Sin duda, Draghi
le tiene cogido el pulso al mercado. Desde que está en el mandato, las
ruedas de prensa del dirigente del BCE han cambiando radicalmente respecto a
las de Trichet. Sin haber utilizado ninguna herramienta no convencional (al
contrario que la FED y el BOJ), salvo bajar tipos a mínimos históricos (eso lo
han hecho todos), ha conseguido generar confianza en el euro y bajar las primas
de riesgo a mínimos históricos. Es un maestro y hay que reconocérselo. Ayer,
tras no anunciar ninguna medida extraordinaria, daba la sensación de que en la
rueda de prensa tenía un monitor con la evolución del Euro frente al dólar. En
cuanto se acercó al nivel de 1.40 (marcó máximo en 1,3993), soltó su frase “El
consejo está cómodo con el hecho de actuar el mes que viene” y que están vigilantes
de la tasa de cambio. El euro rápidamente se giró al alza, cerrando por debajo
de 1.39 y hoy ya cotiza en la zona de 1.382. Actualizo el gráfico de las claves
de ayer en el que se aprecia cómo es la zona de 1.40 la que le preocupa al BCE.
¿Se atreverá el mercado a apostar contra
el BCE?
Y es que el poder de las palabras de Draghi es su
mejor herramienta. La de ayer fue una frase similar a la que pronunció en julio
de 2012 al decir que “El BCE hará todo lo necesario para sostener el euro. Y,
créanme, eso será suficiente”. En el siguiente gráfico se aprecia la
revalorización que ha tenido nuestra moneda frente al euro desde aquel día de
julio. Ahora todo apunta a que la zona de 1.40 le va a costar mucho trabajo
superarla, sobre todo hoy que hemos conocido que las exportaciones de Alemania
han caído un 1.8% frente a una subida prevista del 1% (datos de marzo). Sin
duda, más presión por parte de Alemania para que el Euro no siga fortaleciéndose. Ahora el mercado descuenta que el BCE
podría actuar en dos fases. En junio bajadas de tipos (y tasa negativa en
depósitos en BCE), y una segunda, después del verano, en la que se podría
afrontar un plan de estímulo cuantitativo (compra de activos).
Pero si reseñable ha sido el movimiento del Euro, más
espectacular ha sido el de las primas de
riesgo. Ese día la prima de riesgo española cotizaba en 610 p.b, la italiana
en 500, la irlandesa en 700, mientras que la Griega nada menos que en 2.800 y
la portuguesa en 2.300 p.b. En el siguiente gráfico se puede ver los niveles
que hemos alcanzado hoy, destacando que nuestra prima de riesgo ya se ha
establecido por debajo de 150 p.b.
Viendo este fuerte estrechamiento de las primas de
riesgo de los países, llegamos a la conclusión de que, aunque el crédito no termina de llegar a la economía real (Pymes y
consumidores), sí que la labor de los
bancos centrales ha servido para abaratar los costes de financiación de
los países y de las grandes compañías cotizadas. En los siguientes gráficos
analizamos cómo ha bajado el coste de financiación a 5 años de los principales
mercados. Todos están en mínimos históricos.
Evolución de la rentabilidad
del bono a 5 años español. El año pasado comentábamos que la zona del 2,5%
podría funcionar como resistencia para estos bonos, sobre todo viendo que en
julio del 2013 cotizaban en el 7,7%. Sin embargo, a nuestro modo de ver, la
finalización de la guerra de depósitos ha ocasionado que los inversores
conservadores sigan buscando Yield a costa de aumentar el riesgo de duración.
Lo mismo ocurre en todos los bonos corporativos
europeos. Todas las empresas europeas consiguen acceder al mercado de crédito a
tipos nunca vistos en la historia (en todos los plazos, aunque analicemos él 5
años por ser el más líquido y representativo).
Evolución de
la tir a la que se financian los
emisores europeos con rating de grado de
inversión (BBB- o superior). Estas empresas consiguen financiarse a un tipo
medio del 1.54% frente a tipos superiores al 6% que lo hacían en el peor
momento de la crisis.
Y más exagerado ha sido el abaratamiento del coste de financiación de las empresas con
peor rating (inferior a BBB-). Frente al 14% de rentabilidad media que se
les exigía en el peor momento de la crisis, ahora consiguen financiarse al
3.5%. En el gráfico se aprecia que en el 2006, cuando las bolsas iban de lujo y
no había problemas para las empresas (Beneficios y ventas en máximos históricos),
estas compañías se financiaban al 6%.
Es decir, que las compañías se financian mucho más
barato que en el momento más álgido de sus balances financieros. Sin duda, este
dato le debería dar un gran soporte a la cotización de sus acciones en bolsa.
Tal y como hemos comentado en infinidad de ocasiones, nos da bastante
tranquilidad saber que estamos en Europa en el inicio de ciclo económico
(estamos saliendo de un periodo largo de recesión o crecimiento cero), nuestros
estados y compañías se financian a tipos de interés nunca vistos, la inflación
está controlada, y el tipo de cambio parece que también lo tiene controlado
nuestro amigo Draghi. En definitiva, son argumentos de sobra para pensar que
hay que tener algo, o mucho de renta variable en cartera.
Creemos que la evolución del precio de los activos
está siguiendo su proceso lógico. Tras muchos años de malas noticias y temores
de que incluso el euro desapareciera, a los ahorradores les es difícil
incrementar fuertemente los riesgos. En primer lugar, el refugio era claro en
depósitos, después bonos a corto plazo, que fueron los primeros en romper
mínimos históricos, y en estos últimos meses los inversores están aumentando
duración y riesgo de emisor (peor rating en cartera). Centrándonos en el último
gráfico, llegará el momento en el que los inversores de bonos High Yield se
planteen ir pasando posiciones de un bono en el que lo máximo que vas a ganar
en los próximos cinco años será el cupón del 3.5%, a una acción, en la que
incluso obtienes rentabilidad por dividendos superiores, y además tienes la
posibilidad de llevarte la revalorización de las acciones compradas al inicio
de ciclo tal y como hemos comentado.
Es normal que las resistencias cueste trabajo
sobrepasarlas y la buena evolución de los productos de renta fija, puede
desviar la atención y potencial de la renta variable, pero desde el punto de
vista de largo plazo, pensamos que las valoraciones de la renta variable
ofrecen mayor potencial (ajustado al riesgo) que la renta fija. Incluso hoy más
que el 1 de enero de este año.
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