Los datos macro publicados ayer en Estados Unidos sentaron muy mal a
los mercados. Tras varias sesiones en las que el S&P500 se movía dentro del
lateral que venimos comentando desde hace días, los pobres datos del ISM
manufacturero americano fueron la excusa perfecta para hacer saltar los
soportes a la baja. Y es que se esperaba una cifra de 56 y el publicado fue
sólo 51.30 puntos, volviendo a niveles muy similares a los que ya cotizaba en
el verano de 2012 y de 2013. Cundió el pánico entre los inversores ya que se
preguntan si la FED se está
precipitando a la hora de seguir rebajando la cuantía del programa de recompra
de activos. A pesar de las caídas, seguimos pensando que es bueno para el
mercado que se mantenga la retirada de estímulos.
Evolución del ISM Manufacturero de Estados Unidos.
Sólo faltaba en este inicio
de año que se añada a la crisis de las divisas de algunos países emergentes,
síntomas de debilidad de la principal economía del mundo. No obstante, parece
que los malos datos de este inicio de año se deben al duro invierno que está
atravesando gran parte del país, uno de los peores eneros de las últimas
décadas. No obstante, tal y como se aprecia en el siguiente gráfico de
sorpresas macro elaborado por Citi, ya llevamos varias semanas en las que los
datos publicados se están quedando por debajo de las expectativas. En varias
ocasiones en estas claves hemos comentado que cuando los datos precedentes son
muy buenos, los agentes del mercado se crean expectativas más optimistas, y por
tanto, es más fácil que los datos defrauden las expectativas creadas.
En Europa ocurre algo similar. Los agentes han mejorado expectativas y
son varias las semanas en las que no se cumplen o están defraudando.
En ambos gráficos se aprecia
que justo tras una serie de semanas o meses en los que los datos macro no
superan expectativas, (zonas de mínimos) el mercado de renta variable reacciona
al alza. La explicación es la misma. Con
datos malos, los agentes revisan a la baja expectativas, y los datos futuros
aunque sean malos, superarán expectativas y provocarán el rebote del mercado.
Me detengo en explicar esto porque si miramos el índice de sorpresas macro para
los mercados emergentes, se observa que es el único que está creciendo de forma
consistente. Los datos macro de emergentes no es que estén siendo
espectaculares, pero sí que están superando las expectativas pesimistas, por lo
que podrían alentar que sus mercados pudieran atraer inversión.
En cuanto a los soportes de
corto plazo perdidos, es el S&P500
el índice que más claramente lo ha perforado a la baja. En el gráfico de barras
de 60 minutos se observa que justo a las 16h00 al publicarse el comentado
dato del ISM Manufacturero, se perdió el nivel de 1.770 puntos y rápidamente se
ha ido a buscar la siguiente zona de soporte situada en la zona de 1.725 puntos.
Hay que tener cuidado,
porque la volatilidad el S&P500
ha subido con muchísima fuerza y se ha colocado por encima de la peligrosa zona
del 20%. Esta zona ya la alcanzó puntualmente durante el pasado año. El
problema no es que se alcance de forma puntual niveles superiores al 20%, sino
que se establezca la volatilidad por encima de este rango. En el siguiente
gráfico se aprecia cómo están correlacionadas las altas volatilidades con fases
bajistas de la bolsa (periodo 1.999-2.002 y 2.007-2.010) y las bajas
volatilidades con fases alcistas (94-98; 2.003-2.006 y la fase actual iniciada
en 2.012.
Es verdad que esta mayor
volatilidad nos hace ser menos fiable a la hora de tratar de buscar un soporte.
A priori deberíamos estar cerca, aunque es preferible esperar a que se forme
una figura de suelo. Lo que sí parece más evidente es que el que ya esté dentro,
no parece que sea momento de salir, tras las fuertes correcciones. Este mismo
incremento de volatilidad puede provocar un repentino rebote en cualquier
momento y vuelve a sacar del mercado a los pequeños inversores tal y como
comentábamos ayer.
El Nikkei también ha corregido con mucha fuerza. Más de un 4%. Y es
que el Yen se ha apreciado con fuerza respecto al dólar y al Euro. En el
siguiente gráfico del Euro frente al Yen se aprecia que finalmente la divisa
nipona no pudo mantener su racha alcista y ha perdido la zona que comentábamos
de soporte en 138 yenes por euro. Se aprecia la zona de 130-132 yenes por euro
como el siguiente nivel clave de soporte para este par de divisas. Ya sabemos
lo correlacionado que está la fortaleza del yen con las caídas de los activos
de riesgo y viceversa. Lo más probable es que de alcanzar esta zona, los
inversores volverían a realizar el Carry trade con yenes para invertir en
activos de riesgo y facilitarían el rebote de las bolsas.
Además, esta posible corrección del Euro frente al Yen
coincidiría con los niveles de soporte de largo plazo de la mayoría de índices
bursátiles. Para el Ibex sería la zona de 9.000-9.200 puntos.
Para el Eurostoxx 50, sería la
zona de 2.750-2.850 puntos.
Para el S&P500 sería la zona de 1.600 puntos, máximos de 2007.
Y para los emergentes sería
la zona de mínimos de los últimos años, situada en la zona de 900 puntos del MSCI Emerging Markets.
Con estos gráficos de largo
plazo, se aprecia que aunque hay debilidad a corto plazo, estas correcciones
serían oportunidades de entradas en los mercados de renta variable. Además, si
miramos el gráfico intradiario del Ibex
35, se aprecia que de momento, a
pesar de las fuertes correcciones de Estados Unidos y Asia, los mínimos de la
semana pasada aún no se han perdido. Hoy nos hemos parado justo en la directriz
alcista que une los mínimos de agosto y diciembre. Es por eso nuestro
comentario de que la mayor volatilidad puede provocar o bien que nos vayamos a
los soportes más relevantes de largo plazo, u hoy mismo se genere un rebote
fuerte. Hay que tener mucho cuidado.
Además, no parece que sea el momento de comprar corriendo renta fija. Tanto
el bono a 10 años alemán (1.65%) como el americano 2.60%) vuelven a estar en
zona de mínimos de rentabilidad de los últimos meses. Lo más probable es que
los inversores que estén vendiendo o hayan vendido renta variable, por miedo,
precaución o realización de beneficios, vuelva a dedicar la liquidez de estas
ventas a invertir de nuevo en renta variable. A pesar de que la FED compre diez mil millones de euros menos, sigue
comprando 65 mil millones todos los meses. Además, mientras peor se
comporte el mercado más tiempo mantendrá estímulos. Los bancos centrales
seguirán estando ahí.
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