Aunque
parece que fue ayer, ya se cumplen más de 8 años desde la quiebra de Lehman. En
esa época, para evitar el colapso de los mercados mundiales, la FED decidió
inyectar toda la liquidez que hiciera falta. Esta decisión provocó que el resto
de bancos centrales tuviese que “copiar” la estrategia. Recuerdo que sólo unos
meses después, la mayoría de analistas estábamos muy preocupados por las claras
implicaciones que tendría este enorme incremento de la liquidez en el sistema
aumentando las expectativas de inflación futuras (incluso el BCE subió dos
veces los tipos de interés en el verano de 2011). Sin embargo, hoy vemos que a
pesar de la tremenda expansión de los balances de los principales bancos
centrales, las expectativas de inflación no sólo no se han disparado, sino que
hoy cotizan en zona de mínimos e incluso hay zonas como la Eurozona en las que
hay verdadero peligro de deflación.
En
el siguiente gráfico se aprecia la expansión de los balances de los bancos
centrales desarrollados. Se ve cómo la FED (línea amarilla) y el Banco de Japón
(línea verde) han sido los bancos centrales más agresivos. Sin embargo, las
medidas anunciadas este año por el BCE (línea blanca) no se están traduciendo
en aumento de la liquidez en el sistema.
Las
recompras de activos de las últimas semanas por parte del BCE no consiguen que
el balance se expanda más allá de los 2 billones de euros. A este ritmo es
complicado por no decir imposible que el Balance del BCE alcance los 3 billones
que pretende Draghi según sus últimas filtraciones. De ahí que todo el mundo
tenga claro que habrá QE y se anunciará más pronto que tarde. Sabemos que el
mandato de Draghi (el BCE) es mantener la inflación en el objetivo del 2%. Un
objetivo que no alcanza ni de lejos a pesar de haber bajado los tipos al 0.05%
y medidas no convencionales (anuncio de TLTROS desde 2011). En el siguiente
gráfico se aprecia que las expectativas de inflación han corregido hasta
niveles incluso inferiores a los alcanzados en la caída de Lehman.
En
el gráfico se aprecia que las expectativas a un año han pasado a terreno
negativo por primera vez desde final de 2008. Pero es que las de 10 años
(línea morada) están más bajas que entonces, y las de 5 años están justo en el
mismo nivel. Pero el problema de inflación no es sólo de la zona euro. Un
gráfico similar pero con las expectativas de la inflación en Estados Unidos y
sus bonos, se aprecia que aunque las expectativas de inflación de corto plazo
(1 y 5 años) están aumentando, las expectativas a 10 y 30 años vuelven a estar
en zona de mínimos de 2.008, 2.010 y 2.012. Por cierto, es sorprendente lo
ligado que está en Estados Unidos las expectativas de inflación con la tir de
los bonos. Evidentemente esto explica que la tir del bono a 10 años de Estados
Unidos sea más alta que la del bono español.
Viendo
este gráfico se antoja complicado que la FED suba los tipos de interés a
principios de 2015, tal y como se descontaba no hace mucho. Incluso es
complicado que se produzca esta subida durante todo el 2015. Así pues, tal y
como hemos comentado, los bancos centrales seguirán con su política expansiva a
lo largo del 2015. El BCE tendrá que expandir su balance, la FED no podrá subir
tipos, y el Banco de Japón tras los malos datos macro está obligado a seguir
siendo agresivo en su política monetaria.
Las
medidas de los bancos centrales está claro que hasta ahora han conseguido
inflación de activos financieros (renta variable y renta fija), pero no
consiguen inflación de los activos reales (las materias primas y salarios están
en mínimos). Es decir, el dinero inyectado está sirviendo para que el sector financiero
se desapalanque y los estados consigan abaratar sus costes financieros. Pero el
dinero no fluye a la economía real. Y mientras esto no se produzca, más
divergencias habrá entre el comportamiento de los mercados y la economía.
Esta
divergencia está presente siempre. El problema es que se acentúa sólo cuando
nos llegan noticias como la de esta semana. La revisión a la baja de
expectativas de crecimiento de China, los malos datos de Japón y la
incertidumbre política de Grecia provocaron ayer fuertes recortes. La bolsa
griega sufrió ayer su mayor corrección en un día desde el año 1.987. Y eso que
noticias negativas no les ha faltado en estos últimos 8 años. Evidentemente la
prima de riesgo de Grecia se ha disparado a máximos del año, con el bono griego
cerca del 8.5%. Sin embargo, una vez más la amenaza de actuación del BCE
provoca que aunque la prima de riesgo de el resto de periféricos no se haya
disparado. En el gráfico se observa que evidentemente se han ampliado, pero
nada tiene que ver con episodios pasados. Hoy Irlanda apenas sube y España e
Italia sólo suben en torno a 5 p.b.
Por
tanto, tal y como venimos comentando, una vez más, es la amenaza de nuevas
medidas de los bancos centrales la que le da soporte a los activos financieros
(tanto de renta fija como de renta variable). Justo lo que decíamos hace un
año, es válido hoy. Si el mercado empeora los inversores asumirán riesgos conscientes
de que los bancos centrales no lo dejarán caer. Pero así llevamos ya mucho más
tiempo del que los propios bancos centrales se podían imaginar. Se necesita que
el dinero fluya a la economía real. En Estados Unidos, parece que sí se está
produciendo, pero ellos tenían reformas que en Europa se está demandando por
parte del BCE y aquí no terminan de llegar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario