En los mercados si algo he podido aprender es que la
tendencia siempre manda. Aunque la tendencia esté dominada por el pánico.
Pensamos que el pánico se ha adueñado de los mercados ante la acumulación de
potenciales riesgos negativos que cada día se encargan de recordarnos webs y
diarios especializados. Y este pánico aunque insistamos que no es racional es
el que está dominando la inercia de los precios y hay que admitirlo.
Es el análisis técnico el que explica muy bien el
comportamiento de los principales índices. Decíamos el día 5 en las claves
diarias que el Ibex presentaba claro soporte en la zona de 9.200 puntos pero “Evidentemente
si hay un cierre por debajo de 9.200 puntos, se incrementa la posibilidad de
que el Ibex se vaya al siguiente soporte relevante que lo situamos en la zona
de 8.800-8.900 puntos”. Pues en sólo una sesión y media de no mucho volumen
de negociación ya tenemos al Ibex muy cerca de los soportes comentados.
Actualizo el gráfico del pasado martes en el que se aprecia que la zona de
máximos relevantes (resistencia) del 2013 está situada en niveles de 8.750
puntos.
Los inversores que siguen el análisis técnico una vez
que el Ibex perdió el nivel de 9.300 salen del mercado o se ponen cortos y no
vuelven a comprar en tanto no haya figura de suelo o se recupere el nivel
perdido de 9.300. Y eso mismo está pasando en la mayoría de mercados. En el
Eurostoxx 50 esta semana se ha perdido la línea que une los mínimos desde 2012
y se ha producido la comentada salida del mercado de estos inversores que
esperan en liquidez o apostando a la baja, un nuevo soporte para este índice.
En el gráfico de velas semanales vemos que la zona entre 2.920 (mínimos
relevantes desde final del 2013) y 2.980 (media de 200 semanas y mínimos del
verano pasado) puede encontrarse este nivel de soporte en el que volverá a
equilibrarse la oferta y demanda de títulos de renta variable.
En el DAX 30 alemán ocurre algo similar. Ha perdido la
zona de mínimos de diciembre que coincide con la media de 500 sesiones, así
como la zona de máximos relevantes del verano del 2014 (zona de 10.100 puntos)
y directamente está cayendo en picado a la búsqueda del siguiente soporte. En
9.650 tenemos la línea que une los mínimos desde 2011 (línea roja discontínua)
que debería funcionar como soporte para este índice. Pero en caso de que no se
equilibrasen las fuerzas compradoras y vendedoras, no hay un soporte relevante
para este índice hasta niveles de 9.300 puntos que son los mínimos de agosto y
septiembre del año pasado.
En el S&P500 pasa más o menos lo mismo. Una vez
perdido el soporte de 2.000 puntos, los inversores que apuestan a la baja o
están en liquidez y siguen el análisis técnico no tendrán argumentos para
volver a comprar este índice hasta que se alcance la zona de soporte más
relevante (situada entre 1.850 y 1.880 puntos) o que se recupere el soporte
perdido de 2.000 puntos.
La bolsa de China, que es la que se supone está
generando el desaguisado en el resto de bolsas mundiales, presenta los mismos
argumentos. Desde el punto de vista técnico el índice de la bolsa de Shanghai
en diciembre no pudo superar los máximos de noviembre y en este arranque de año
perdió la línea de tendencia alcista de corto plazo que unía los mínimos desde
agosto (línea verde). Ahí los inversores vendieron o se pusieron cortos y estos
no volverán a comprar hasta que no se caiga hasta niveles de mínimos de agosto
(2.970-3.000 puntos) o se recupere la directriz alcista perdida.
Por último, el activo que mejor representa lo que es
una tendencia bajista es el precio del petróleo. Vuelve a caer un 10% en lo que
llevamos de año y vemos cómo en diciembre a pesar de estar en mínimos del año,
cuando se perdió el nivel de 38 dólares los que apostaron a la baja al perder
este soporte, están ganando dinero. Sólo arriesgaban a perder dinero si el
petróleo recuperaba los 38 dólares.
Ahora pasa algo similar. Si vendes al perder los 35
dólares sólo pierdes cuando recupera esta cota y basta con comprar lo que has
vendido para estar de nuevo fuera del mercado. Y es en esta situación en la que
de pronto suelen producirse giros bruscos del mercado. De pronto, llega un
nivel de precios en el que hay más compradores que vendedores:
·
Los inversores de
largo plazo ven que la corrección genera oportunidades atractivas y aumentan su
exposición a renta variable, o al menos no la reducen porque saben que las
valoraciones son atractivas.
·
Los inversores de
corto plazo en liquidez, aún conscientes de que la tendencia es bajista,
comienzan a tomar posiciones en determinados valores o sectores que han tocado
soportes importantes.
·
Los inversores
que apostaban a corto plazo, ante las ganancias obtenidas, comienzan a
realizarlas. Y la forma de hacerlo es comprando.
Por tanto no sabemos si el nivel de equilibrio entre
compradores y vendedores se formará hoy, o quizás el lunes que viene cuando
todos los inversores estén ya delante de las pantallas tras el periodo de
vacaciones, pero sí somos conscientes de que este arranque de año está
generando precios muy atractivos en determinados valores o sectores, que los
inversores que apuestan a largo plazo deberían aprovechar. Insistimos en
nuestra idea desde final del año pasado de que en este 2016 los activos que
menos visibilidad tienen son los relacionados con materias primas, energía y
mercados emergentes, pero seguimos pensando que la caída de materias primas
ofrece más beneficios que perjuicios a la renta variable europea.
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