Durante
esta semana multitud de páginas web dedicadas al análisis de los mercados
financieros se están haciendo eco de dos gráficos
catastrofistas sobre la evolución actual del DOW Jones Industrial y la
posibilidad de que estemos ante una corrección de grandes magnitudes en los
mercados de renta variable. El primero está realizado por Thomas DeMark,
fundador de Demark Analytics. En él se compara la evolución actual del Dow
Jones con la del periodo 1928-1930 y se aprecia que las similitudes son
evidentes.
Pero
no se queda ahí la cosa, hay un segundo gráfico en el que Doug Wakefield
presidente de Best Minds Inc., establece una estructura técnica de megáfono
para el Dow Jones de Industriales, de las que nos quedaría finalizar la última
onda bajista, lo que implica es que el mercado de valores estadounidense
estaría cerca de iniciar un tramo bajista de enorme importancia.
Los
alarmistas se están haciendo eco de estos dos gráficos y ya se están buscando
las excusas que podrían propiciar la fuerte caída de las bolsas; que si la
burbuja inmobiliaria en China, el posible impago de productos de alta
rentabilidad también en China, los problemas de inflación y devaluaciones de
las monedas emergentes, etc.…
No
obstante, creo que ambos gráficos están sacados
de contexto. En primer lugar, sólo
utiliza el último año previo al crack del 29. Pero los años previos fueron
totalmente distintos en la década de 1920 a la última década que estamos
viviendo. En la actualidad, salvo los índices americanos y el Dax Alemán, todos
los mercados de renta variable están por debajo de los máximos del año 2.000.
En el siguiente gráfico se aprecia que en los años previos al Crack del 29, el
Dow Jones había subido nada menos que un 500%,
una tasa de crecimiento exponencial del 25%
al año durante más de 8 años.
Nada
que ver con la situación actual. Desde
2005, el DOW Jones ha subido un 60%,
lo que significa una rentabilidad anualizada del 5.48%.
En cuanto al segundo gráfico
que circula, preferimos utilizar el gráfico para el mismo plazo del S&P500, que es un indicador mucho
más amplio de la situación de la renta variable no sólo norteamericana, sino
global (500 valores en vez de 30). Es totalmente distinto. Lo que estamos
viviendo desde el verano pasado es la ruptura del doble techo de largo plazo
marcado en los máximos del año 2000 y 2007. Además, los mínimos de 2002 y 2009
también coinciden, por lo que desde el punto de vista técnico, estaríamos ante
un canal lateral entre 800 y 1.600 puntos que al romperse al alza tendría como
objetivo un rango de la misa amplitud, es decir, la zona de 2.400 puntos (1.600+800).
Sólo un cierre por debajo de la zona de 1.570 puntos, que son los máximos de
2.000 y 2.007 le daría sentido a las teorías catastrofistas que circulan desde
el punto de vista técnico.
Y si alguien quiere analizar
el DOW Jones de largo plazo, pues
miramos la evolución desde antes del crack del 29. Curiosamente lo que se
aprecia es que estamos saliendo de más
de 10 años de movimiento lateral que han servido para consolidar las fuertes
subidas desde mínimos de los años 80. Curiosamente, la similitud es casi
perfecta a lo ocurrido desde el 1.965 hasta el 1980.
Desde este punto de vista y puestos a encontrar similitudes, por
qué no pensar que podemos estar en la misma situación que se encontraba el
índice a principios de los 80, cuando se rompió al alza el lateral de 15 años.
No obstante insisto en que el gráfico del S&P500 es más exacto y se aprecia
de forma más clara lo comentado respecto al DOW Jones. Desde final del año
pasado estamos superando el lateral de 14 años. Evidentemente puede acaecer una
corrección, tal y como ocurrió en el 82 y que no fue más que un mero Pull back
a la resistencia rota.
Analizando este gráfico, se
aprecia lo bien que ha funcionado la media móvil más corta para detectar las
grandes caídas de la bolsa. Estamos ante un gráfico de velas trimestrales. Y la
media es de 12 trimestres (3 años). Si ampliamos el gráfico desde 1982 se
aprecia cómo ha servido de apoyo en toda la subida hasta el año 2000. Marzo de
2.003 fue el primer cierre por debajo y generó la corrección de las punto com,
y marzo de 2008 fue otro corto a la baja que generó corrección de la crisis de
Lehman. Sin el gráfico semanal decíamos que mientras no se pierdan los máximos
de 2.000 y 2.007 el S&P500 es claramente alcista, la citada media pasa por
1.490 puntos, y se ha demostrado que predice con mucho acierto las caídas
bursátiles.
Por tanto, mientras más catastrofistas haya,
significará que los pequeños inversores aún no están participando de la fiesta
bursátil, lo que desde el punto de vista de la opinión contraria, seguiría
alimentando la subida de las bolsas. Además, algunos hablan de que la bolsa
está cara en función de los Per estimados. Tal y como hemos comentado en alguna
ocasión, no es lo mismo un Per de 12
cuando la rentabilidad el bono está al 5% que cuando está al 2%. Se suele
comparar el inverso del PER frente a la rentabilidad del activo sin riesgo. El
PER estimado a 2015 del S&P500 es de 12.5X (Se esperan BPA de 145 puntos
frente a los 120 de 2013). Pues 1/12.5 es un 8% de rentabilidad, que se traduce
en un 5.5% más que el bono americano que ronda el 2,5%.
De poco valen las
comparaciones. Siguiendo esta regla, en el año 2003 (último arranque alcista de
la bolsa) el bono a 10 años estaba al 5%, que si le sumamos otro 5.5%
estaríamos hablando de exigirle a la renta variable una rentabilidad del 10.5%
equivalente a un PER de 9.5x. En definitiva que a los tipos actuales en mínimos
históricos, el per estimado de 12.5x es igual que caro que un per estimado de
9.5x hace 10 años.
Y por último, hablando de burbujas y activos que no
paran de subir, y que podrían estallar en cualquier momento, deberíamos analizar el gráfico de la
evolución de la tir del bono americano a 10 años. Entre Greenspan, Bernanke
y ahora Yellen, lo han llevado desde el 16% hasta niveles del 1.5% el verano
pasado. En el siguiente gráfico se analiza la evolución de la tir de este bono,
y recordemos que el precio responde de forma inversa, por lo que todo aquel que
haya comprado bonos en los últimos 30 años no ha parado de ganar dinero y los
precios estarían en máximos históricos.
Por
tanto, creo que los gráficos que circulan son simplemente es una inquietante
curiosidad. Pero nada perdemos por estar atentos a si ambos gráficos siguen
calcando su comportamiento. De momento ya sabemos los niveles que el S&P500
no debería perder. Algo es algo.
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