Ayer
comentábamos que a corto plazo la tendencia está dominada por el pánico y por
los inversores de corto plazo. Estos están llevando a la mayoría de índices a
cotizar en zonas de “control” de largo plazo. Del cierre de esta semana y
comportamiento de la semana que viene puede depender que estemos ante un buen
año para los mercados de renta variable o por el contrario, los bajistas de
corto plazo obliguen a los alcistas de largo plazo a reducir posiciones y
generar mayores incertidumbres sobre la evolución futura de los mercados.
En
el día de hoy volvemos a repasar los gráficos de largo plazo de los principales
índices. A final del año pasado los adjuntamos para tratar de averiguar cuáles
serían los peores escenarios probables de cara a este ejercicio 2016 y justo
tras una semana de negociación resulta que muchos índices están cerca de estos
escenarios.
Evolución
del S&P500 en velas semanales. Decíamos a final de año que para este índice
se planteaban dos escenarios. El primero era que el S&P500 se mantuviese en
el canal alcista iniciado en 2009 y el segundo sería que un año más
estuviésemos en el lateral que señalamos en líneas verdes discontinuas que se
establece entre 1.800 y 2.120 puntos. De momento la directrizl principal alcista
(azul) se mantiene intacta. Pero un cierre semanal por debajo de 1.915 puntos
abriría camino a correcciones adicionales a la zona de 1.800 puntos. De lo
contrario, un nuevo rebote en esta zona generaría un importante tramo alcista
para la principal bolsa de Estados Unidos.
Evolución
del Eurostoxx 600. El mínimo de esta semana coincide con la línea que une los
mínimos desde 2011. Señalamos que el peor escenario sería la zona comprendida
entre 330 y 350 puntos. Ahí tenemos los mínimos del año pasado, la media de 200
semanas y la base del canal alcista iniciado en 2009. En tanto no se pierdan
estos niveles los bajistas de corto plazo no pueden decir que han ganado la batalla
a los alcistas de largo plazo.
Los
más débiles siguen siendo los mercados emergentes. El MSCI Emerging markets
sigue con su clara tendencia bajista y ya este año está cotizando por debajo de
los mínimos del año pasado. En al zona de 700 puntos confluye la base del canal
bajista desde 2010 con la línea que une los mínimos desde el año 2.002.
Si
tenemos en cuenta la tremenda devaluación que han sufrido las monedas de la
mayoría de mercados emergentes, lo que provoca una mejora de la competitividad
de sus productos, no podemos descartar que a partir de estos niveles comiencen
inversores de largo plazo a ir tomando posiciones en estos mercados. Y es aquí
donde creemos que puede estar el quid de la cuestión. El año pasado decíamos
que un techo en el dólar podría ser clave para los activos de riesgo. Creíamos
que la subida de tipos estaba más que descontada y si la FED decía que sólo
habría una subida este año y sería cautelosa respectos a nuevas subidas, el
dólar haría techo y los inversores buscarían oportunidades fuera del territorio
dólar. Sin embargo, miembros de la FED insisten que en este 2016 podría haber
hasta cuatro subidas de tipos y esto está provocando nuevas devaluaciones de
las divisas emergentes que han obligado esta semana al Banco de China a
devaluar su moneda (recordemos que ellos tienen su divisa “anclada” al dólar y
la fortaleza de este le resta competitividad respecto al resto de emergentes).
En el siguiente gráfico vemos la evolución del dólar frente a las principales
divisas emergentes.
Pero
esta fortaleza del dólar lo que provoca es presión a la baja de los precios en
países desarrollados (abarata las importaciones), por lo que aleja el objetivo
de inflación tanto de la FED cómo del BCE y Banco de Japón. Por tanto volvemos
a estar en un año en el que los bancos centrales se ven obligados a seguir
respaldando al mercado. Este hecho podría volver a ser una red de seguridad
para los “alcistas”, ya que si la situación vuelve a complicarse ahí estarán
los bancos centrales.
El
gráfico que quizás mejor muestre la situación actual es el MSCI WORLD. Esta
semana ha perdido la línea que une los mínimos desde 2009 y cotiza en la zona
de mínimos de 2014 y de 2015, que coincide con la media de 200 semanas. Un
cierre semanal por debajo de 1.550 significaría que las bolsas globales dejan
atrás la secuencia de mínimos crecientes que viene respetando desde 2009. Es
decir, que dejaríamos atrás la tendencia alcista principal de largo plazo.
Mirando
este gráfico observamos que el verano pasado se salvó in extremis esta bola de
partido. Ahora volvemos a estar en soporte y soportes muy relevantes de largo
plazo. En soportes no se debe vender sino todo lo contrario. Pero ojo, la
tendencia es la que manda. Si estos soportes terminan cayendo, habrá que
adaptarse a las circunstancias y reducir riesgos en cartera. Tal y como
decíamos ayer, si se pierde un soporte se aumenta liquidez a la espera de
caídas adicionales a soportes inferiores o bien, a que se vuelva a recuperar el
soporte perdido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario