Cuando
el movimiento de un activo está más dominado por los especuladores que por los
fundamentales, llega un día en que de repente todo se gira a la vez. El gráfico
de la evolución de las expectativas de inflación que estamos actualizando desde
principios de año es donde mejor se encuentra la explicación. La línea azul es
la rentabilidad del bono alemán a 10 años y la verde son las expectativas de
inflación a 5 años. Tal y como se aprecia en el gráfico, la bajada de la TIR
del bono a 10 años estaba perfectamente explicada por la caída de la inflación.
Sin
embargo, tras el anuncio del QE, la correlación se rompió. El QE consiguió
revertir al alza las expectativas de inflación, pero la TIR del bono alemán no
siguió la estela precisamente por el carácter especulativo de los inversores en
estos activos. Decíamos en marzo que esta correlación se rompió no por los
fundamentales, sino por un exceso de demanda (BCE) sobre la oferta existente.
Ahora que las expectativas de inflación se están trasladando a los datos
reales, los especuladores están saliendo en tromba y se han vuelto las tornas.
Ahora a pesar de que sigue estando ahí el BCE, tenemos más vendedores que
compradores. Además de los especuladores, están vendiendo los que entraron a
pie cambiado y los que apuestan a que ha cambiado la tendencia y se ponen
cortos.
Si
estamos en lo cierto y son los especuladores los que están moviendo el mercado,
tenemos que analizar la evolución del activo más líquido. El futuro del bono
alemán a 10 años (bund) se está comportando de libro. Perdió en abril la
zona de soporte de mínimos del año situada en la zona de 156 puntos que
coincidía con la línea directriz alcista iniciada a principios de 2014. Tras un
amago de recuperar esta tendencia, justo esta semana se ha girado bruscamente
al llegar a tocar la zona de soporte perdida, y ahora cae en picada buscando el
siguiente nivel de soporte.
Y viendo el gráfico no hay otro soporte hasta
la zona de 147 puntos, que es por donde pasa la media de 500 sesiones y la
tendencia alcista iniciada en el año 2011.
Traducido
en TIR los movimientos del Bund se corresponderían con el nivel entre el 1% y
1.20%. Este sería el nivel actual que tanto por técnico como por fundamentales
(es ahí donde están las expectativas de inflación a 5 años) debería ser el
nivel en el que se debería frenar la sangría actual de la renta fija.
Hasta
aquí la teoría, pero el problema es que si es verdad que estamos ante el
estallido de una burbuja, estos niveles comentados podrían frenar la espiral
bajista de la renta fija de corto plazo, pero será difícil que a medio plazo
resistan estos niveles. Y es que no es sólo el problema de los bonos europeos.
También están vendiendo bonos de Estados Unidos y del Reino Unido. La lógica usada
para los bonos alemanes no se puede aplicar a los americanos, puesto que estos
cotizan ya bastante por encima de las expectativas de inflación a 5 años e
incluso de las de 10 y 30 años (hoy al 2.41% frente el 1.83% de exp a cinco
años).
Entiendo
que el mercado está descontando que la FED está en lo cierto y los malos datos
macro de Estados Unidos son algo pasajero y los próximos meses habrá clara
recuperación de la principal economía del mundo, por lo que tendrán que subir
tipos. Ayer mismo Draghi en su rueda de prensa confiaba en la recuperación
económica de Europa y en la recuperación de la inflación, por lo que también
puede el mercado estar descontando que el QE tendrá éxito y ya para 2016
podríamos ver subidas de tipos en Europa. El problema de la renta fija es que
los bancos centrales pueden actuar sólo en la parte corta de la curva. Y aunque
esta permanezca inalterada (apenas se están moviendo los tramos de menos de 2
años) la parte larga se mueve en función de las expectativas de crecimiento e
inflación.
Que
repunte la pendiente cómo lo está haciendo ahora no es malo para las bolsas.
Pero el movimiento de la renta fija está siendo muy convulso en los tramos
largos porque ahora, tal y como comentamos ayer, todos los que tienen renta
fija empiezan a ser conscientes del riesgo que supone (la renta fija ni renta
ni es fija) y están saliendo todos por la misma puerta. Así pues, sí que podemos
estar ante el estallido de la renta fija, pero habría que distiguir los plazos.
El problema está en la duraciones largas. La rentabilidad de los plazos cortos
de bonos europeos no tienen por qué sufrir, puesto que el BCE no subirá tipos
hasta final del año que viene, y los plazos cortos de bonos americanos ya están
bastante por encima de los tipos oficiales, por lo que están descontando la más
que posible subida de tipos de la FED.
Lo
que es más difícil de explicar es el movimiento de la renta variable. Hoy las
bolsas europeas reaccionan con caidas poniendo en peligro soportes importantes.
Si realmente venden bonos por mejoría de la economía, las bolsas no deberían
sufrir. Quizás la bajada viene explicada por el cotagio del pánico en los
bonos. Si miramos los índices americanos, estos sí que están comprendiendo que
los malos datos macro de Estados Unidos son algo pasajeros, y todos los índices
están recuperando sensaciones alcistas.
El
S&P500 no ha hecho amago de perder ningún soporte.
Y el
que mejor pinta alcista tiene es el Russell 2000, que está superando los
máximos del mes pasado y parece que mantendrá la directriz alcista.
Incluso
el DOW JONES Transportes ha recuperado el nivel crítico de 8.500 puntos.
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