Justo cuando acabó enero de
este año, la mayoría de casas de análisis comenzaron a comprobar las fuertes
correcciones del primer mes del año en Estados Unidos con el inicio del CRACK del 29. Tal y como se aprecia en
el siguiente gráfico en las primeras 23 sesiones del año, el índice DOW Jones
corrigió nada menos que un 7.42%.
A raíz de este mal inicio de
año, y teniendo en cuenta las fuertes subidas desde el 2009, muchos
catastrofistas comenzaban a decir que se avecinaba un CRACK similar al de
1.929. En
nuestras claves del día 14 de febrero intentamos demostrar que la
comparativa no tenía sentido ya que la situación no es la misma y sólo se
comparaba el último año antes de que se produjese el citado CRACK. Pues bien,
hoy he actualizado el gráfico que se podía ver en multitud de páginas web y se
aprecia cómo justo desde el día 14 de febrero, el movimiento del DOW Jones
actual y del año 1929 ha sido totalmente inverso.
Desde esta fecha, frente a
una caída del 40% que aventuraban los catastrofistas, el DOW Jones no sólo no
ha caido, sino que se ha ido a máximos anuales. Incluso el S&P500 ayer cerró en nuevos máximos históricos en 1.885 puntos,
tal y como se aprecia en el siguiente gráfico de velas diarias.
En Europa, la mayoría de
índices también cerró ayer en nuevos máximos anuales o muy cerca, demostrando
que la tendencia de fondo sigue siendo claramente alcista, tal y como se
aprecia en la siguiente gráfica del Eurostoxx
50.
Evidentemente cuando las
bolsas están en máximos, es lógico preguntarse si hay posibilidad de que
volvamos a seguir subiendo. Desde el punto de vista técnico, los inversores no
se hacen esta pregunta. Se limitan a comprar cuando se rompe la resistencia y
deshacen las posiciones tomadas si la ruptura es en falso y así se limitan las
pérdidas.
Y desde el punto de vista
fundamental, ¿está la bolsa cara o barata? La verdad es que atendiendo a los
datos actuales de uno de los índices principales que más ha subido desde 2009,
el S&P500 (un 182%) puede parecer que no está barata y sí algo cara en
términos históricos. Actualmente presenta un PER estimado a un año de 14.28x,
beneficios por acción estimados de 130.69 puntos y rentabilidad por dividendos
del 2.09%.
Pero si en la comparativa
añadimos la rentabilidad del bono americano a 10 años y obtenemos la
rentabilidad adicional que ofrece la renta variable frente al bono, no parece
que el S&P500 esté tan caro. En
la siguiente tabla hemos añadido el inverso del PER estimado como medida de
rentabilidad estimada de la bolsa USA.
S&P500
|
Actual
|
oct-07
|
PER estimado
|
14,28
|
14,73
|
Rent dividendo
|
2,09%
|
1,79%
|
Bono a 10 años
|
2,65%
|
4,63%
|
Inverso PER
|
7,00%
|
6,79%
|
Prima riesgo
|
4,35%
|
2,16%
|
Los ratios son similares a
los que ofrecía este índice en el 2007. Pero en aquel momento el bono a 10 años
ofrecía una rentabilidad del 4.63% frente al 2.65% de hoy. Así la prima de
riesgo que ofrece hoy la bolsa USA es del 4.35%, más de 2 puntos adicionales a
la rentabilidad de los máximos del 2007. En el siguiente gráfico es donde mejor
se puede apreciar lo que queremos exponer. Históricamente, primas de riesgo
superiores al 5% han sido oportunidades excelentes para apostar por la renta
variable americana (zonas sombreadas en verde de 2009 y 2012), y cuando la
prima de riesgo es inferior al 3% es señal de que la subida de la bolsa no es
sostenible y puede venir una corrección severa. Ahora estamos en la zona del
4,5%, que no es ni muy caro ni muy barato. Eso sí, a pesar de que el S&P500
está más alto que a final del año pasado, la menor rentabilidad del bono a 10
años y la mayor previsión de beneficios hace que la bolsa esté más atractiva.
Por tanto, tal y como
decíamos ayer, si Draghi no defrauda,
tanto desde el punto de vista técnico como fundamental, habría argumentos para
justificar que las bolsas superan los máximos anuales. Además habría que
añadir que los catastrofistas que en febrero deshicieron posiciones, ahora
están fuera del mercado, o en contra, y se verían obligados a tomar posiciones
alcistas.
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